
Nito Artaza, en ascenso
Nueva etapa: el humorista e imitador incursionó en la producción con dos éxitos teatrales, "Boeing Boeing" y "Tetanic".
MAR DEL PLATA.- "Puedo decir que, felizmente, no soy millonario, pero me ha ido muy bien con el teatro, por lo cual estoy agradecido a Dios y al público."
Esta es la reflexión de Nito Artaza frente al suceso que están teniendo los dos espectáculos que produjo en Mar del Plata: "Boeing Boeing" y "Tetanic".
Este es el resultado de una carrera que comenzó hace 21 años, cuando un joven correntino humorista provocaba que las salas se templaran con la risa de los espectadores. Aquel joven, hoy de 39 años, sin olvidar sus comienzos, encara otra difícil tarea: la producción en teatro, en la que el público lo acompaña, y próximamente también en televisión.
"Empezamos a hacer autoproducciones con el Negro Alvarez, de quien aprendí muchísimo y todo a fuerza de pulmón, como todo lo que hacemos los argentinos. Al Negro lo adoro y podemos pasar horas contándonos chistes, pero a veces nos cuesta trabajar juntos por los pensamientos diferentes que tenemos. Pero rescato lo que aprendí de él."
Y de ese aprendizaje, parece que Artaza aprobó todas las materias, ya que, después de varios sucesos, está al frente de dos producciones importantes, con figuras destacadas, instaladas en salas grandes que, si no atraen al público, pueden resultar estruendosos fracasos.
"Poco a poco la iniciativa de producir se fue convirtiendo en una empresa integrada por 45 personas, con las cuales me reúno periódicamente para renovar ideas. En "Tetanic", por ejemplo, llevamos invertidos desde el vamos y hasta el debut 280.000 pesos. El gasto previsto final que vamos a tener a fin de temporada oscilará entre el 1.400.000 y el 1.5000.000 pesos. El espectáculo recaudará aproximadamente, si Dios quiere, 2.100.000, con los que se pagará a todo el mundo. Hay una fantasía de la gente que cree que me hago millonario. Normalmente, en el teatro hay más fracasos que éxitos. Yo puedo decir que hecho dinero con el espectáculo después de haber sostenido seis temporadas de éxito."
Las mil caras de Nito Artaza
MAR DEL PLATA._ "No hay nada más aleccionador que un fracaso. Te obliga a replantear un montón de cosas. El éxito no te deja ver nada. ¡Está todo perfecto! ¡Sos un genio! Qué vas a ser un genio. Al primer fracaso, uno se da cuenta de que está sólo en este mundo." Palabras que tienen su peso, extrañas en la boca de Nito Artaza, correntino, de 39 años, aunque las sabe alivianar con una sonrisa.
Claro, no es su caso, al menos artístico, ya que el éxito le viene sonriendo desde hace algunos años, cuando sus espectáculos ("Danza con bobos", "Nación imposible", "La dama y los vagabundos") se transformaron en los más taquilleros de la temporada marplatense y también de Buenos Aires.
Ahora disfruta por partida doble: con "Tetanic" y "Boeing Boeing", de las cuales es productor. Y esta instancia de su vida, que lo encuentra en un momento de grandes satisfacciones, lo hace volver la mirada hacia su Corrientes natal, de la cual emigró siendo un adolescente.
"Primero fui al Colegio Militar, donde apenas estuve 9 meses, hasta que me di cuenta de que no era para mí. Mi padre, que era político, felizmente no me vio. Ingresé porque todos los chicos querían ser militares. Era la mentalidad de aquella época. En realidad, mi familia es de larga tradición, en la cual hubo militares y políticos. En la Guerra del Paraguay, Leandro Artaza estuvo junto a Dominguito Sarmiento en sus últimos momentos. Mi familia guarda la carta de agradecimiento de Sarmiento por las acciones en la batalla de Curupaytí. Todos esos valores me fueron inculcados y se me dio por ser militar."
Fue muy acertado que abandonara esa carrera para encarar otra, más ajustada a su personalidad de niño travieso, que encuentra en cada situación una veta de humor para explotar. Este uniforme, el de cómico, le calza perfecto.
"Se divertían conmigo. Lo que más hacía era imitar a cuanto capitán pasaba. Cuando me di cuenta de que no era mi vocación, me fui. Entré a estudiar periodismo en el Instituto Grafotécnico durante tres años. Con el humor, empecé a trabajar en colegios y después en discotecas. Un día vino un fotógrafo amigo y me dijo que le había hablado a Carlos A. Petit de mí. Lo fui a ver. En ese momento se estaba haciendo la revista "Los años locos del Tabarís", con Moria Casán, Mario Sánchez, Orlando Marconi, las Blue Belle Girls y Alberto Anchart. Como se iban unos patinadores, me pidió que hiciera la prueba reemplazándolos. Me prestaron un smoking, que me quedaba grande, y salí a hacer un monólogo de 8 minutos. Justo cuando aparecí sobre el escenario se apagó la luz; un corte en toda la manzana. El destino quiso que hiciera un monólogo de 45 minutos, iluminado por una linterna de mano, hasta que vino la luz. Cuando terminé la gente me ovacionó, porque era el pibe que salvó el momento. Tenía 19 años. Me firmaron un contrato por 9 meses. Para mí fue un sueño. Hice giras con Alfredo Barbieri, Don Pelele, José Marrone y lo conocí a Adolfo Stray, aunque ya estaba enfermo."
