Oreiro, con muñeca para la telenovela
La actriz y ahora cantante habla de su personaje en "Muñeca brava", la tira que protagoniza desde ayer por Telefé
Sin pretensiones intelectuales, pero con la firme intención de volver a las raíces del género, Telefé estrenó ayer el teleteatro "Muñeca brava", con Natalia Oreiro y Facundo Arana como protagonistas. Surgida de las cenizas de la catástrofe de "Casablanca", la nueva tira no sólo conservó a su figura principal, sino también a gran parte del elenco del frustrado proyecto encabezado por Rodolfo Ledo. Con producción de Raúl Lecouna y libro de Enrique Torres, esta telenovela no pretende emular a las hoy llamadas "novelas de ruptura"; más bien tiende a refirmarse en lo más clásico del género, una fórmula con la que obtiene muy buenos resultados la industria mexicana, que ha vendido con éxito en la Argentina todos los culebrones de Thalía -también en Telefé- y "La usurpadora" en canal 9.
A pocas horas del estreno, los protagonistas de "Muñeca brava" hablaron a solas con La Nación de sus expectativas personales, del origen de la trama, y también de la trastienda de esta historia para la que ya tienen treinta capítulos grabados.
"La Raulito" como fuente
"Para enfrentar la vida, Milagros adoptó una imagen de varón, por lo que la apodan Cholito. Ella cree que a los hombres les es más fácil sobrevivir en la calle y cree que es una forma de no sufrir tanto su desamparo. Cholito le permite llevarse el mundo por delante, pero no significa que su sexualidad no esté definida", explica Natalia Oreiro, que aprendió a jugar al fútbol para ponerle el cuerpo al personaje en los picaditos de la ficción.
"La verdad es que si bien no tiene nada que ver con "La Raulito", porque sabemos que esto es una telenovela y la Raulito es un caso de la vida real llevado al cine, yo me basé en ese personaje. Hace unos meses, en el canal Volver, vi la escena de Marilina (Ross) en la está hablando con el juez, que interpretaba Oscar Martínez. Me quedé atónita. Fui corriendo a comprarme la película y la vi veinte veces. Amé ese personaje y tuve la oportunidad de conocerla a Marilina y de contarle esto. Ella me ayudó un poco, me dio su opinión. Para mí era increíble porque yo era, por un lado, superadmiradora de ella y, por otro, de ese personaje. A mí no me salió tan bien como a ella, pero fue mi inspiración".
Huérfana de ficción
El hecho de grabar con un atuendo acorde con el de una huérfana como Cholito devino para Oreiro en la inesperada experiencia de saber cómo tratan algunas personas a quienes no tienen recursos.
Más de una vez se subió a un taxi sólo para que el chofer le pidiera que se bajara inmediatamente. Otras tantas fue completamente ignorada, tal como lo hizo el vendedor de un cierto vivero:"Estábamos ahí porque habíamos hecho un exterior y a mí me gustó mucho una planta. Le pregunté cuatro veces al vendedor cuánto costaba y como estaba mal vestida ni siquiera me contestó. Yo no le dije quién era, lo insulté por lo bajo y me fui. Me acordé de la discriminación que sufrí cuando llegué a trabajar en este medio, cuando me decían "uruguayita bruta". Algunas de esas personas se quedaron en el camino. Yo les deseo lo mejor..." En el caso de la telenovela, la muñeca brava empieza como una suerte de Raulito para recorrer luego los pasos de "Pygmalión", la obra de teatro de George Bernard Shaw que fue popularizada en cine transformada en la comedia musical "Mi bella dama". La responsabilidad del cambio de patito feo en cisne esta vez no recaerá en un eximio estudioso de la lengua inglesa, sino en Angélica Di Carlo, una dama millonaria interpretada por la primera actriz Lydia Lamaison y que tendrá a Milagros como dama de compañía en su mansión "La Soledad".
Planteada a mitad de camino del drama y la comedia, la novela se apoya en situaciones graciosas y en personajes desopilantes como Rocky, el chofer que hace Marcelo Mazzarelo (Coco, en "Naranja y media"), y el jardinero Ramón, a cargo de Gino Renni.
Mariana Arias (Andrea) y Fernanda Mistral (Luisa Di Carlo) son las encargadas de hacerle la vida imposible a Milagros en sus respectivos roles de novia y madre de Ivo, el chico rico seductor gracias a quien el protagonista Facundo Arana pega un salto en su carrera como actor: "Cuando me ofrecieron el papel me quedé tonto porque no lo podía creer. Me llamó (Gustavo) Yankelevich y tardé 30 segundos en decirle que sí. Claro que a esta alegría se le suma la tristeza enorme de dejar "Chiquititas". Hace un mes que vengo haciendo los dos programas a la vez y para mí no es ningún esfuerzo porque siempre va a haber un antes y un después de "Chiquititas" aunque sé que para mí "Muñeca Brava" es una oportunidad fuertísima".
