Nora Lezano: "Cada vez que conocia a un músico, me ponia a llorar de la emocion"
Considerada en la década del 90 "la fotógrafa del rock", esta artista todoterreno les ofreció su mirada de fan a los más grandes músicos del género y terminó convirtiéndose ella misma en una estrella
No es que el rock es puramente actitud? Yo no tenía una guitarra, pero tenía mi cámara de fotos", dice Nora Lezano y confirma eso de que se puede ser rockero sin ser músico. Ella estuvo allí, fue parte de la historia del rock argentino de los últimos veinte años y sobrevivió para contarlo.
-¿Por qué elegiste la fotografía?
-Yo no elegí la fotografía, yo elegí el rock. Siempre fue así, la fotografía era una excusa para estar cerca de toda esa gente que me movilizaba tanto. Esa es la verdad. De fotografía, nada. Hice un curso, después un taller, pero no me importaba nada. Es el día de hoy que no me importa, lo mío pasa por otro lado, porque con una ventana alcanza para lo que yo busco.
Y pensar que para muchos Nora Lezano es "la fotógrafa del rock"... Habrá que cambiar de dogma y sostener entonces que "Nora Lezano es rock", a secas.
Juegos de seducción
Charly García, Fito Páez, Gustavo Cerati, Andrés Calamaro, Luis Alberto y Dante Spinetta, Ricardo Mollo, Adrián Dárgelos, Hilda Lizarazu, Los Auténticos Decadentes, la Bersuit, El Otro Yo. Desde su irrupción en la escena, no hubo músico que se enfrentara a sus clics modernos y no se enamorara inmediatamente. De ella y de sus fotos. De la sensibilidad de ambas.
Nora los sedujo y los desnudó a todos y a todas -a muchos de ellos literalmente-, casi sin querer, por ser así como es, así de transparente, así de simple, así de compleja. "Cada vez que conocía a un músico, me ponía a llorar de la emoción -cuenta-. La mía siempre fue una mirada de fan y todavía sigue siendo así. Cerati cambió mi vida antes de conocerlo, sin su música yo hubiera sido otra persona. De chica me rateaba del colegio de monjas al que iba para pararme en la puerta de la casa de su mamá a esperarlo. Y pocos años después él vino a mi casa y me dijo el mayor piropo que me dijeron como profesional. Después de fotografiarlo para un trabajo de prensa, me dijo: "Es la primera vez que me reconozco en las fotos". Y sí, en el acto me puse a llorar.
¿Para vos existe la fotografía de rock como género?
-Sí, hay un montón de chicos que les gusta la fotografía de rock. Lo que pasa es que acá el retrato de rock no está considerado como lo está afuera, donde hay muchas muestras y fotógrafos como Anton Corbjin o Annie Leibovitz, que tienen el mismo tratamiento que cualquier artista. La fotografía de rock tendría que tener un lugar en la galería de arte.
-¿Dónde te moviste mejor: en el estudio o en los conciertos?
-Los shows eran más para mí y las fotos de prensa o para tapas de discos eran mi trabajo. En el estudio uno decide todo, pero en los conciertos la luz te la pone otro. Arriba de los escenarios adquirí una velocidad, que ahora agradezco, de resolver todo en un segundo. Las dos cosas tienen su encanto: en una te dan y en la otra vos pedís.
Arriba o abajo del escenario, durante casi veinte años, Nora Lezano se dedicó a retratar a las estrellas del rock argentino. Pero un día dijo basta. ¿Por qué? "En un momento necesité más silencio en mi vida. Uno va creciendo y va necesitando otras cosas y yo necesité un poco de silencio. Entonces empecé a alejarme de los recitales, de la noche y también del rock."
-¿Qué buscabas por fuera del entorno rockero?
-Al haber parado con la fotografía un poco, di lugar a otras cosas que venía haciendo a la par. Siempre llevo conmigo un cuadernito; de hecho, me compro las carteras en función del cuadernito, donde dibujo, escribo cosas que invento, que escucho, que leo, que me dictan y blablablá... Cuando paré un poco los pasé a un archivo de Word y quedó como una especie de diario. Como que ahora vino la palabra. Yo le puse Autobiografía en clave de re , es una síntesis de momentos de mi vida. Es una especie de gran poema. Son aforismos, son sentencias, confesiones. Es un diario escrito en el vórtice del sincericidio, como me dijo Fito [Páez].