En este instante, a Nito Artaza la ternura le cubre la mirada, que trata de ocultar, con pudor, bajando los párpados. Un instante muy fugaz de silencio; luego, la chispa vuelve a bailar en sus ojos.
"Por eso, todos mis espectáculos tienen un sabor a revista, porque lo mamé de estos tipos que eran grandes. Petit era increíble, armaba los espectáculos por el final y yo lo vi hacer de vedette para marcar a las chicas cómo debían bajar las escaleras. A veces, imito esa bajada."
Estos recuerdos forman parte de su historia artística, que comenzó hace 21 años y que hoy le permite extraer de cada situación un motivo para el chiste.
Una nueva etapa
El éxito de los espectáculos de Nito Artaza no lo llevó a dormirse sobre los laureles, Por el contrario, empezó a crecer en otro aspecto, en otra faceta: la de un productor que quiere ofrecer cosas nuevas.
"El año pasado fue la vuelta de Moria Casán a la revista. En esta oportunidad, la incorporación de Isabel Sarli, que generó muchas expectativas y acertamos. La duda estaba en qué haría una mujer que actuó en cine toda su vida y a su edad interviene en este tipo de espectáculo. La cuidamos estéticamente y creo ha sido sorprendente porque ella lo tomó con profesionalismo y gran preocupación. Una vez se torció un tobillo y siguió trabajando. "Estoy bárbara -me dijo-. Aquella vez que tuve ese problema (se refiere a la operación cerebral), me lo arregló Matera. El ya no está, así que tengo que estar bien, sí o sí, porque nadie sabe lo que me hicieron adentro." Es realmente excepcional."
Ahora, con su empresa de producciones, Artaza puede jugar con la fantasía de crear alternativas.
"Creo que es la manera de ir dándole al público cosas nuevas. La gente que viene a Mar del Plata elige sólo uno o dos espectáculos por razones de presupuesto. Además, el teatro sigue siendo una ceremonia: hay que bañarse, cambiarse, elegir el programa. Tiene que ser diferente de lo que se hace en TV. Eso es lo que trato de preservar: la ceremonia de ir al teatro."
Y algo más preserva. La referencia constante a su entorno familiar: sus hermanos y su madre en Corrientes, sus hijos, el deseo de comprar un terreno que perteneció en otro tiempo a su familia.
"En lo personal, deseo, como buen libriano, tener siempre amor. Si no estoy bien en pareja, sonamos. Como futuros proyectos, aspiro a seguir viviendo de lo que me gusta y no creérmela. Cuando creés que la tenés, la vida te da cachetadas. Este medio te llena de elogios y grandilocuencia, pero en el fondo estás solo. Quiero seguir trabajando, que es una de las cosas que sé hacer. Me ha ido muy bien y tengo una situación económica buena, gracias a Dios, al teatro, al público y a mi trabajo."
Proyectos y deudas
"Inconscientemente, me gustaría llegar a ser un capocómico. Te mentiría si te digo que no, porque es mi profesión. Es lo que me gusta ser. Dentro de muchos años, tal vez algunos de nosotros (los cómicos) podamos llegar a ser un referente de Olmedo, Porcel, Barbieri, Marrone. Hay muchos muchachos jóvenes que hoy tienen menos oportunidades que nosotros, porque hay menos boliches, menos show.
"Conscientemente, no estoy seguro, porque he sufrido el descuido de la pareja, de mis hijos; porque no estuve en la operación de mi madre, en el entierro de mi tío. No quiero que me vuelva a pasar lo mismo.
"Por eso no aspiro a ser una estrella; con ser feliz me alcanza. No sé si lo voy a ser, pero uno cree. Con hacer lo que a uno le gusta, ya es una satisfacción que te dio Dios. Tener la salud de tus hijos bien (Sabrina, de 12 años; Juan Manuel, de 11, y Leandro, de 4) y estar bien de amor. Uno puede ser un gran artista, pero si no está feliz con su vida personal, entero por adentro, tranquilo, cosa que yo todavía no logré, entonces no sirve. Como decía Borges: "La existencia de un hombre tiene un momento fundamental, cuando uno se da cuenta quién es". Aspiro a ser un hombre tranquilo que hace lo que le gusta. A mí me ha pasado de no vivir momentos de felicidad.
"Quiero seguir trabajando en producción, que es lo que único que sé hacer más o menos bien. Eso, jugar al fútbol, comer milanesa con puré y no digo hacer el amor, porque me gusta, pero no sé si lo hago bien. Por ahí, tengo que pedir disculpas."