Yagrega:"Todavía no soy muy consciente del hecho de que me puede cambiar la vida, de que de repente uno puede dejar de ser sólo una cara conocida; pero no pienso dejar de ir al supermercado, no pienso dejar de pasear a mi perra Pampa, no pienso dejar de ir al cine..."
Una chica peleadora
Vestida como Beatriz Taibo en "Me llaman Gorrión" y peleadora como la "Pobre Diabla" que hacía Soledad Silveyra, Milagros no es tan sólo una víctima de sus circunstancias y de sus enemigos. Se defiende como puede al igual que los dos jóvenes actores que preocupados por el realismo de una toma, transformaron el set en cuadrilátero. "Teníamos que hacer una escena donde Cholito hacía un berrinche por determinada situación y me terminaba pegando" cuenta Facundo. "Llegamos a la conclusión de que la mejor forma de resolver ese golpe para que pareciera real era que me pegara de verdad. Yo puse la cara con confianza. ¿Cuánto te puede pegar una mujer? El resultado fue que me embocó. Me durmió. Moraleja: No cruzarse delante de Natalia Oreiro cuando está enojada porque sabe pegar."
Al revés que su partenaire, Facundo Arana abandonó el saxo que lo acompañó durante casi toda su carrera televisiva -lo ayudó para debutar en "Canto Rodado" y era parte de su personaje en "Chiquititas"- y lo resignará a camarines para tocarlo en los descansos o para dar algunas clases como ya lo ha hecho con Alejo Ortiz, de "Verano del ´98" y con el actor que hace su mismo papel en la versión brasileña de la tira infantil. Si bien el flamante protagonista de "Muñeca Brava" es más conocido por sus apariciones en pantalla, pocos saben que subió a algunos escenarios como músico invitado de Mónica Posse y de Manuel Miranda del Lito Vitale Cuarteto, entre otros. La pareja de esta tira tiene en común su inclinación por otros campos artísticos, su necesidad de no quedarse -como los tradicionales actores de teleteatros- instalados en un solo rubro. Natalia Oreiro, lejos de la cercana época de sus comienzos en que lo único que quería era tener trabajo, hoy siente ambiguamente las consecuencias de su popularidad.
Tiene la preocupación de sentir que "existe un prejuicio si tenés ángel o si sos bonita. Trabajo muy duro para que no se hable de eso, pero evidentemente las cosas a veces no me deben salir tan bien como para que hablen de mí como actriz"; pero a la vez tiene la seguridad de que su ascendente sobre el público es lo que le garantiza los contratos. Facundo Arana, en el inicio del salto final a la fama, descarta los rótulos y prefiere la disciplina de pensar que "hoy sos el galán, mañana el villano, pasado el amigo de, y después, otra vez el villano, porque al fin no sos un galán sino un actor que trabaja".
Más allá de sus visiones personales, "Muñeca Brava" los pone una vez más en la vidriera de un género que exige convertir a la actriz en hija de todas las madres, y al actor en galán de todas las hijas. Esto es tan difícil de lograr como inevitable. Tanto como la condición indispensable de haber salido sorteados en la lotería del carisma y la popularidad.
"De mi vida privada no hablo"
A partir de la ruptura con su pareja Pablo Echarri, Natalia Oreiro ha decido ponerle fin o trazar el límite entre la prensa y su mundo privado: "De mi vida privada no hablo. Es algo de lo que juré no decir más nada. Conté tanto que me di cuenta de que lo que tenía que hacer era todo lo contrario, porque cuando abrís las puertas después no las podés cerrar. Ahora a algunas cosas les puse un sello enorme y no voy a transar con nada." Con el lanzamiento de "Muñeca Brava", la actriz se encontrará uno a uno con periodistas de todos los medios. Unos dirán que tiene derecho a resguardar su intimidad; los expertos en el género dirán que para los consumidores de telenovelas existe una relación estrecha entre la ficción y la vida personal de los protagonistas; y muchos apelarán a la lógica de que, en general, el actor desconocido ruega por cualquier tipo de nota, pero cuando le llega la fama se olvida de los favores que le debe al periodismo.
Mientras nadie se pone de acuerdo, la historia se repite.
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