Natalia Oreiro: "Me preocupo por ser creíble"
La actriz de Entre caníbales pasó por Conversaciones en LA NACION y habló del compromiso de su personaje
Apura simpatía, Natalia Oreiro disimula a la perfección las 12 horas de grabación que cada día le exige Entre caníbales. Tal es su compromiso con el programa de cada noche, que después de compartir tiempo con su familia estudia lo que va a hacer al día siguiente. "Cuando la casa está en silencio me pongo a estudiar, y eso que arranco muy temprano. Lo que justifica todo es que mi personaje no está haciendo de linda. No me tengo que preocupar por verme bien, sino por ser creíble", dice la actriz en LA NACION.
-¿Qué descartaste para tomar esta decisión? ¿Dejaste de lado otros proyectos?
-Yo tenía pautado un año más cinematográfico. También iba a hacer teatro, una asignatura pendiente. Pero cuando Tomás Yankelevich me habló de esta propuesta, dos cosas hicieron que dijera que sí: primero, la historia me impactó como mujer y, segundo, que Juan Campanella esté detrás de todo. En mi decisión primero estuvo la mujer, y después la actriz.
-¿Te podés aislar de un personaje tan intenso?
-Cuesta, pero es necesario para poder profundizar estos sentimientos intransitables para mí. Lo que le pasa a mi personaje es desgarrador. Tuve que investigar mucho, pero sobre todo sensibilizarme con el tema. En un momento tuve que tomar distancia, me obligaron a eso. Empecé a sentir mucha angustia. Es muy difícil mirarlo desde afuera y tomarlo como una interpretación más. Siete de cada diez mujeres son víctimas en su vida de algún tipo de abuso. Sexual, psicológico, económico. Por eso voy a ir a la marcha del miércoles próximo.
-Tu personaje hace mucho más visible esa problemática.
-Me pareció muy valiente la decisión de Telefé. Se metieron en una difícil. Y nos está costando bastante.
-¿Te referís a las discusiones por el rating que ya asoman?
-Siempre supimos que éste era un proyecto difícil, sobre todo para una tira diaria. Todos queremos desconectarnos, un poco de entretenimiento. Pero queremos ir hacia un público que se corrió más al cable, a Netflix y no encontraba en la TV abierta algo que lo hiciera pensar. Y éste es un programa para estar atentos. Que te mantiene en tensión. Es algo nuevo, y como toda cosa nueva, al principio cuesta.
-¿Qué le pedirías al público para comprometerse más?
-Creo que muchos me descubrieron aquí como actriz dramática. Pero nunca pedí nada. Siempre trabajé para mí. Me divierte mucho lo que hago. Pero con los años empecé a necesitar, por ejemplo, que alguien me dijera que con una escena mía modificó algún momento de su vida.
-¿La lesión de Joaquín Furriel alteró los planes?
-Pobre Joaquín. Se fracturó dos vértebras. Pero está bien de ánimo. Hablé con él, me contó cómo fue. Una tontería casera jugando con su hija. Ya está mejor de ánimo, lo estamos esperando. A partir del lunes [por mañana] vuelve a grabar. Es el protagonista y su personaje, como el de Benjamín Vicuña, va a tener vuelcos importantes. Los actores no sabemos cuál será el recorrido futuro de nuestros personajes. Campanella no nos cuenta todo para que nos sorprendamos con el espectador.
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