La conductora regresa a la televisión al frente de Desayuno americano, el clásico programa matinal de América; su reflexión acerca de los pros y los contras de ser la esposa del dueño del canal y el dolor latente por el suicidio de su hermano
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“Poner la maquinaria del vivo en movimiento”. Así define Pamela David a este momento de su vida profesional que la volverá a ubicar en el rol de conductora de un magazine televisivo. No se trata de un formato más, sino de Desayuno Americano, una suerte de clásico de América, señal que volverá a poner en el aire el programa desde este lunes a las 10.30 de la mañana.
“Televisión en vivo hice hasta diciembre de 2019, cuando terminó Pamela a la tarde, y luego me aboqué a conducir La ruleta de tus sueños, un programa de juegos, muy alejado de la actualidad y que iba grabado”, explica la conductora, quien en el trayecto que va desde la vereda de la calle Fitz Roy hasta el cuarto piso del canal, donde se realizará esta entrevista, es saludada por los empleados de la empresa que se la van cruzando. “Pame” es la forma cercana y amistosa que precede a un buen augurio ante el inminente debut. Relajada saluda a todos, lejos de los divismos o del rol de “Primera dama” de la compañía, ya que es esposa de Daniel Vila, uno de los accionistas de América.
En esta nueva temporada de Desayuno Americano, Pamela David volverá a estar acompañada por el periodista de espectáculos Carlos Monti y por Locho Loccisano, quien fue su secretario en el programa de juegos que condujo en pandemia. Además, estarán Luisa Albinoni, Gustavo Gravia, Paulo Vilouta, Natalie Weber, Julieta Navarro y, en exteriores, Khaled Hallar. “Parece que nos conocemos de toda la vida, todo fluye muy fácil. Como conductora del programa, lo que más me interesa es que todos ellos se luzcan”.
-Estamos ante una televisión cuya agenda contempla una cantidad excesiva de información policial, evidentemente porque rinde en términos de audiencia. ¿Cómo te posicionás ante eso?
-Es el huevo o la gallina. Soy una fanática del minuto a minuto del rating, lo tengo en mi teléfono y lo consulto permanentemente, así que me doy cuenta que hay determinados informes o entrevistas que se mantienen mucho tiempo en el aire, porque hay gente que está ávida de eso. Es cierto que el policial atrae y es noticia, no puede faltar, y mucho menos en América, que es un canal en vivo, donde están todos los temas de último momento. Ahora, si puedo elegir, la idea es que, como matriz, nuestro programa sea más relajado.
-Entonces, estarás muy pendiente del rating.
-Me interesa, más allá que nuestra competencia no es Telefe, que está muy arriba. Además, hay otros números, que no son los del rating, que también son importantes, como los que maneja la parte comercial y la repercusión en otras plataformas y redes. Por otra parte, al tratarse de un magazine, la idea no es hacer uno meses o una temporada, sino quedarnos. Desde que salió del aire Desayuno americano no hubo una mañana tan fuerte en el canal.
Dice que no puede adelantar nada, pero que la escenografía será muy diferente a lo visto y que “delinea una modalidad de trabajo distinta”. Habrá que creerle y agradecer tal cosa en una televisión donde las pantallas de fondo resuelven un alto porcentaje de las apuestas estéticas.
-Ante la evolución propia de la sociedad y los cambios en las modalidades de trabajo como el home office, ¿se puede trazar una caracterización del televidente de la mañana? ¿Hay más gente para seducir?
-Algo de eso sucede y es un desafío, pero, te agrego, existen muchas plataformas, como el celular, desde donde se puede ver la tele y las redes sociales replican todo lo que está pasando muy rápidamente. Con ese panorama te diría que América tiene un público fiel.
-¿Cómo es ese espectador?
-Es gente a la que le gusta la verdad y la verdad suele ser cruda e incómoda. Hay otras pantallas, y esto no es una crítica, que buscan, de una u otra ideología, quedar más cómodas para el oído. América no es cómoda y algunos conductores están en las antípodas de otros, con lo cual se puede escuchar de todo.
