Desde este lunes, a las 9.30, la actriz y conductora vuelve a la TV con todo su humor y desparpajo; su fórmula para alegrar las mañanas, las nuevas oportunidades que le dio la vida y sus ganas de volver a enamorarse en un mano a mano imperdible
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No es una salsa, no es un plato, ni un postre. A la Barbarossa es el nuevo magazine que, este lunes, desembarca en la pantalla de Telefe. Con la simpatía y el desparpajo de Georgina Barbarossa, este matutino viene a revolucionar las mañanas del canal con una agenda cargada de actualidad, recetas de cocina y mucho humor. “Es lo que quiero hacer de ahora en más: disfrutar y reírme”, le confiesa la conductora a LA NACION sobre esta propuesta que nos hará madrugar pero de la mejor manera.
La fórmula es conocida pero sumamente tentadora. Un panel de profesionales -integrado por Nancy Pazos, Paulo Kablan, Noe Antonelli y Analía Franchín- que tratará los temas más importantes del día; una conductora que apelará a su ingenio y su gracia para entretener, además de informar y una cocina -a cargo de Rodrigo Cascón- que nos tentará con los platos más fáciles y deliciosos.
“Estoy tan contenta de formar parte de la familia de Telefe. Contenta de compartir la mañana con Ariel (el cocinero Rodríguez Palacios también se suma a las mañanas del canal con Ariel en su salsa) y con este súper equipo, que tanto nos vamos a divertir. Este programa va a ser esa nafta que uno necesita para arrancar el día. Vamos a compartir las noticias, a alegrarlos y a tratar de pasarla un poquito mejor”, expresa Georgina que, después de 20 años, vuelve a conducir un programa propio en la TV abierta.
-¿Cómo estás viviendo esta vuelta?
-Estoy absolutamente feliz y agradecida de que me den esta oportunidad después de 20 años. Conduje algunas cositas en cable pero lo último grande que hice fue en 2003, en el antiguo Canal 7. Después aparecí cada tanto, la reemplacé a Florencia Peña (en Flor de equipo) un tiempito pero programa propio hace mucho que no hacía.
-¿Fue tuya la decisión de alejarte de la conducción o no había propuestas interesantes?
-Pasó que enviudé y uno puede actuar triste pero no puede conducir triste. Porque al actuar haces un personaje, pero al conducir no; sos vos. Tenía la cabeza en otra cosa, en el juicio de mi marido, en buscar a los asesinos y en hacer el duelo. El asesinato de Vasco (Lecuna) fue un antes y un después, un quiebre en nuestras vidas.
-Seguramente el cariño del público te ayudó a salir adelante. Ese mismo público que el lunes va a madrugar para verte. ¿Te gusta volver a las mañanas?
-¡Estoy chocha! Cuando en su momento Eduardo Eurnekian me puso a la mañana, yo le dije: “bueno, si me querés echar decímelo”. Y me dijo: “Te va a ir bárbaro”. Y al final me encantó porque fue un horario donde todo el mundo prendía la tele y nos veía desde las casas, desde los hospitales, desde las cárceles. Yo recibía cartas desde la cárcel diciendo que nos veían. Es una forma de acompañar a la gente, de acompañarnos mutuamente porque a uno también le pasan cosas. Y además, es un público muy fiel el de la mañana.
-¿Qué nos podés anticipar sobre esta nueva propuesta?
-Estamos en un momento difícil del mundo, del país; de hecho, nunca nos hubiéramos imaginado una pandemia. Creo que la gente necesita una brisa de aire fresco y eso es lo que vamos a hacer en el programa. Por supuesto que vamos a informar porque es un magazine y no podemos estar ajenos a la realidad pero le vamos a dar un toque de informalidad, de humor, vamos a tratar de ver el vaso medio lleno.
-¿Cómo se hace para saltar de la dura actualidad que día a día nos atraviesa al humor? ¿Usás tus dotes actorales para cambiar rápidamente el clima?
-¡Sí, claro! Pero creo que hay que poder hacer un quiebre porque también la vida continúa. Yo tengo una frase de cabecera que es: “A pesar de todo, la vida siempre es maravillosa” y si yo pude recuperar la alegría o si las madres del dolor (en quienes me apoyé muchísimo en aquel momento en que estuve tan triste) pudieron salir adelante, el que está mirando del otro lado también. Siempre hay que darle esperanza a la gente.
-Al tratarse de un magazine de actualidad, vemos algunas similitudes con Flor de equipo. Incluso te acompaña el mismo panel. ¿En qué se va a diferenciar del formato anterior?
-No va a ser lo mismo porque va a haber más humor, más juegos y sorpresas. Está el mismo equipo porque es maravilloso y yo no quería que saquen a nadie. Además, me llevo muy bien con ellos. Los adoro. Todos corrieron sus horarios para poder estar. Y la gran diferencia es que vamos a contar la actualidad pero vamos a tratar de pasarla por un colador más rosa.
