El líder de La Beriso abrazó a Mick Jagger, cantó con Calamaro y ahora se prepara para llenar River por primera vez
Hace unos días, después de una cena familiar, Rolo Sartorio le preguntó a Joaquín, su hijo mayor, si sus compañeros de colegio lo molestaban o si le pedían entradas para los shows de La Beriso. Y el nene de 12 años se puso a llorar. “Después de unos segundos de silencio, me explicó que se había puesto así porque no podía creer hasta dónde llegamos”, dice ahora Rolo, un jueves de noviembre por la tarde en las oficinas de Sony Music, mientras pide una lata de gaseosa y juega con la pantalla de su smartphone.
Si 2015 había sido para La Beriso un año consagratorio, con un show en el Estadio Unico de La Plata ante 40.000 personas, este año el grupo confirmó su momento de banda de grandes estadios con dos fechas sold out en Ferro, tres shows teloneando a los Rolling Stones y uno próximo, el 17 de diciembre, en River, para el que, al momento de esta entrevista, los campos y las plateas preferenciales se encuentran casi agotados. Pero antes, mucho antes, Rolo recuerda que llegaron a tocar gratis en un parador de San Bernardo para tres personas. “El día que nació mi hija, por ejemplo, fuimos a tocar a un bar de Avellaneda y vinieron a vernos quince personas”, dice. “Por eso a veces me da bronca la crítica de la gente intolerante, porque no saben todo el sacrificio que hicimos nosotros y nuestras familias por la música, para llegar hasta acá. Fue algo durísimo.”
Rolo ya no lee los comentarios que le dejan en su cuenta de Instagram, aunque el porcentaje de detractores es menor que el de fanáticos. “Algunos idiotas me siguen en las redes sociales sólo para criticarme”, dice. “Pero pierden el tiempo.”
A unos metros, el manager Jorge Gavilán y el asistente Martín Varela escuchan atentos e intervienen apuntando fechas precisas o el número exacto de tickets vendidos, y Jorge comenta que hoy vivieron una situación inédita: fueron a una entrevista radial y, a la salida, había chicos haciendo fila para sacarse una foto con Rolo. “Esta tarde también estuvimos en River y aprovechamos para sacarnos unas fotos adentro de la cancha”, dice Rolo.
¿Cuál fue la sensación?
Fue algo muy grande. Ves el Monumental y decís: “Es imposible que nosotros llenemos esto”. Pero bueno, por suerte venimos bien, así que vamos a esperar que se llene. No hay muchas bandas en la historia del rock argentino que hayan hecho esto. El otro día estábamos hablando de eso con los pibes: la cifra no llega a diez.
Cuando empezaron el año, ¿imaginaban terminarlo tocando ahí?
No, porque cuando tocamos en el Estadio Unico de La Plata pensamos que quizás había sido la última vez. Después volvimos para telonear a los Rolling Stones, pero fue distinto. Los shows de Ferro en mayo marcaron que todavía estábamos para los estadios, y teníamos ganas de cerrar este año increíble que tuvimos en un lugar que motivara también a la gente. Decidimos hacerlo en River porque me parece que es el lugar emblemático del rock, pero yo nunca soñé con tocar ahí. Mi meta era ir para adelante, hacer las cosas bien, componer un disco.
¿Qué fue lo más importante que les pasó a lo largo de este año?
Lo que más deseábamos era tocar con los Stones. La idea era ver de cerca a los músicos más grandes de la historia del rock mundial. El primer día, cuando de repente vimos que apareció Jagger caminando por la lengua del escenario, yo no lo podía creer. Eran las cuatro de la tarde.
Después tuviste la suerte de conocerlo.
Sí, el último día, y cuando los Stones entraron al lugarcito en el que estábamos, entendí la magia que tienen. Me terminaron de enamorar por completo. Con 75 años, vinieron a sacarse una foto con nosotros, sin tener la menor idea de quiénes éramos. La sensación de abrazarlos fue como la de ver a alguien que resucita. ¡Le di un abrazo a Mick Jagger! Pensar que el día en el que yo nací, ellos estaban lanzando “Angie”.
Con tantos viajes y shows, ¿cómo hiciste para componer las 16 canciones de Pecado capital?
Me gusta componer a la noche en mi casa cuando todos se van a dormir. Ahora las grabo en el iPad porque antes me pasaba que me las olvidaba. Después las laburo con un programita, les meto una batería y una viola, y se las muestro a los pibes para que empiecen a darle el formato final.
¿Cómo viste este año al país con el cambio de gobierno?
La verdad es que no miro nada de televisión, sólo me engancho en Netflix con mis hijos, me encanta eso. Quizás cuando estoy en la mesa con mi familia miro un poco de Bendita, a Beto Casella.
Pero recorriste el país con la banda.
Sí, eso iba a decir. Se nota que está dura la cosa y ojalá algún día podamos estar bien todos más allá de quién sea Gobierno, que es algo que no me interesa.
¿Te enganchaste con alguna serie?
Sí, me encantó The Walking Dead. También Lost, porque yo me enganché medio tarde con Netflix. Ahora estoy mirando una que se llama Orange (Is the New Black).
¿Leíste algún libro interesante para recomendar?
No me gusta leer. No hay nada que me atrape. Me leí todos los de [Gabriel] Rolón, que son historias verdaderas y me llegan mucho. Hasta me pongo triste porque son cosas que pasaron posta.
Si tuvieras que elegir tres momentos importantes del año, ¿haber cantado con Calamaro en Perú sería uno de ellos?
Sí, claro. Abrirle a los Stones, cantar con Andrés y River.
Bruno Larocca
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