Pablo De Santis: "Me gustan las películas de muertos vivos"
El escritor Pablo de Santis se autoentrevista, y en el proceso surge una atmósfera de misterio y terror. De Santis recomienda la mejor manera de ver una película de miedo y termina con una autofoto que, contra todos los pronósticos, no asusta.
-¿Por qué decidió ser escritor?
-Cuando era chico mis padres me contaban las películas que iban a ver, o que habían visto años antes, y a mí me encantaban esas historias: Los pájaros y Psicosis , de Hitchcock; Cuatro moscas sobre terciopelo gris y El pájaro de las plumas de cristal , de Darío Argento. El relato de esas películas y la lectura de los cuentos de Ray Bradbury hicieron que a los 12 años empezara a escribir historias en cuadernos escolares, costumbre que mantengo.
-Todas eran historias de miedo?
-El miedo siempre está presente en la ficción, porque toda historia nos cuenta el choque del presente contra un pasado que se creía olvidado y que, en general, es terrible. En las historias policiales es siempre un elemento del pasado lo que lleva al crimen: un antiguo amor, una herencia escondida, una venganza. En el género fantástico, el pasado toma la forma de un fantasma o una maldición. En las historias policiales el presente se impone: el detective descubre al asesino y desactiva el poder del pasado. En las historias fantásticas, en cambio, el pasado triunfa.
-¿Le sigue gustando el cine de terror?
-Me encanta el terror, pero no las películas de torturas y sadismo como El juego del miedo , sino las de horror sobrenatural. La mayoría de las películas de terror son muy malas, y sin embargo el género produce una especie en ansiedad absolutamente deliciosa. Siempre los géneros plantean lo mismo: no vamos a hablar de cosas comunes, vamos a hablar de lo extraordinario. También me gustan las películas de muertos vivos.
-¿Qué pueden tener de bueno las películas de muertos vivos? Se repiten, son siempre iguales?
-Lo que cuentan es siempre la soledad de los héroes asediados por lo desconocido. Son la última forma de la épica: un pequeño grupo se enfrenta con un ejército infinito. Los campos de batallas no son castillos o parajes remotos, sino las ciudades del presente.
-Cuando va a ver una película de terror, ¿mantiene los ojos abiertos todo el tiempo o se tapa la cara en los momentos de tensión?
-Me tapo la cara, por supuesto, y espío por las rendijas. Los espectadores que se tapan la cara todo el tiempo no sirven para el terror, porque no ven la película. Los que miran todo con ojos bien abiertos tampoco sirven, porque nada los asusta. Los miedosos moderados, los que miramos entre los dedos y nos asustamos un poco, somos los espectadores ideales.