Omar Chabán: la república del bufón
A principios de abril, el creador de Cemento abrirá un nuevo megaespacio en Once llamado República Cromagnon
De Cemento al corazón de Plaza Once. Allí está él: el actor, artista plástico, coreógrafo y productor Omar Chabán. Llega a la entrevista en un triciclo último modelo. Estirpe Chabán, a pleno. Posa para la foto sacando la lengua. ¿Acaso ya no sabe qué hacer para seguir llamando la atención? No, él sabe. "No te diste cuenta de que soy el único actor que se viste con ropa Nike. La otra es agarrar a un vestuarista argentino, que son un desastre. En cambio, Nike tiene a los mejores diseñadores del mundo y es remononucleico."
Indiscutiblemente, sabe hacer lo suyo. Tanto que es capaz de redoblar su apuesta como productor de Cemento y ahora está en pleno corazón del Once porque, el 10 de abril, abrirá un nuevo búnker llamado República Cromagnon, un lugar con capacidad para más de 4 mil personas, con un espacio central cuadrado de 35 por 30 metros y un escenario de 14 metros de ancho por 6 de profundidad. O sea, un chiche enorme que, para los grupos de rock, puede pelearle fechas al estadio Obras.
El lugar en cuestión es un inmenso complejo ubicado en Bartolomé Mitre al 3000 que incluye el estadio, varias canchas de fútbol, un hotel tres estrellas, estacionamiento y un albergue transitorio. De todos modos, antes de que avance el imaginario del lector, Omar sólo se hará cargo del gerenciamiento del estadio, un lugar con una historia de metamorfosis constante. Tanto que por allí pasaron desde Cacho Castaña al grupo Ráfaga. Hubo fiestas salseras y, en su momento top, se llamó El Reventón. Pero también fue templo (o templito) de música villera, disco y sitio de reuniones varias.
"La zona es medio fulera, pero después de ver el lugar, que es como un gran estadio cuadrado, hablé con los dueños para alquilárselos. Como ellos consideraron que era el que tenía más capacidad e historia entre los interesados, me lo dieron en alquiler por tres años", apunta entusiasmado.
Allí está ahora, orgulloso del espacio, mostrando el lujo de los baños (tan distintos del estilo tan básico de Cemento), las cinco barras y la sala VIP que imagina plagada de gente glamorosa. El nacimiento de su república surgió a partir de algunos problemas que venía teniendo con Cemento. "Cierto grupos me decían que les quedaba chico. Con este lugar no creo que puedan decir lo mismo...", espera.
Fiel a su estilo, va armando la programación (ver aparte) día tras día. En la grilla conviven grupos de rock de todo tipo con un festival internacional de teatro, homenajes a Bob Marley, encuentros de varieté y de magia, performances o, puertas adentro, en pocos días piensa festejar su cumpleaños con una fiesta cerrada, pero tan extravagante como su propio look.
"¿Sabés qué quiero hacer? Como acá hay un hotel y los dueños del lugar tienen una agencia de turismo, quiero que se pueda comprar el viaje, la estadía y la entrada para un recital como si fuera un paquete", se pregunta y se contesta chocho con su idea.
-Por la cercanía del Abasto y la multiplicidad de oferta, parece que estás armando la contracara del festival que organizó la Fundación Konex a pocas cuadras de acá.
-No sé... Pero la hicieron bien ellos. Uno tiene prejuicios porque ahora todo el tiempo se usa la palabra "cultura" y se va desgastando el término. Sin embargo, la selección artística fue buena y tuvo una prensa impresionante que, obviamente, la lograron por haber entregado esos premios. Pero no estuvo mal.
Lo mismo pensó apenas vio el lugar. "Hace varios años que estaba buscando un sitio para instalar una disco. Pero a los veinte años te conectás con todo y tenés convocatoria; pero mi poder de convocatoria ya pasó. Primero, porque nadie viene a verme cuando actúo y, segundo, porque no tengo llegada a los pibes de 18 años que se conectan por Internet como si nada. Por otra parte, me di cuenta de que el tema "disco" es muy complejo. Los relacionistas públicos de las discos trabajan con una estructura de humillación, con cierta imagen de fanfarrones boludos. Quizás por mover mucha plata, terminan humillando al resto. Como contracara, el rock sigue siendo cuadrado. Eso tiene que ver con Cemento, donde todo es muy concreto, muy simple. Yo arreglo una fecha y es muy difícil que ese compromiso cambie.
-¿Firmás contrato con los grupos?