Cuando Lezano tomó distancia de la fotografía rockera, también se acercó al teatro y se encargó de la puesta en escena y dirección de los espectáculos Relámpagos de lo invisible y Tapiz Pizarnik , basados en textos de las poetas argentinas Olga Orozco y Alejandra Pizarnik, respectivamente. "No encontré muchas diferencias entre sacar una foto y dirigir teatro -arriesga-. Porque un fotógrafo al fin y al cabo siempre dirige, mueve a la gente y le dice qué tiene que hacer. El teatro me encantó, pero creo que no voy a poder hacer nada hasta que no saque un libro con mis fotos de rock y le dé un cierre definitivo a esta etapa."
Esta artista nacida en Tapiales y criada en Mataderos que alguna vez soñó con ser bióloga y dejó todo para perseguir con una cámara a sus ídolos de adolescencia dice que puso el lente donde quiso, que no se cree eso de ser "la fotógrafa del rock". "Yo fotografié a los que quise, a los que admiraba, no a todos. Por eso siempre lo mío fue tan sólo una mirada de fan. Y ojalá no suene pretencioso, pero todas las fotos que tenía que hacer las hice. Ya está, ni una más ni una menos."
YO ESTUVE AHI
1997
Cenicienta rockera
"Conocí a Charly cuando estaba haciendo la prensa del disco que grabó con Mercedes Sosa, Alta fidelidad. Yo estaba muy nerviosa y cuando terminé y me estaba yendo me llamó y me pidió el teléfono. Le di el de la casa de mis papás y el de la oficina donde trabajaba en la Municipalidad, pero jamás pensé que iba a llamarme. A la semana, mi jefe me dice que Charly García estaba al teléfono. Era obvio que era una joda, pero no. Era Charly, que a la noche tenía el cumpleaños de Pipo Cipolatti en un cabaret y me invitaba a ir con él. «Traé la cámara», me dijo. Fuimos y a eso de las 3 de la mañana le digo que me tenía que volver porque vivía en Tapiales y me acompañó hasta la puerta. Hasta le advirtió al taxista: «Ojo con la chica, eh». Me sentía la Cenicienta."
2000
Es un pájaro...
"La noche anterior a que Charly se tirara en la pileta desde el 9° piso del hotel en Mendoza, habíamos ido juntos al boliche ese donde una piba le rompió un vaso en la cabeza. Charly todavía estaba como loco; yo estaba en una habitación en el piso de abajo con Mariela Chintalo y María Gabriela Epumer mirando la tele y de repente vemos por la ventana algo que cae... Cuando nos asomamos lo vimos a Charly nadando."
2004
Las mujeres de Páez
"Que Fito no sólo me haya pedido hacer la foto de tapa del disco, sino que me haya incluido entre sus mujeres [Fabiana Cantilo, Romina Ricci, Divina Gloria y Cecilia Roth, entre otras] fue un gesto superlindo que no esperaba. En un momento paró todo y me dijo: «Dale, nena, ahora ponete las plumas vos»."
SE DICE DE ELLA
"Fue lindo en la época temprana de Illya Kuryaki descubrir una persona que generacionalmente era como nosotros, que se notaba su entrega a lo que hacía y un humor y una personalidad aventurera. La primera vez que nos vino a hacer una foto nos hicimos amigos instantáneamente y se sumó a nuestro grupo de laburo. Nora era parte de Kuryaki. Fue una época muy experimental para todos, pero después no se quedó ahí y se convirtió en un ojo de las imágenes del rock. A los rockeros les gusta seducir y ella fue un ojo seductor. Como mujer, se paró de otra manera y así como los fotógrafos hombres trabajan muy bien con las modelos, ella logró seducir a sus modelos masculinos."
Emmanuel Horvilleur
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