Zoe Gotusso: las nuevas búsquedas de una voz que se descubre solista
Zoe Gotusso. Álbum: Mi primer día triste.Canciones: "Cuarto Creciente", "Desnuda", "María" (Acústico), "Ganas", "La culpa", "Amándote" (de Jaime Roos), "El Cuerpo", "Ya" y "María". Músicos: Hugo Fattoruso (piano y acordeón), Juan Campodónico (guitarras y programaciones), Gabriel Casacuberta (bajo), Javier Casalla (violín), Nicolás Ibarburu (batería), Diego Mema (guitarras y programaciones) y Alejandro Terán (arreglos de cuerdas). Productor: Juan Campodónico. Discográfica: Sony Music. Nuestra opinión: bueno.
"Siempre quise decir esto / Solo que no me animaba". Estos versos se escuchan en "La culpa" y es el espíritu detrás de Mi primer día triste: el álbum de Zoe Gotusso que da inicio a su carrera como solista, decisión que tomó un lunes de junio de 2019 cuando se separó, en pleno vuelo, de Santi Celli, su compañero en Salvapantallas. Desde entonces, los seguidores de la joven cordobesa de 23 años esperan este momento.
Si bien hay mucho de la esencia de aquel dúo, este disco suena a búsqueda. Cada canción tiene su propia identidad, pero -una vez iniciado ese track- se mantiene lineal. Si fuese un libro, antes de comenzar cada capítulo uno no sabría con que se podría encontrar, más allá de algunas constantes como el protagonista (en este caso, su voz) y el lugar de los hechos (dado por la sensibilidad y autenticidad de la artista).
Lo que sucede aquí es que, una vez sumergido en ese capítulo, ya no hay grandes variantes. Todas las canciones plantean su esencia en los primeros segundos y luego permanecen constantes, sin sorpresas ni giros en la melodía o en la letra. En el ADN de esta artista está el despojo y la sencillez, pero -aunque lo complejo no siempre es sinónimo de lo bueno- en este disco quizás haya un exceso de esa modalidad.
Sin embargo, la linealidad pareciera ser una decisión. Tal es así que incluye dos versiones de "María": una acústica, con tintes de bossa nova, en la que la guitarra de Diego Mema, como único instrumento, abraza su voz; y otra a la que se suma el ronroco, el contrabajo, la batería, el piano, la percusión y un interesante juego de voces. Esto quiere decir que no es que no pueda nutrir lo que hace dándole matices, sino que elige el despojo y lo constante.
Esta versión más instrumental es el último tema y allí Zoe deja entrever -de algún modo- cómo atraviesa esta nueva etapa como solista, por lo que se despide diciendo: "Tocame el corazón, vas a ver / Que lo que tengo es bueno".
Es que la mayor riqueza de esta propuesta está en el mensaje. A lo largo de los 10 tracks que componen el disco, Zoe transita el dolor que, por momentos, "la va a matar" ("Mi primer día triste") y por otros, "trae canciones" ("Ganas"), al punto de que termina aceptando que todo "empieza y muere", pero se pregunta por cuánto tiempo es que se habita ese dolor ("La culpa"). La ex Salvapantallas termina cediendo ante esa puja y decide "no quedarse con las ganas": quizás -al fin y al cabo- de esto se trate su apuesta por su carrera solista.
En el documental "Retrato en movimiento", en el que relata cómo fue el proceso de composición de este proyecto, Zoe confiesa que -para ella- "no hay reglas para hacer canciones", sino que lo que despierta la creación de nuevos temas son los sentimientos y el deseo de "decir cosas". "Me tengo que sentir representada por lo que estoy diciendo, sino es mentira. Está bueno cantar verdades".
Siguiendo esta premisa, en "Desnuda" -la segunda canción del álbum- la valentía se apodera de la artista, que le pone melodía a una confesión: "El otro día te vi, estabas más linda / Me dieron ganas quizás de ser lo prohibido / Tu forma de ser hace que yo quedé desnuda frente a vos". Así es, Zoe "canta verdades" y elige el arte como medio de abrirle al mundo su sexualidad.
Ella canta verdades propias y ajenas, y en este disco, grabado en Montevideo, se animó a ponerle su voz al emblemático tema del uruguayo Jaime Roos, "Amándote", nuevamente acompañada solo por la guitarra de Mema. Una especie de homenaje a la tierra que la vio nacer como solista.
De todos modos, la icónica canción no fue la única impronta uruguaya en el proyecto. En esta búsqueda, Zoe contó con la guía de importantes músicos de aquel país como el compositor y multiinstrumentista Hugo Fattoruso y el compositor y productor Nicolás Ibarburu.
A ellos se les sumaron los integrantes de la banda Bajofondo Juan Campodónico, Gabriel Casacuberta y Javier Casalla, como así también Alejandro Terán que, como en Sueño Stereo (el séptimo disco de estudio de Soda Stereo), estuvo a cargo del arreglo de cuerdas.
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