Nicholas Hoult: "Tolkien construía mundos de oscuridad"
LOS ÁNGELES.– La Batalla del Somme, de la Primera Guerra Mundial, fue una de las más cruentas de la historia, con más de un millón de bajas y tres millones de combatientes entre los dos bandos: la alianza entre Inglaterra y Francia contra el Imperio Germánico. Se extendió por 40 kilómetros a lo largo del río Somme, en Francia, y fue decisiva para los Aliados. En aquella batalla, como en casi todas, se utilizaron trincheras y muchos ejércitos aún montaban a caballo, aunque esa fue la primera donde se utilizó un tanque de guerra.
John Ronald Reuel Tolkien , flamante egresado con honores en literatura inglesa de la universidad, era uno de los millares de voluntarios británicos que estaban en la batalla. Tenía 24 años y acababa de casarse con Edith Mary Brath, su amor desde la adolescencia. Tolkien había comenzado a escribir poemas desde la trinchera y cartas que mandaba codificadas a su esposa, revelando en qué lugar estaba. "Cuando sos joven, usás la imaginación para escapar e imaginar historias. Soy afortunado por mi trabajo, porque tengo diseñadores de sets y mucha gente que trata de hacerlas lo más realistas posible. Tolkien construía mundos que estaban rodeados de oscuridad: durante la Primera Guerra Mundial, vio muchas muertes y le dio fiebre de trincheras, lo cual produjo alucinaciones que influyeron en lo que escribiría después", analiza Nicholas Hoult en su encuentro con LA NACION revista. El actor británico, de 29 años, interpreta a Tolkien en la película sobre la vida del escritor, guionada por David Gleeson y el actor Stephen Beresford y dirigida por el chipriota nacionalizado finlandés Dome Karukoski.
Creador de la trilogía de El Señor de los Anillosy de El hobbit, de innumerables cuentos y poemas y de una gran biblia del universo creado por él llamada El Silmarillion, Tolkien fue filólogo, traductor de obras del inglés antiguo, inventor de varios lenguajes, como el élfico (llamado Quenya por él) y sus más de 15 dialectos. Su carrera académica está ligada a Oxford, donde estudió y fue profesor de literatura hasta que se jubiló, en 1959. "Leí su obra cuando tenía 12, cuando era un niño. Y volví a leer El Señor de los Anillos para relacionarlo con su biografía, porque yo no conocía demasiado sobre él antes de leer el guion –detalla Hoult–. También escuché y vi entrevistas de la última etapa de su vida para que me dieran una perspectiva. Y después traté de recrear sus dibujos y estudiar la fonética de los idiomas que inventó. Ese fue el trabajo de investigación básico además de trabajar sobre el guion para encontrar la esencia de la historia", finaliza el actor.
El Señor de los Anillos fue traducida a 38 idiomas y vendió 150 millones de copias, siendo el número uno de obras de ficción de la historia (sí, más que Harry Potter). Conocidas son las películas dirigidas por Peter Jackson, y en 2021 Amazon estrenará la serie basada en los eventos previos a la trilogía. Con un presupuesto de mil millones de dólares, la serie comienza a filmarse en total secreto en agosto de este año.
Todo comenzó con ese joven estudiante de literatura criado junto su hermano menor por su madre cerca de Birmingham. Su padre, un bancario trasladado a Sudáfrica, donde nació J.R.R. en 1892, había fallecido cuando él tenía tres años, y cuando tenía 12 su madre murió por una diabetes aguda. Los dos hermanos fueron a parar a una pensión, donde John conoció a Edith a los 16 años. "Tolkien tuvo que ser adulto de joven, porque era huérfano. Tenía que escapar de su vida a través del lenguaje y la imaginación, pero le encantaba tener gente a su lado, y sus mundos son la recreación de esas relaciones. Estuvo obligado a ser adulto y aprender a estar lejos de Edith, porque lo llamaba el deber desde Oxford. Así que tuvo que encontrar su propia comunidad en esos chicos que le permitían desarrollar su aspecto artístico, aunque no venían todos del mismo lugar que él", continúa Hoult.
Los chicos a los que se refiere eran sus compañeros de colegio, con quienes formaron la sociedad T.C.B.S. (Tea Club and Barrovian Society), en referencia a que tomaban té cerca de una cadena de locales llamada Barrow. Entre otros alumnos inquietos de humanidades, Tolkien se destacaba por su amor a los idiomas inventados y las mitologías celta, germánica y escandinava.
–Hay grabaciones de Tolkien, pero ya de avanzada edad. No se sabe cómo sonaba de joven. ¿Cómo hiciste para recrear eso?
–Claro, la voz de las personas cambia con la edad. Con Tolkien era interesante porque, además del acento, la idea es mostrar que no viene del mismo lugar que sus compañeros, porque no es un privilegiado. Pero al mismo tiempo fue a una buena escuela y tuvo una buena educación, así que tiene ciertos aires de distinción, aunque no tanto como los otros. Puede ser alienante para el público escuchar a alguien hablar bien en inglés, porque pueden pensar que son más privilegiados de lo que en realidad son. Así que sí, tratás de capturar la esencia de alguien de ese período, en lugar de imitar.
Nicholas Hoult tiene ya una extensa carrera en cine y televisión. El rol que lo hizo famoso fue en Un gran chico, con Hugh Grant, cuando tenía 11. Después le siguió la serie Skins y un rol recurrente como Bestia en las últimas películas de X-Men, cuya última –X-Men: Dark Phoenix– se estrenará el 6 de junio. Además, al igual que Tolkien, Hoult estudió literatura inglesa en la universidad.
