Néstor Marconi, al Colón
Mañana tocará el "Concierto para bandoneón y orquesta", de Piazzolla, con la Sinfónica
Lidera su propio trío y está grabando un nuevo CD que podría llegar a las bateas a mediados de este año; integra el Nuevo Quinteto Real y desde hace seis meses comparte con Atilio Stampone la dirección de la Orquesta de Música Argentina Juan de Dios Filiberto.
¿Qué más? Hoy interpretará el "Concierto para bandoneón y orquesta" de Astor Piazzolla, en el Teatro Colón, con la Sinfónica Nacional, que dirige Pedro Ignacio Calderón. Y el jueves y el viernes próximos llevará esa misma obra a Oslo, donde tocará acompañado por una orquesta noruega.
"También doy clases particulares y en la escuela de Sadaic, y siempre estoy enganchado en proyectos que no llevan mi nombre", dice el bandoneonista Néstor Marconi, sin poder disimular su cara de dormido. La Nación lo hizo madrugar un poco para esta entrevista en medio de las grabaciones y los ensayos.
"No me puedo quejar. Sería injusto si lo hiciera", dice más tarde, mientras larga una sonrisa, juega con las teclas de su bandoneón y estira la vista por la ventana del living de su casa en busca del sol.
En su vida hay una esposa, dos hijos, dos nietas, una casa, un perro y algunos partidos de fútbol, una actividad que realiza cuando la música se lo permite.
Marconi es un rosarino modelo 42 que comenzó a los 10 con estudios de piano y composición hasta que adoptó el bandoneón. Desde los 20 pasó por diversas agrupaciones, como las José Basso y Enrique Mario Francini, compuso dos suites que fueron estrenadas por la Orquesta de Cámara de Rosario, fundó el Vanguatrío, registró música de películas y realizó giras por Europa, entre ellas, una junto a la Orquesta Filarmónica del Teatro Colón.
Este músico investiga todos los formatos aptos para hacer tango. Y aunque hace un par de años manifestaba su preferencia por los tríos, en su nueva placa amplía esta estructura.
"Estoy haciendo un álbum donde también habrá quintetos y sextetos, y secciones de cuerdas -aclara-. En realidad, me gusta todo tipo de formación con la que se pueda hacer música. Son sensaciones diferentes. Lo que me seduce del trío es el trabajo diario. Porque estoy todo el tiempo tocando. En cambio, con otras actividades paso más tiempo escribiendo y dirigiendo, como es el caso de la Orquesta Filiberto".
Según Marconi, el trío no tiene ataduras. Porque este músico ante todo se considera intérprete. "Creo que la interpretación está por encima de la dirección, la composición y la docencia, aunque estas cosas me gustan mucho. Los talleres que di el año pasado en el campamento musical "Tocar la Vida", que se hace en el Chaco, por ejemplo".
Pero desde agosto de 2000 el bandoneonista tiene la responsabilidad de conducir la orquesta de música argentina, algo que nunca pidió, pero que alguna vez fue un íntimo deseo.
"Una oferta grata porque vino de los músicos del organismo. Yo no estaba al tanto de lo que pasaba con la Orquesta ni con Osvaldo Piro (el director anterior). Luego me enteré de que sonaba el nombre de Stampone y me pareció bárbaro.Y un día me llamaron los músicos y me propusieron la codirección de la orquesta. La idea era formar un equipo con Stampone. Fue de mucha satisfacción y era algo que me interesaba.
-¿Qué busca en esta orquesta y que cosas tiene para dejarle?
-Me tengo que adaptar. La orquesta no tiene un público tradicionalista, pero tampoco se le puede dar de golpe cosas demasiado elaboradas. Empecé con títulos tradicionales, algunas cosas mías y una selección de Piazzolla. Igualmente, me di cuenta de que gustó, y que hay un público que uno no ve. Porque muchas veces la gente no tiene acceso a ciertos espectáculos por el costo de las entradas. Así también te das cuenta de que hay una audiencia que te quiere, la que va al Cervantes o al San Martín, con muchos jóvenes a quienes les gusta el tango: escucharlo y bailarlo.
-¿Qué pasará con las demás ritmos populares argentinos, ya que los directores de la orquesta vienen del tango?
-Con Stampone estamos pensando en llamar a directores invitados de todos los géneros para tener un matiz distinto en la orquesta y en el público. Tiene que haber folklore y, quizá, hasta rock nacional. Ya veremos.
-¿Qué busca, en un plano expresivo?
-Lo que siempre busco es el equilibrio entre lo que se siente y lo que se debe dar. No me puedo olvidar de eso. No puedo decir: voy a hacer tal cosa; si al público le gusta, bien, y si no que se j... Creo que la mayor satisfacción del artista es cuando el público se levanta y aplaude. Tiene que tratar de meter lo suyo, pero dentro de las posibilidades de la audiencia. Está en él la capacidad de equilibrar y dosificar todo eso. Hace quince años, todavía se discutía a Piazzolla o la inclusión de una guitarra eléctrica en el tango. Hoy esa misma gente es la que va a Radio Nacional y aplaude una selección de temas de Astor. Ese público necesitaba un tiempo. Por eso estoy de acuerdo con la mayoría de las cosas de Astor, menos con que se peleara con el público. Claro que él emergió en un momento donde no había mucha variedad más allá de la personalidad de cada músico, de cada director de orquesta. El chocó muchas veces y reaccionó. Inclusive, ahora se lo reconoce y su obra se escucha en Europa y en los Estados Unidos mucho más que cuando estuvo por allá.
