Nueva etapa se abre en el Centro de Experimentación del Colón
Sigue hasta fin de año la programación planeada por Gandini
Diana Theocharidis tiene una decidida y polifacética personalidad. Sus conceptos claros, definidos, son expresados con serenidad y concretados con paso seguro. Su bagaje es muy sólido y diverso. Egresada del Taller de Danza Contemporánea del Teatro San Martín, donde tuvo prestigiosos maestros, siguió perfeccionándose con otros eminentes profesores en Francia e Italia. Paralelamente, estudió armonía y análisis musical con Sergio Hualpa y realizó una pasantía en el Institute de Recherche et Cordination Acoustique/Musique - Ircam (Centro G. Pompidou). Además, obtuvo la licenciatura en Psicología y cursó la carrera de Filosofía, ambas en la UBA.
Seguramente la asombró la propuesta que le hizo en septiembre último Gabriel Senanes, director del Teatro Colón: dirigir, con el músico Martín Bauer, el Centro de Experimentación del Teatro Colón (CETC). Pero su actitud es resuelta y, si bien fue una sorpresa, no se echó atrás.
Theocharidis no sólo montó en otros momentos obras suyas en esa sala sino que, casualmente y tal como estaba planificado para esta temporada, presentaría poco después a la Compañía de Danza del IUNA, que dirige desde abril.
El Instituto Universitario Nacional del Arte, creado en 1996, agrupa a las escuelas de nivel terciario encauzadas en teatro, música, bellas artes, cerámica, danza y folklore. Todas se han convertido en "departamentos" del Instituto, aunque las carreras se cursan separadamente y por tradición conservan sus nombres originales. Tal el caso del Profesorado de Danzas María Ruanova. Fue idea de quienes están al frente de éste fundar hace siete meses un grupo que lo representara, con Diana a la cabeza.
Vocación de desafío
Ambos cargos significan tiempo, concentración, disciplina, vitalidad. Lo del CETC surgió cuando Gerardo Gandini, hasta ese momento y durante doce años director de la sala, decidió dejar el cargo. Apenas Senanes convocó a Theocharidis y Bauer, y luego de la aceptación de ambos de cubrir el puesto, las constantes reuniones vieron salir a la luz sus propuestas. "Se continuará con la programación que había planificado Gandini para este año. Como siguen las funciones tal lo previsto, estamos trabajando tanto para cumplir con lo que está organizado y, a la par, vamos armando lo que a se hará en 2003, organigrama que debemos tener listo en diciembre."
Las representaciones de la Compañía de Danza del IUNA fueron unas de las primeras experiencias, dirigiendo la sala y el elenco. El plantel había hecho su presentación "oficial" en el Centro Rojas. Con el cambio de una de las obras, el programa se trasladó luego al CETC e incluyó los estrenos "Cenando a Johannes Brahms", de Carlos Trunsky, y "Ninguna imagen", de la directora de teatro Mónica Viñao, pieza en la que los bailarines utilizan la voz en textos de Viñao inspirados en el Himno Nacional. Además, se repuso "Aria", de la prestigiosa coreógrafa y maestra fallecida Renate Schottelius. El 12 y 13 de este mes, a las 21, la compañía volverá al escenario del Centro Rojas, Corrientes 2038.
En cuanto a este conjunto, Diana dice: "Mi criterio es que estén representadas las distintas tendencias de la danza, desde contemporánea y neoclásica hasta la danza-teatro. Por otro lado, me interesa recuperar algunas obras históricas de grandes coreógrafos desaparecidos, como puede ser el caso de Shottelius y de Ana Itelman.
- Respecto del CETC, ¿cuáles son las instancias que desarrollarán?
-Hay una ventaja, y es que con Martín nos conocemos hace mucho tiempo, así que sabemos bastante respecto de lo que hace y cómo se maneja cada uno. Un lugar que tiene una tradición de doce años, generada por la dirección de Gandini y Pina De Bendetto, a estas alturas tiene perfil propio. Existe un legado y hay que tomar las cosas positivas de él. Ese legado es muy importante, ya que en el CETC hubo hitos que prueban su crecimiento y las excelentes ideas que surgieron allí. Todo lo que sea positivo hay que respetarlo y preservarlo.