-Eso no deja de ser interesante.
-Sí, pero, te puedo asegurar que no es fácil. Si me preguntás dónde me paro, mi idea es que Desayuno americano tenga buena onda, pero sin que eso signifique no contar la verdad. No es menor que asesinen a un colectivero, entonces eso no se puede obviar y debe ser tocado de forma cruda, no se le puede poner humor a eso.
-¿Estás pendiente de la actualidad?
-Sí, me interesa y, aún más, cuando estoy trabajando. Sin embargo, cuando terminé con Pamela a la tarde, y al poco tiempo nos encerraron por la pandemia, me metí para adentro, traté de ver poca tele, porque todo lo que sucedía me afectaba mucho. Y, a pesar de todo, agradezco el haber podido estar acompañando a mis hijos con las tareas y a mi familia en momentos durísimos. Agradezco haberme bajado del programa antes, porque, al estar habilitada para seguir conduciendo por ser personal esencial, quizás hubiera puesto en riesgo la salud de mi familia.
-Marcelo Tinelli asumió como gerente artístico del canal. ¿Hablaste con él?
-Hoy le escribí y le di la bienvenida. Además, le conté qué estábamos armando, para ver si le parecía bien y tener un feedback suyo.
Al día siguiente de la entrevista con LA NACION, la conductora se cruzó con Marcelo Tinelli en las instalaciones del canal ubicadas en el corazón del barrio de Palermo. Y, según contó en el programa LAM, lo invitó al programa, pero el convite fue rechazado ya que el animador y productor desea preservar su imagen para el lanzamiento del regreso de Bailando, su formato insignia. “Me pone muy feliz que Marcelo esté en América, es una figura indiscutida y al canal le hace muy bien. Además, América está en un gran momento, entonces es una muy buena oportunidad para sumarlo. Es un montón”.
Desayuno americano se estrenó en 2012 y estuvo al aire durante cinco temporadas. “Desde 2016, hicimos Pamela a la tarde, porque el canal necesitaba un magazine vespertino”. Elogia a Karina Mazzocco, conductora de A la tarde, el magazine donde se dio a conocer, por primera vez, la denuncia de abuso que pesa sobre Jey Mammon. “Admiro cómo Karina se despega de los temas que toca y no le afectan, desde un lugar muy profesional, y con una sonrisa que ilumina la pantalla, pero cuando tiene que decir algo, también lo dice. Una cosa no quita a la otra. Yo no sé si podría hacerlo”.
-¿Entrevistarías a Jey Mammon?
-Por supuesto que sí.
-Los Mammones fue un programa que dejó huella en América, ¿cómo tomaste la acusación de Lucas Benvenuto contra Jey Mammon?
-Aprendí a practicar la escucha. Lo escuché y escucho a Lucas, pero me falta seguir escuchando. Me pregunto cuántos Lucas habrá hoy dando vueltas y no lo sabemos. Me gustaría también conversar con él, por todo lo que representa.
Ayer y hoy
Curiosas vueltas las de la vida de Pamela David. En 2001 conoció la fama al participar del reality El Bar, que emitió América, el canal que años más tarde la cobijaría. En 2003 debutó en las huestes de Gerardo Sofovich, con quien hizo La peluquería de Don Mateo y algunas obras teatrales. Ofició de vedette y fue chica de tapa de revistas eróticas. Luego vinieron algunas ficciones y el panelismo, y la participación en Bailando y Cantando por un sueño, prólogo a su conducción de los debates de Gran Hermano, ediciones 2015 y 2016. Su consagratorio paso por Desayuno americano la terminó de instalar en un lugar muy distinto al de la participante de un reality que buscaba fama e insertarse en el medio o al de la chica sexy que daba a conocer las intimidades de su cuerpo.
