Netflix: 7 razones para volverte fan de Crazy Ex Girlfriend
Si para este momento todavía no descubriste la joyita televisiva que es Crazy Ex Girlfriend, producto de la mente de la talentosa comediante Rachel Bloom , y la guionista y productora Aline Brosh McKenna (El diablo se viste a la moda), tenés tres temporadas enteras para disfrutarla en Netflix . Nunca es tarde para empezar. Para los que vienen siguiendo este hit silencioso que ganó el Globo de Oro y dio el batacazo como serie revelación hace dos años, conquistando a los críticos y volviéndose serie de culto (pese a tener los ratings más bajos de la TV abierta), la tercera temporada ya está disponible para ver, reír y tararear. Pero, por si las credenciales técnicas y premios no son suficientes, a continuación algunas razones no perderse esta comedia.
1. Corriendo los límites de lo narrativo
Con el paso de las temporadas ha demostrado ser una comedia inteligente sobre la enfatuación romántica (y su cercanía con comportamientos obsesivos), al punto de enternecer, hacer reír e incomodar al televidente al mismo tiempo, mientras que propone el uso de canciones como parte integral de la narrativa sin alienar al público que no es fan del musical. Su guion ha avanzado de modo que los números musicales son cada vez más imprescindibles y desopilantes -como si eso fuera posible-, autoparodiándose y a la vez parodiando la cultura popular en formato de videoclips, citas a films y hasta comerciales. Además las historias de todos los personajes han evolucionado abriendo nuevos rumbos en lo narrativo. Por último, mientras que la verosimilitud de la serie nunca fue su fuerte ni su objetivo -por el contrario sí la observación cultural sobre sus personajes y sus conflictos-, la ficción lleva la fórmula de finales con giros imprevisibles hasta las últimas consecuencias, sin hacer fallar el conjunto y siempre dejando la intriga de cómo van a resolver los líos en los que se mete Rebecca Bunch. Y esta vez no es la excepción.
2. El lado divertido de la venganza
Con el cliffhanger de la anterior temporada con Rebecca abandonada en el altar, en estos primeros capítulos, la serie se juega las cartas en la ejecución de la venganza y el despecho de la ex-enamorada. Es divertido ver a la protagonista finalmente volviéndose su peor pesadilla, es decir, ser la "loca ex" de Josh (Vincent Rodriguez III). En palabras de la propia Bloom se explota la inestabilidad del personaje central, que ya se anunciaba desde las primeras dos temporadas. Todo esto se logra gracias a las brillantes actuaciones, en particular de su protagonista y nos permite ver su lado verdaderamente oscuro y autodestructivo, que avanza por una espiral de malas decisiones y conflictos, con canciones y dejándonos al borde un colapso... de las carcajadas.
3. Cómo hablar temas serios sin dejar de ser graciosos
Si en anteriores temporadas los tópicos rotaron desde la necesidad de estar en pareja y la obsesión con el otro, a la presión familiar versus el propio deseo o la búsqueda por encajar socialmente, esta temporada Bloom y McKenna no se amilanan y van por todo (¡ojo, algunos spoilers a continuación!). La tercera temporada arranca luego de que Rebecca promete venganza, en un anticipado brote psicótico. De ahí en más, la muñeca de sus creadoras permite tocar tópicos indispensables que han estado presentes desde el episodio uno de esta producción: cómo los trastornos mentales o el trabajo que hacemos o, para el caso, nuestra pareja, nos definen. Toda la nueva temporada gira en torno a Rebecca tratando de averiguar quién es sin Josh, con un nuevo diagnóstico y con mucho tiempo libre entre manos. Pero en verdad vemos a todos los personajes lidiando con sus propias crisis de identidad: Josh sin Rebecca y sin trabajo; Heather recibida y sin poder seguir como estudiante crónica, Daryl buscando ser padre y Paula enfrentando a la familia que ya tiene. Así, el guion se traslada a un tópico transversal que tiene que ver con cómo estos personajes asumen la adultez, aunque no siempre de la forma más evidente o esperada. Por suerte.