-Además, esa sala siempre fue un desafío por sus características físicas, ya que es una especie de sótano sobre el cual está apoyada una parte del gran edificio del Colón.
-Antes se usaba como sala de ensayos. Como centro de experimentación es un lugar único en el mundo: un espacio no convencional dentro de un teatro de ópera es una joya. Hace poco tiempo, en una función en la sala grande, Gandini, que seguirá en el cargo junto a Bauer y a mí hasta fin de año, en lo que llamó "Concierto de bienvenida al siglo XXI", a la vez de despedirse, nos deseó la mejor de las suertes en esta etapa que emprendemos. Dijo que estaba bien dar paso a nuevas generaciones y que esperaba que la tarea nos fuera fácil y fluida. En cuanto a nosotros, más allá del respeto del que te hablé, es natural que la gente que reemplaza a otros tengan otras ideas, lo que no quiere decir que sean mejores o peores.
-Además de preparar la nueva programación, ¿se harán reformas o mejoras en la sala? Tiene sus complicaciones, como las columnas que son sostenes, un obstáculo para todo el que haga una puesta, ya que debe ingeniárselas para que el público tenga buena visibilidad y los intérpretes no se sientan obstaculizados.
-Sí, por supuesto. Hablamos con la arquitecta que se encarga de las reformas. Atenderá nuestras sugerencias porque tanto Martín como yo actuamos allí y sabemos las necesidades que hay. Por ejemplo, aumentar y dar cabida a más "tachos" de iluminación, ya que están muy circunscriptos a un área y, si alguien desea hacer algo en otras partes no existe la infraestructura e iluminación necesarias. La sala está llena de escombros, y hay espacios interesantísimos que no se pueden usar por esa causa. Van a ser limpiados de esos desechos para que quien desee usarlos tenga la oportunidad de hacerlo con los requerimientos indispensables. Inclusive, pesa el tema de la calefacción. Aun así, con Martín insistimos en que hay que hacer mejoras, pero no quitar el encanto que tiene ese espacio sino dar cabida a aquello que lo potencie. Lo de las columnas es cierto, pero obligan a agudizar el ingenio a los que montan obras en esa sala. Tengo la idea de que se hagan gradas móviles que sean útiles en algunos contextos, según como se ubique el escenario, sobre todo, cuando es a la italiana.
-¿Tienen pensado hacer más funciones?
-Queremos, si se da el caso, hacer dos funciones en el mismo día, una a las 19 y otra a las 21. Generalmente no se hace porque hay que armar y desarmar decorados, pero si una de las obras los tiene, se realizará más temprano y luego, en otro recoveco de los que "descubriremos" o de los que ya están, hacer, por ejemplo, un concierto. Como siempre, las entradas serán a precios populares.
-¿Cuál será la pauta central del Centro en esta nueva etapa?
- La pauta central serán los espectáculos interdisciplinarios.Estarán los consagrados y daremos oportunidad a jóvenes que podrán probar sus primeras armas. Tenemos que apostar a nuestras ocurrencias, sabiendo que podemos errar o asombrarnos si emerge algo diferente y talentoso. Si hay un encargo a un músico, será una composición para una coreografía, que la lírica se mezcle con la plástica y el movimiento, que los coreógrafos trabajen con la meta de la entrelazarse con las otras artes.
Los próximos pasos
- Habrá producciones propias del CETC y algunas en coproducción. La intención es invitar a grandes artistas que visiten Buenos Aires para que den charlas, talleres, workshops y accedan a participar en la interpretación.
Como ha sucedido frecuentemente en el CETC, hasta fin de este año y en lo que se está organizando para 2003 las funcione serán muchas y continuas. La actividad constante es la premisa, y para eso Theocharidis y Bauer ya están abocados a full.