–¿Usaste algo de lo aprendido en la universidad para esta película?
–Eso fue hace mucho. Creo que aprendí más haciendo la película. No era yo el que tenía la mayor concentración en la escuela y tampoco aprendí mucho de historia en esa época. Siento que aprendo más ahora.
–La experiencia de Tolkien en la Primera Guerra tiene un profundo impacto en su literatura. Lo transformó en un humanista.
–Absolutamente. Además, él amaba la naturaleza y respetaba a todos los seres vivos, no le gustaba el desarrollo de la industria y estaba en contra de las fábricas. De chico se tuvo que mudar a Birmingham; pasó del verde del campo al trauma de la ciudad.
–Algo que la película no toca –y que a mí me hubiera gustado– es la rivalidad con C.S. Lewis, el escritor de Las crónicas de Narnia, porque Tolkien era cristiano y Lewis era un católico que luego se hizo ateo. De alguna manera, chocaron.
–Sí, chocaron. Eran amigos y se peleaban. Aunque se apoyaban también. Lo que quisimos narrar fueron los años de formación, su experiencia en la guerra y el conflicto entre estar enamorado y querer estar con su pareja, interpretada por Lily Collins, o irse a estudiar lejos y seguir su vocación. La relación con Lewis no entró en la película porque hubiera sido excesivo incluirla. Quizá para la secuela.
–¿Tenés parientes que estuvieron en la guerra?
–Sí, mis abuelos.
–¿Te contaron historias?
–No particularmente. Sé que a mucha gente le resultó una experiencia tan terrible que decidieron no hablar de eso.
–¿Nunca preguntaste?
–No, mis abuelos murieron cuando era muy joven, pero por lo que me contaron mis padres, no se hablaba mucho de lo que pasó en esa época. Hay un gran podcast que se llama Hardcore History, que tiene como 25 horas sobre la Primera Guerra Mundial y una de las investigadoras me ayudó mucho a prepararme para esta película.
–Hoy en día, Hollywood se trata solo de superhéroes y Tolkien es una película rara, porque los estudios ya no hacen ese tipo de historias. No toman ese riesgo.
–Es una lástima, porque es la idea de que tiene que haber una base de fanáticos para todo. Y la realidad es que si hacés algo bueno vas a tener una audiencia. Y eso a algunos les molesta. Creo que X-Men es distinto del resto, por lo que tiene que decir sobre la discriminación y las motivaciones por las que la humanidad está dividida. Pero las nuevas plataformas les dan a los narradores la oportunidad de contar las historias que deseen. Todo está cambiando.
–Creciste entre sets de filmación. ¿Cómo ves que cambió la industria?
–Ahora hay divisiones claras entre TV, cine y streaming. Mejoró mucho la manera de narrar en televisión. Los guiones son muy buenos. Los efectos visuales mejoraron en el cine, pero el costo de conseguir una cámara para filmar bajó. Así que creo que vemos más historias, tenemos más voces, lo cual es algo grandioso. No hubo nunca una época antes donde la gente se sentara a ver diez horas seguidas de una serie. Cambió cómo se produce y cómo se consume.
–En términos de realización, ¿también cambió?
–No tanto, pero depende de la filmación. Algunas son similares y otras, completamente distintas. A veces estás en un set con una cámara normal, algunas veces hay una cámara diminuta que no te das cuenta de que está ahí y otras tenés una cámara 3D gigante colgando de una grúa.
–Muchos actores que comienzan de muy jóvenes terminan mal, no solo con su carrera, sino con su vida. ¿Cómo ha sido tu experiencia hasta ahora?
–Creo que tengo la suerte de tener una familia muy buena y eso me permite seguir vinculado a la realidad. Muchos niños tienen éxito rápidamente y lo convierten en algo constante. Yo filmé Un gran chico y el cine no se transformó en algo diario, sino que llevé una vida normal por muchos años.
–Ahora sos padre de una hija, ¿no?
–Preferimos no decir si es nene o nena.
–Entendido. ¿Cómo te cambió la vida ser padre?
–Es sorprendente, es hermoso, ¿no te pasa lo mismo? Te hace percibir el tiempo de manera distinta. Casi todo lo ves de manera diferente. Ya no dormís de la misma manera. Tenés un nuevo amigo que podés ver crecer, aprendés de él, pasás tiempo con él.
–Supongo que el motivo por el que no decís si tenés un hijo o hija es para protegerlo de la prensa que en Inglaterra es conocida por los tabloides y paparazzi. ¿Te molesta la prensa?
–Sí, me siento intimidado. Porque son agresivos y atemorizantes. A veces ni te das cuenta de que están ahí: a veces ves una foto que ni sabías que te estaban tomando y pensabas que no había nadie ahí y te sentís violado. Sí, te sentís raro.
–¿Te pasó?
–Sí.
–¿Cómo reaccionaste?
–No podés hacer nada porque te enterás después del hecho.
–Interpretaste varios personajes reales en los últimos años, ¿fue a propósito?
–No, solo fueron roles interesantes y me gustaba contar sus historias. Tolkien en esta película, o Tesla en The Current War; me encanta la dedicación que tienen con lo que aman.
–¿Cómo es tu método de actuación? Supongo que siendo inglés sos más clásico.
–No tengo un modo determinado y creo que cada cosa requiere su aproximación única porque depende del rol y de cómo el director quiere filmarlo. Así que no, no hay un momento donde me vuelva 100% actor del método, pero al mismo tiempo hago toda la investigación y preparación posible para que cuando llego al set pueda capturar la esencia de manera honesta.
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