“En La peluquería de Don Mateo, me agachaba, me miraban las gomas, pero no me sentía mujer objeto”, explica convencida de que los hechos deben ser analizados en su contextualización temporal, social y cultural. “En aquella época no sentía vergüenza. Hice la producción de la revista Playboy porque me sentía divina, me gustaban esas tapas y la mía resultó la más vendida”. La buena repercusión la llevó a reincidir con la publicación. También se lució en Interviú, la famosa revista española. “Pensaba qué decir en la entrevista para poder ser tapa y no ´ventanita´”, sostiene refiriéndose a los pequeños recuadros con fotos que complementan el título principal de una portada. A estratega no le ganó nadie.
-¿Tuviste que poner mucho freno en esa sociedad que, aunque no tan lejana, era muy diferente a la de hoy?
-¿A qué te referís?
-¿Nadie intentó sobrepasarse con vos? ¿Jamás te extorsionaron con favores sexuales a cambio de conseguir un trabajo?
-Jamás me sucedió nada de eso, salvo una sola vez.
-¿Qué te pasó?
-Me había salido un trabajo donde me iban a pagar muchísimo dinero y, como estaba creciendo, necesitaba a alguien que me manejara la carrera, ya que todo lo que conseguía era a través mío. Me fui a tomar un café con un representante de actores muy conocido, que representaba a muchísimas figuras y en ese primer encuentro me tomó de la mano y me preguntó si me parecía lindo.
-¿Cómo reaccionaste?
-Le dije era horrible y que me parecía un espanto. Incluso, creo que lo insulté. Todo terminó ahí, porque yo estaba muy plantada. No sé qué le podría haber sucedido a una persona más insegura o que necesitara muchísimo el dinero.
-¿Aquella fue la única situación?
-Sí, pero no niego que suceda. Tuve la suerte de no atravesar momentos duros o muy incómodos. Cuando hacía La peluquería de Don Mateo sabía que estaba ahí por linda y no por ser inteligente o tener un título universitario, y nunca me molestó, pero eso no quiere decir que no me encante el cambio cultural que vivimos. Tengo una hija de diez años y en el colegio tiene ESI (Educación Sexual Integral), conoce los límites de su cuerpo, sabe que no es no y qué cosas no debe aceptar de alguien. Y, por supuesto, tiene muy incorporado que nadie debe hablar del cuerpo del otro. Pasó mucho tiempo desde la Pamela de los veinte años que trabajaba con Sofovich a mi hija Lola. De todos modos, no me voy a castigar, ya que jamás me sentí cosificada, sabía que poniendo la boca de determinada forma, con un dedo entre los labios, podía vender miles y miles de ejemplares y sin decir una frase inteligente.
-Sí es inteligente tener una plena conciencia de quién se es y qué se busca, sin falsas posturas.
-Tantos años después, no estaría aquí sentada frente a vos si no hubiese tenido, además de la genética del cuerpo, una cabeza. Desde ya, hoy no lo haría, no sólo porque no me da el cuero, el cuerpo cambió, sino porque no me dan ganas y no porque no me parezca bien hacerlo.
-No renegás del paso a paso de tu carrera, no hay hipocresía.
-Hay mujeres hermosas que siguen posando y me parece bien, son decisiones súper personales. No estoy de acuerdo con que toda mujer que muestra la cola se está cosificando y te lo dice alguien que salió literalmente en bolas.
-¿La belleza acarrea una subestimación?
-Sí, claro. Tengo la suerte de ser morocha, porque siempre se habla de la rubia tonta. Aún hay mucho preconcepto y, más allá de la broma, pesa sobre las mujeres sea cual fuere su color de pelo.
Organización familiar
A pesar de ser una mujer urbana y mediática, aún conserva cierto hablar pausado, un tempo de Santiago del Estero donde pasó buena parte de su infancia y juventud: “Sobre todo durante este tiempo que estuve afuera del medio, me parece que perdí el acelere que te da estar trabajando en televisión. Te pido que me escribas un mensaje si me empezás a ver muy alterada, quiero mantener la vida pausada”.
La mañana le cuadra de maravillas para organizar la vida familiar, ya que sus hijos, a la hora del aire de Desayuno americano, están en el colegio: “La decisión de volver a trabajar tiene que ver con que ellos están más grandes”.
