Netflix: Katla es una fascinante serie islandesa sobre pérdidas, apariciones y pasiones humanas

Katla (Islandia, 2021). Creadores: Baltasar Kormákur, Sigurjón Kjartansson. Elenco: Guðrún ÝrEyfjörð (GDRN), Ingvar Sigurdsson, Aliette Opheim, Íris Tanja Flygenring, Þorsteinn Bachmann, Björn Thors. Disponible en: Netflix. Nuestra opinión: muy buena.

La flamante creación de Baltasar Kormákur luego de la exitosa Trapped explora nuevos caminos. Ya no es la investigación policial sobre crímenes y desapariciones en la víspera de una tormenta de nieve sino el enigma sobrenatural que se aloja tras una serie de apariciones luego de la persistente erupción del volcán Katla.

La acción se ubica, como entonces, en una remota región de Islandia, alejada de Reykjavik y su tecnología citadina, con apenas un policía, una médica, la dueña del hotel, unos rezagados campesinos y un grupo de científicos dedicados a la exploración del volcán y el glaciar que lo contiene. Katla es la estrella del lugar, su actividad regular marca los ritmos del poblado, las evacuaciones, los estudios ambientales, las restricciones de acceso. Pero Katla es también protagonista de leyendas, cuna de seres mitológicos que aparecen tras cada erupción, anunciaciones de un mundo ancestral que parece despertar con nueva fuerza.

Katla comienza en la ciudad de Vik con una nueva ronda de investigaciones sobre las muestras del volcán. Cierta actividad inusual parece haberse detectado, y el geólogo Darri (Björn Thors) se decide a viajar a la región luego de descubrir ciertas anomalías en las erupciones. El aire está plagado de un polvo gris que todo lo contamina, la nieve se motea con la ceniza, el frío contrasta con los interiores calefaccionados del único hotel y las casas todavía habitadas. Grima (la cantante islandesa GDRN) sigue allí después de un año de la desaparición de su hermana Ása (Íris Tanja Flygenring), a la espera de una señal que asegure su supervivencia. Su padre y su marido la instan a trasladarse a la capital, pero el duelo nunca parece llegar. Lo que sí llega, una de las tantas mañanas frías, es una mujer cubierta de negro, bañada con la lava del Katla como una extraña forma de bendición. Dice ser sueca, llamarse Gunhild y trabajar en el hotel, pero los registros la encuentran 20 años antes con la misma juventud que ahora presenta. ¿Quién es y de dónde viene?

Katla se nutre de las vestiduras del terror atávico, signado por la figura siniestra del doble, por el folclore islandés, sus mitos de regresos y sanciones. Pero detrás de esas misteriosas apariciones que parecen arribar desde el centro del volcán, se delinean los asuntos humanos, las pérdidas no resueltas, las deudas del pasado y los anhelos del presente. Con una magistral concepción del espacio, inmenso pero asfixiante, reino de la naturaleza y trampa del hombre, Kormákur confirma que Islandia produce una ficción fascinante y vigorosa, atada a su propia idiosincrasia, a ese entorno ártico y hostil, pero universal en su recorrido de las pasiones humanas, sus miedos y sus anheladas reconciliaciones.

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