Otras amas de casa desesperadas y de armas tomar
Good Girls (Estados Unidos, 2018) Creadora: Jenna Bans. Elenco: Christina Hendricks, Retta, Mae Withman. Disponible: Netflix. Nuestra opinión: buena
Un drama que tiene mucho de comedia. O una comedia que vira al drama casi desde el inicio. No es sencillo clasificar esta serie y tal vez no haga falta. Después de todo, cada capítulo de esta historia sobre tres amas de casa desesperadas por dinero tiene tantos temas dando vuelta, tantos tópicos relacionados con la igualdad de género, la cultura popular y conflictos sociales y económicos actuales que es irrelevante si se trata de una comedia y de un drama a la vez. Por momentos, la mezcla resulta un exceso, especialmente porque en medio del torbellino están las tres protagonistas, antiheroínas que remiten a Thelma y Louise (de hecho hay una referencia explícita en el primer episodio a la película de Ridley Scott), y también al Walter White de Breaking Bad. Aunque sin la profundidad de ninguno de esos dos relatos.
A pesar de sus excesos, Good Girls es entretenida y puede llegar a ser emotiva y sensible. Especialmente cuando los tres personajes principales comparten la escena. Es que lo mejor, lo extraordinario de la serie, son sus actrices protagónicas. Por un lado está la Beth de Christina Hendricks (Mad Men), madre de cuatro chicos y ama de casa que de un momento al otro descubre que su situación económica es más que precaria y que su marido la engaña. Luego aparece su hermana menor, Annie, interpretada por la talentosa Mae Withman (Parenthood), una mujer impulsiva y rebelde que parece vivir en una adolescencia eterna a pesar de ser madre de una nena de 10 años que podría tener que irse a vivir con su padre si las cosas no mejoran. Y el trío de amigas se completa con Ruby (Retta, de Parks & Recreation), mamá y esposa que hace hasta lo imposible para pagar el tratamiento médico de su hija. Hasta que lo imposible ya no alcanza, y lo ilegal aparece en el horizonte del grupo.
A la irresponsable Annie se le ocurre que todos sus problemas se resolverían si roban el supermercado en el que ella trabaja. Aunque en principio el resto descarta la idea, los problemas hacen que reconsideren el asunto y lleven a cabo el asalto. Un plan que sale muy distinto de lo que esperaban y que pone en marcha una cadena de desastres que cambiarán sus vidas.
Más allá de tener un guion que pone a prueba la verosimilitud constantemente y que no se decide qué historia quiere contar, la química entre las protagonistas consigue un muy buen balance entre la comedia y el drama.
Por Natalia Trzenko
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