La conductora tiene dos hijos, Felipe (16), fruto de su relación con el basquetbolista Bruno Lábaque y Lola (10), de su actual matrimonio con el empresario Daniel Vila. Cuando Felipe tomó su primera comunión, todos se reunieron demostrando un gran vínculo de familia ensamblada. “Lola es muy independiente, por momentos hasta parece que tuviera la misma edad que su hermano. Cuando los chicos eran más chicos, había una demanda inmensa, más reuniones de padres, actos escolares, un montón de compromisos que van mermando con los años”.
-El chat de mamis se va sosegando...
-Antes el chat de mamis ardía y ahora está más calmo, porque los chicos son más independientes.
-Tu marido también lleva un ritmo intenso.
-Daniel está de lleno en su actividad, así que, para vernos, supongo que nos cruzaremos en el canal.
Se ríe ante la exageración, aunque no niega que la agenda de Daniel Vila es nutrida. “Al canal me traeré a Tinto, mi perro, que es como un nieto”.
-¿Qué es lo bueno y qué lo malo de ser la mujer del dueño del canal?
-Llevamos 13 años juntos y puedo decirte que lo bueno es que tengo un compañero que me hizo recuperar la alegría, porque no me subestima y para el que no soy solo una linda o un par de ‘gomas´.
-¿Te ha pasado con otras parejas?
-No sé si con otras parejas, me refiero a algo más general como las redes sociales, la crítica, pero Daniel me hizo recuperar el “vos podés”, “vos valés”. A partir de esa confianza me puede dar la responsabilidad de conducir el programa de la mañana del canal, pero, una vez en la cancha, el que elige, o no, es el público. Aconsejo tener un compañero, compañera o compañere, recomiendo tener una pareja que disfruta de verte crecer, que no te quiere ver a las sombras.
-Te pregunté también por lo malo de ser pareja de Daniel Vila...
-El aspecto negativo es el prejuicio. Mi trampolín fue el reality El Bar y, desde ahí, nunca más paré, aún mucho antes de conocerlo a Daniel.
Buscando desafíos permanentes, promete que “en cualquier momento” vuelve al teatro. “Durante 2022 estudié todo el año con Emilia Mazer y pude navegar otras aguas, salir del cliché de mujer linda que tiene que hacer
-La belleza es una construcción cultural y social. Vos reunís determinados parámetros físicos que para la sociedad occidental actual definen cierta perfección física.
-A los 17 años pasé por la Casa de Turismo de Santiago del Estero y vi la publicidad del concurso para ser Reina del Turismo y cuyo premio era un viaje a Bariloche, justo lo que necesitaba ya que mi familia no podía pagar el viaje de egresados del colegio. Me presenté con la convicción que lo ganaba.
-Y ganaste.
-Casi no lo logro, pero gané. No sólo fui a Bariloche, sino que pude viajar a Alemania, algo impensado para una chica jovencita como yo.
-Percibo que sos muy determinada cuando querés algo.
-Tengo la metafísica de nacimiento, hoy es una moda y la gente lee libros, pero, desde siempre, la historia de mi vida es la metafísica. Sueño, sueño y sueño. Antes de irme a dormir, creo lo que quiero que suceda y sucede. Por supuesto, en un montón de cosas no me funcionó, pero en la gran mayoría me dio resultado.
-¿Qué construís hoy?
-Deseo fuerte y lo pongo en ejercicio a la noche con mis meditaciones, tener un espacio donde todos puedan dar su mirada.
-¿Te referís al programa?
-Sí, siento que se recorta todo, pero lo más valioso es escuchar todas las voces.
Rivalidades
-A lo largo de tu vida pública, no has tenido buena relación con Silvina Luna.
-Con Silvina me pasa algo muy loco, empezamos juntas, ella salió de Gran Hermano y yo de El Bar, y tuvimos la suerte que nos viera Gerardo (Sofovich), en una época donde los actores decían “somos actores, queremos actuar” y no se bancaban la llegada de los realities, pero él nos dio la oportunidad, incluso de hacer teatro. Hemos viajado juntas, hicimos desfiles y hasta estuvimos en la misma agencia de modelos y, luego, cada una hizo su camino. Hoy, ya siendo conductora, entiendo que sirve más una pelea de vedettes que dos chicas llevándose bien.