-No, pero acá lo voy a tener que hacer. De todos modos, cuando el grupo de rock adquiere poder, utiliza estructuras de poder de humillación.
-No sería tan raro que ocurriera porque es el mecanismo dominante del sistema.
-Mirá, yo no tengo relación de poder. Soy concreto.
-¿Pero no te pasó con bandas de rock que se hubieran puesto en ese lugar?
-Sí, con Malón, por ejemplo. Pero esto es una cosa que hay que depurar porque es algo perverso. No entiendo cuál es el goce de utilizar ese mecanismo de poder. Por ejemplo, no contestar una llamada, no definir un tema. Creo que ser profesional es no perder tiempo. A mí no me gusta trabajar; estoy todo el tiempo paveando. Me armo toda la semana pelotudeando entre un curso y otro, pero, como no me gusta perder tiempo, trato de organizarme. Me acuerdo de que cuando estaba en Café Einstein llamaba un martes para proponerle a una banda tocar el jueves. Era así. Ahora eso es imposible.
Ciclos y ciclones
Los tiempos cambiaron, pero ni esa verdad de Perogrullo de ninguna manera lo llevó a pensar que Cemento podría haber cumplido un ciclo y que, luego de 19 años de existencia, debería cerrar sus puertas para pasar a otra cosa.
"En lo personal -cuenta- aprendí que no existen los ciclos. A mediados de los ochenta, los lugares duraban un mes y ya estaban. Siempre ibas a un lugar nuevo y parecía piola hacerlo. Eso cambió, y te parece bueno que un lugar dure unos años. La idea del ciclo es distinta. En plena movida de los ochenta las imágenes corrían muy rápido. En este momento es al revés: si sostenés, ganás. Y como Cemento tiene costos bajos, tiene esa onda casi zen y además me sirve para actuar sin gastar plata, está bueno que siga abierto."
-Mediáticamente, tu nombre está ligado a la creación de lugares como Café Einstein, Die Schule o Cemento, más que a tu trayectoria artística. ¿Te frustra esa situación?
-Es el juego de la sociedad de masas y de los medios de comunicación que hacen que te quedes enganchado a una sola imagen. El personaje ganó y lo otro queda postergado. Es una simplificación a nivel de lectura semiológica.
-¿Pero te frustra?
-Sí, me frustra. Cuando el alemán Martin Wuttke vino al Festival Internacional de Buenos Aires, me broté porque yo hace más de 27 años que hago lo mismo que hace él. Es muy fanfarrón decir esto, pero el under empezó con Café Einstein, con boludeces que hacía en ese momento con Sergio Eisenstein. Todo lo que hice entre los 24 y 27 años es lo que se está viendo ahora.
Es cierto: su postura puede sonar a que está de vuelta de todo, pero sus dichos hay que tomarlos con pinzas. Porque claramente, como productor, lo suyo es seguir andando, abriendo puertas. Por eso ahora su próximo desafío se llama República Cromagnon, y no sería novedoso que dentro de poco convocara a la prensa porque tiene entre manos un nuevo proyecto.
Así es este "actor Nike" que llega al pleno corazón del Once pedaleando un triciclo último modelo y acompañado por una rana verde que, dice, sintetiza al público ideal. Así es este señor que, como pocos, sabe pararse arriba del escenario y sacarle la lengua al poder.
Música y otros rubros
República Cromagnon arranca el 10 de abril con Callejeros. "Mueven mucha gente, aunque ellos se llamen "Los invisibles" porque no les hicieron nota", dice Chabán. Para el sábado 17, desde las 5 de la tarde, se realizará el festival "Un día sin marcas", con El Otro Yo, Las Manos de Filippi, Massacre, Bulldog, Satán Dealers, Minoría Activa, Shaila, Responsable No Inscripto, D.I.O.N.I.S.I.O y Diego Boris y La Resistencia.
El 8 de mayo está pautado el Festival Homenaje a Bob Marley, con Chala Rasta, Resistencia Suburbana y Non Palideces. Luego de esa fecha, coparán el estadio, ubicado en Once, Intoxicados, Almafuerte, Horcas, Los Gardelitos y La Vela Puerca.
También quiere ampliar la programación y, entre otras ideas, piensa realizar un festival internacional de teatro con unos tres trabajos de cámara, encuentros de varieté, de magia y espectáculos coreográficos. También anda en tratativas para que Club 69, el grupo que hace estallar a Niceto todos los jueves, tenga una fecha mensual en República Cromagnon. Poco a poco, las fichas se irán acomodando.