-¿Cuál sería ese ingrediente que define a A la Barbarossa?
-La alegría. El poder todas las mañanas decir: “Hola gorda, ¡levantate!” y motivar a quiénes están del otro lado. Aunque ahora no se puede decir ni gorda, ni flaca, ni negro, ni petiso; me van a llover las cartas del INADI (risas). Pero motivar porque el bajón, la depresión, la falta de dinero y trabajo te hacen meterte en la cama y no querer salir. Entonces esta posibilidad de poder transmitirle alegría a la gente y decirle que se puede, es importante. Al menos a mí me hace sentir útil. Estamos viviendo una realidad muy dura, muy triste. Hay un índice muy grande de pobreza, vemos gente que duerme en la calle, cosas que no estábamos acostumbrados. Entonces a través del programa al menos quiero proponerles ver la vida de otra forma, de otro color.
-Sabemos que Rodrigo Cascón se ocupará de la cocina pero ¿no vas a hacer alarde de tu título de subcampeona de MasterChef cada tanto?
-¡Sí, claro que voy a presumir mi título! (risas). Porque les quiero enseñar recetas de mis ancestros, de mi familia española, darles algunos tips que descubrí ahora después del reality. De repente, me encuentro haciendo comida hindú, algo que jamás imaginé en mi vida. MasterChef es muy difícil pero te deja un gran aprendizaje. Yo cuando los veía desde mi casa, decía: “No puede ser, alguien les cocina”. “No puede ser que Vicky Xipolitakis cocine brutal” y te juro que Vicky cocina brutal. Bueno, ahora llegó a la final de la revancha. A mí me pasó lo mismo. Me he descubierto haciendo cosas que ni pensaba por eso, nunca digas nunca.
-¿Te gustan los desafíos?
-Me encantan los desafíos. Siempre uno puede aprender cosas nuevas. Por ahí te sale brutal, por ahí te sale horrible pero creo que lo más importante es animarse. Creo que es la clave, la llavecita que te abre todas las puertas. No quedarse con las asignaturas pendientes.
-Hablando de nuevos proyectos, ¿vas a actuar este año?
-No lo sé. Por ahora voy a estar muy abocada a la conducción, pero sigo con mis clases de teatro junto a Diego Rinaldi. Me han hecho unas propuestas divinas de teatro que por ahora no voy a hacer porque me tengo que levantar muy temprano y tengo que estar muy informada para el programa. Ya a mis alumnos les dije que me banquen (porque doy clases los lunes, martes y miércoles) pero eso no lo dejo porque me encanta. Así que los que quieran sumarse, me escriben a @georginabarbarossa.
-Vas a tener que madrugar ahora…
-Me levantaré tipo 5.30, 6 porque quiero estar informada. Pongo la radio y la tele; tengo una en cada habitación, así que voy mirando y escuchando mientras voy haciendo otras cosas. Cuando estudio un libreto también, tengo todo junto encendido mientras leo. Sé que estoy mal de la cabeza pero dentro de esa dispersión yo me entiendo (risas).
-Con tanto trabajo y madrugón, ¿queda tiempo para el amor?
-Hay, siempre hay tiempo.
-O sea que estás viéndote con alguien…
-No sé, que se yo. Puede ser. No puedo decir nada porque este verano conté y se me pudrió todo.
-Entonces no es el mismo…
-No, no es el mismo. ¡Pero no puedo decir más nada si no se va a asustar!
-¿Cómo es enamorarse a esta edad?
-Es distinto pero está bueno permitirse las revanchas que te da la vida. Después de una tragedia como la que pasamos nosotros, el poder volver a reírnos es una alegría. Es otra alegría, no es la misma. Pero poder sonreír, poder reírse, poder enamorarse otra vez es bueno. Ver que mis hijos y la hija de Vasco (que me ha dado dos nietos que amo) están geniales y que gracias a Dios, a pesar de lo que vivieron, pudieron rehacer sus vidas y salir adelante es una gran tranquilidad también.
-Siempre decís que sentís que el Vasco o tu mamá están muy presentes en tu vida. ¿Recibiste alguna señal que te haga saber que están ahí?
-¡Siempre! De hecho, cuando terminé MasterChef Celebrity me pasó algo que todavía me tiene asombrada. Yo para la final quería reciclar una receta de mi mamá con natillas (una crema elaborada con leche, yemas de huevo, azúcar y vainilla o limón). La llamé a mi hermana que vive en Sevilla (porque yo la sé hacer pero quería hacerla más exacta) y me dice: “Georgina, acá la natilla la venden como el yogurt, ni idea”. Entonces la googlee y la reversioné como pude. Al día siguiente (después de la final), estoy ordenando todos los libros y las recetas de cocina y se cae el manuscrito de mi mamá con la receta de las natillas. Fue una señal, una señal de que están ahí. Yo los siento.
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