-Mi pregunta apuntaba a saber si estabas al tanto de su situación de salud, del trasplante al que debe someterse.
-Me gustaría invitarla al programa…
-Eso mismo te iba a consultar.
-Sí, claro, obvio que la invitaría. Silvina hace años hizo un cambio, creo, no estoy segura, que fue cuando comenzó a estudiar para ser coach. Sigo su cuenta Simple y consciente, ya que es un material que me interesa mucho. Ella hizo un cambio en su alimentación, realiza yoga, es una transformación hacia algo más simple, le creo lo que cuenta. Hoy le toca atravesar algo que se dio por no estar conforme con su cuerpo y hacerse operaciones. Tuvo sus consecuencias al conocer a (Aníbal) Lotocki. Es una tragedia lo que le sucede, a tal punto que, si quisiera, no podría ser mamá. Es muy duro.
-Entonces, ¿la llevarías al programa?
-Por supuesto, es una historia de vida que vale la pena contar, si es que no le trae consecuencias, porque el otro día los haters fueron muy duros con ella. Me pregunto cómo puede ser que no les de vergüenza algo de ese tenor que pueden leer sus hijos.
-Son mensajes provenientes de identidades camufladas.
-También hay personas reales que agreden, está muy mal la sociedad. Me parece que hay que regularlo, no puede ser que cualquiera escriba cualquier cosa y no tenga una consecuencia y esto no es censura, sino evitar que se lastime al otro.
Tragedia
En junio de 2020, Franco, medio hermano de la conductora, se suicidó en Santiago del Estero, poniendo fin a su vida de 22 años que estuvo diezmada por el consumo de drogas.
-¿Cómo sobrellevaste y sobrellevás el dolor?
-Los hermanos hemos acompañado en todo lo que estuvo a nuestro alcance, fueron muchos años de internaciones. Pasamos por todos los estados de ánimo, incluso de estar enojados con él. Uno hace lo que está a su alcance. En mi caso, he dejado muchas veces a mi familia para acompañarlo los fines de semana, cuando salía de la granja donde ha estado internado. Es un dolor muy grande, tengo una deuda, porque es una batalla que hemos perdido. Me cuesta mucho hablar. Siento que no puedo ayudar a la gente, porque a mí me gustaría dar un mensaje esperanzador.
-Tu testimonio da cuenta de la tragedia que desencadena una adicción.
-Si, por supuesto. En Desayuno americano toqué el tema muchas veces sin siquiera mencionar a mi hermano, pero hoy no estoy preparada para hacerlo. Siento que perdí la batalla. Trato de no revivirlo, siento mucho dolor. Su novia estaba embarazada y él no se llegó a enterar de eso, entonces queda la duda de por vida sobre qué hubiese pasado si se enteraba que iba a ser papá. Es una impotencia...
Se quiebra ante el dolor. Llora ante el desconsuelo. Heridas demasiado abiertas. Si existe la templanza que da el tiempo, aún transcurrió muy poco para poder cicatrizar. Pamela David es ahijada de ese niño que llegó al poco tiempo y que ya tiene dos años de vida. “El dolor está, no sé si se transforma. Veo a esa madre y me conmueve. Y también observo a mi papá, que se lo tomó muy diferente. Me enseña cada día de mi vida, es un gran maestro para mí”.
-¿Por qué?
-Él se levanta feliz y le agradece a Dios un día más de vida. Me dice: “hija cómo no voy a agradecer el sol que entra por la ventana, hay que agradecerle a Dios”.
-Una fe real que no se quebrantó con la tragedia.
-Cuando me estoy por quejar por cualquier estupidez, pienso en mi papá y se me pasa. Si él, con lo que le pasó, tiene esa filosofía de vida, ¿quién soy yo para quejarme?
-Cuando cumplas 3000 programas de Desayuno americano, vuelvo a entrevistarte.
-Vení antes.
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