4. Los número musicales, cada vez más afilados
Hablar del suicidio o del trastorno de personalidad múltiple en una canción puede ser todo un desafío, pero si algo nos han demostrado Bloom, Jack Dolgen y Adam Schlesinge (quienes escriben las letras) es que si es posible cantar sobre tener sexo durante el período, la adrenalina que da "stalkear" a la nueva novia de tu ex o el peso de tener una madre judía e hiperexigente, prácticamente todo es posible. Por eso como explica la crítica Allison Shoemaker en una nota reciente del AV Club,Crazy Ex Girlfriend también innova en terreno musical: haciendo que las canciones se conecten con las escenas, reflejen los estados mentales y emocionales de los personajes, pero también dialoguen con números anteriores y subtramas de otras temporadas. "Hasta que otra brillante comedia musical sobre la enfermedad mental y la autoconciencia deconstruya la comedia romántica mientras que también explora temas de género y sexualidad en la cultura pop llegue, probablemente, no veamos nada igual", sentencia Shoemaker. Y puede que tenga razón. Además, su elenco, que incluye figuras con carreras exitosas en Broadway, hace que cada número sea entretenido desde la música al baile. Mención de honor para algunos temas de esta temporada: "Let’s Generalize About Men", "Without Love You Can Save The World", "Horny Angry Tango" y "The Miracle Of Birth".
5. Personajes que vuelven
Mientras que muchos esperaban el regreso -aunque más no sea en un cameo- del personaje de Greg (Santino Fontana), otros pedían que vuelva Trent (Paul Welsh), el ex falso novio de Rebecca, que de tan obsesionado con ella es la contracara masculina de la protagonista. Quizás uno de los personajes más bizarros del show -y hay bastantes para elegir-, Trent regresa a regalarnos más humor y cuadros increíbles como el relato de todo lo que estuvo haciendo desde que le dejó el sobre con información sobre el pasado de Rebecca a Josh, en el final de segunda temporada. Y, por supuesto, con geniales repeticiones de números musicales como la cortina "I'm Just A Girl In Love", pero en versión Trent ("I'm Just A Boy In Love").
El personaje de Trent es para algunos "el arma narrativa secreta" de esta temporada porque trae a la vista todo lo que Rebecca aún no ha podido enfrentar o admitir de sí misma, como un espejo que devuelve lo peor de ella. Para los que piensan que Trent debería tener su propio spin off, tendrán que conformarse con algunas apariciones brillantes en los dos últimos episodios.
6. Reflexión sobre los estereotipos
Si toda la serie es un gran recordatorio, ya desde su título -y como sus autoras han explicado-, sobre la liviandad con la que se rotula a las mujeres como "locas" o "histéricas" cuando se ponen intensas en materia romántica, sin desandar el camino que las lleva ahí ni las expectativas sociales que penden sobre ellas. ("Como mujer se supone que lo tengas todo, pero que a su vez dejes todo por amor". reflexionó Bloom tiempo atrás). Crazy Ex Girlfriend también es una mordaz observación sobre la comedia romántica y lo desactualizado del género. No sólo se permite mostrar lo absurdo y peligroso de que el interés romántico sea el principal motor de la vida de Rebecca, sino que también nos revela los lugares comunes de las comedias románticas que construyen y soportan este ideal. Y por eso esta serie es -y no es- sobre una mujer que se muda a California persiguiendo a su exnovio de la adolescencia, explorando una miríada de temáticas contemporáneas, conflictos y personajes. Todo esto llevando el enamoramiento al extremo, y mostrando que tanto Rebecca como Trent son menos inocentes y mucho más freaks de lo que sus respectivas canciones intentan hacernos creer. El leit movit de esta temporada: ¿hasta qué punto somos un producto de nuestro entorno o de nuestras propias decisiones?
BONUS TRACK
7. Diversidad corporal
En una época en donde a las mujeres protagonistas se les exige ser delgadas y bonitas, Bloom continúa mostrando con desparpajo que poco y nada le importan sus kilos de más, luciendo baby dolls, vestidos cortos y trajes apretados a lo largo de toda la temporada. Incluso se permite bromas explícitas con su físico y algunos gags divertidos al respecto. Es sabido que justo antes de comenzar a filmar la primera temporada Bloom se planteó trabajar con un personal trainer para tener una imagen televisiva acorde; pero por suerte desistió por completo de la idea. El hecho de que podamos verla -y disfrutarla- en todo su esplendor, y que siga siendo tan sexy y divertida como siempre es algo poco tradicional en TV y que vale la pena rescatar. Por otro lado, el elenco de Crazy Ex Girfriend refleja una gran variedad étnica, de orientación sexual y de tipo corporal que se ajusta más a los tiempos que corren. Y se agradece. Puntos extra por la subtrama de que Daryl quiera tener un bebe como padre soltero y gay, Rebecca le done un óvulo y Heather sirva como vientre sustituto, representando las nuevas dinámicas y formas de familia.
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