Muy buen arranque
CANNES.- La Competencia Oficial sigue en estado de gracia. Ni los más veteranos y memoriosos recuerdan un arranque con tanto buen cine como en esta 69» edición. Ayer fue el turno de la notable Toni Erdmann, de la alemana Maren Ade; y -sin llegar a las mismas alturas- de The Handmaiden, thriller erótico de época dirigido por el surcoreano Park Chan-wook. La directora de Entre nosotros narra en su tercer largometraje la historia de una ejecutiva alemana (magistral labor de Sandra Hüller) radicada en Bucarest. Mientras asciende su vida íntima y afectiva es casi nula. Hasta que (re)aparece su padre (Peter Simonischek), un hombre alegre, caótico y afecto a las bromas pesadas, para descontracturarle por completo su metódico, obsesivo y eficiente universo profesional. Regala brillantes momentos de comedia (como cuando ambos hacen un cover de Whitney Houston) y otros de enorme intensidad emocional para una verdadera gema que difícilmente se vaya de Cannes sin algún premio importante.
Por su parte, Park Chan-wook regresó a la Competencia de Cannes con The Handmaiden, película ambientada en la década de 1930. Una atractiva muchacha llega a una mansión de una heredera nipona para trabajar como criada. En principio, ella está asociada con un embaucador que se hace pasar por conde, pero la narración tiene muchas vueltas de tuerca. Película sobre la locura, el erotismo, la pasión y las traiciones cruzadas, regala en sus casi dos horas y media todo el precisosismo y virtuosismo para la puesta en escena, el encuadre y la iluminación del realizador surcoreano.