-¿Piazzolla fue el principal responsable de acercar el bandoneón y el tango a las formaciones sinfónicas?
-Sí. Creo que no se asociaban tango y bandoneón con orquesta de cámara o sinfónica. Al principio trabajó con formaciones sinfónicas desde su lugar. Luego comenzó a meter el bandoneón. Pero si tenemos que hablar de todo lo que le debemos a Astor vamos a estar todo el día. Esa es una. Porque el bandoneón era un instrumento muy local; es alemán, pero con el tango llegaba hasta la General Paz, y en las provincias de la Argentina entraba en el folklore. Gracias a Piazzolla se acopló a las orquestas. Algunos dicen que si lo hubiera conocido Mozart, hoy el bandoneón estaría dentro de un organismo sinfónico.
-¿Qué puede decir del concierto para bandoneón?
-Digo que son tres tangos de Astor. Uno allegro, otro andante y otro presto. Es todo lo que él hacía con el quinteto o con el noneto transferido a una orquesta. Es tango.
-Daniel Binelli, Rodolfo Mederos y usted suelen tocar con este tipo de orquestas...
-También lo han hecho algunos noruegos y creo que algún holandés. No es sólo cosa de argentinos. Pero ahora tenemos que escribir. Porque en algún momento las orquestas se van a cansar de hacer sólo Piazzolla, pero van a querer seguir haciendo tango. Esto no significa que se va a descartar el trabajo de Astor, pero sí habrá una nueva demanda, que va más allá de la música clásica. Por eso debemos tener un material para lo que va a venir.
Orquestas y algo más
Cuando Marconi regrese de Oslo deberá retomar la actividad con la orquesta Filiberto en el Teatro Nacional Cervantes y con el ciclo de recitales que el organismo realizará semanalmente en el auditorio de Radio Nacional.
También volverá a las noches del Club del Vino, con el "Encuentro a todo tango", que lleva en cartel seis temporadas consecutivas. Allí el músico despliega su proyecto personal y para el cierre toca con el Nuevo Quinteto Real, de Horacio Salgán y Ubaldo De Lío.
"Es un trabajo muy relajado y placentero. Quizá tenemos un repertorio central que lo estamos repitiendo mucho, pero es tan especial, tan divertido", dice Marconi.
En Buenos Aires también lo espera la grabación del nuevo CD para el sello Warner. La placa incluirá temas con su trío, que comparte con su hijo Leonardo Marconi en piano y Oscar Giunta en contrabajo, más algunos invitados como Fernando Suárez Paz, Horacio Malvicino y Enrique Roizner, y un cuarteto de cuerdas integrado por músicos que reclutó de la Filiberto.
Habrá de todo: temas propios, entre ellos algunos estrenos, y unos cuantos ajenos que forman parte del repertorio tradicional del género. "Pa´que bailen los muchachos", "El arranque", "Sueño azul", de Francisco De Caro, y "Estudiante", de Gardel, son algunos de los primeros títulos que aparecen en la memoria de Marconi.
"Siempre me gustó poner temas de Troilo, Laurenz y, sobre todo, de Gardel. Porque hay obras que, por lo general, se escuchan cantadas pero tienen melodías preciosas para aprovechar desde un arreglo instrumental. Ya grabé algunas, como "Cuando tú no estás" y "Mi noche triste". Ahora voy con otra lista", asegura.
En la placa habrá tríos, quintetos, sextetos, conjuntos más grandes, y algunas novedades que todavía no terminan de cerrar el repertorio ni la lista de invitados.
Si el tiempo está de su lado, quizá pueda grabar una pieza con el chelista Yo-Yo Ma y con la pianista que habitualmente acompaña a ese virtuoso devoto de la música de Piazzolla.
"Piano, chelo y bandoneón. Es una idea que tenemos desde que hicimos una gira juntos. Lo que pasa es que su agenda es terrible .Veremos..., si no es en este disco será para el próximo".
Con Calderón, Virginia Tola... y Rossini
- El primer concierto sinfónico del año propone una conjunción curiosa de tres grandes creadores de la música nacional y también fragmentos de tres de los mayores exponentes del gran repertorio operístico italiano del siglo XIX.Un programa con estas características será el que desarrollará mañana, en el Colón, la Orquesta Sinfónica Nacional, dirigida por su titular, Pedro Ignacio Calderón. Las obras argentinas serán "Las niñas", de Carlos Guastavino; el Salmo 150, de Alberto Ginastera, y el "Concierto para bandoneón y orquesta", de Astor Piazzolla, con la actuación como solista de Néstor Marconi.La segunda parte estará integrada por oberturas y arias de Rossini, Bellini y Verdi, con la intervención de la soprano Virginia Tola. Asimismo actuarán el Coro Polifónico Nacional, dirigido por Carlos López Puccio y el Coro Nacional de Niños, que conduce Vilma Gorini de Teseo.
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