Yamandú Costa trae su música de frontera
El virtuoso guitarrista gaúcho tocará esta noche con la orquesta Filiberto
Un mes atrás escribí una columna que llevó un extraño título: "Autoestima orquestal".
¿Era una especie de prólogo para un libro de autoayuda de una editorial de libros musicales? No, nada de eso. Fue la reacción ante algo que venía viendo y, sobre todo, escuchando durante el último año, en algunos conciertos sinfónicos.
Es cierto que suena raro decir: "Esta orquesta no suena bien por un problema de autoestima" o "Suena mejor porque tiene la autoestima alta". Sin embargo, puede ser el término adecuado para comenzar a desentrañar algunos porqués en la realidad cotidiana de una orquesta estatal.
Con programas adecuados, directores adecuados y, sobre todo, espacios adecuados, se pueden esperar mejores conciertos. Desde que la Orquesta Sinfónica Nacional tiene una sala sinfónica de muy buenas condiciones para sonar -el auditorio principal del CCK-, mejoró la calidad de sus conciertos. Desde que se optó por la modalidad de no trabajar con un director estable, la variedad de sus programas, el encargo de obras y los ciclos especiales abrieron notablemente su abanico sonoro. Algo similar sucedió con la Orquesta Nacional de Música Argentina Juan de Dios Filiberto. En cuanto a sus repertorios, la llegada, a principios del año pasado, de un nuevo director, Luis Gorelik, le trajo nuevos aires y una vitalidad que había perdido. Tiene un orgánico muy particular, con la posibilidad de abordar desde obras de ADN popular hasta la música académica contemporánea. A esto se suma el escenario del CCK, oportunidad que, además de darle una mejor exposición, le permite articular diálogos con compositores.
Desde mayo pasado la ONMA (como se la suele llamar ahora) viene realizando una serie de conciertos especiales. Los primeros fueron un homenaje a Cuchi Leguizamón. Luego uno junto a Egberto Gismonti. Hoy será con otro brasileño, Yamandú Costa, y el mes que viene, con el histriónico Leo Maslíah, que también suele mostrar en su Uruguay natal una faceta más volcada hacia la música académica que al surrealismo de sus desopilantes textos.
Para tener una idea de Yamandú, lo más parecido que podríamos encontrar en la escena local, por su virtuosismo, es Luis Salinas. Gaúcho de nacimiento, este brasileño de 37 años que toma mate durante sus conciertos trae un repertorio propio y también ofrecerá obras de otros autores junto a la orquesta Filiberto.
Acaba de terminar el ensayo general de lo que se escuchará esta noche. ¿Habrá mate?
"Esta noche no -dice este virtuoso de la guitarra en perfecto castellano, y se ríe-. El mate es para cuando toco solo, porque son conciertos más íntimos con el público." El mate no es una pose, sino parte de ese mismo inventario cultural (mate, asado, gaucho) que la Argentina, Uruguay y Paraguay comparten con el sur del Brasil. La música de Yamandú está profundamente ligada a todo el Brasil y, al mismo tiempo, a ese Brasil sureño y fronterizo. De hecho, una de las obras que tocará esta noche se llama Concerto de fronteira.
"Mi primera experiencia con orquesta fue en San Pablo, en 2001. En general los repertorios para guitarristas incluyen obras de Villa-Lobos o el Concierto de Aranjuez, de Rodrigo, pero yo no quería hacer eso porque soy un músico popular. Por eso les pedí a algunos compositores contemporáneos que escribieran música para que yo tocara."
Concerto de Fronteira es una obra de Yamandú orquestada por la guitarrista francesa Elodie Boundy, que además es su esposa y madre de sus dos hijos. "Ella es guitarrista clásica. Nos complementamos muy bien", dice.
Su concierto de frontera contará hoy con la dirección de Leandro Carvalho. Yamandú explica que tiene más que ver con la música de nuestro país y del Paraguay que con la del Brasil. El primer movimiento contempla ritmos del noroeste argentino y el chamamé. El segundo es una guarania influida por la música brasileña y el tercero es una galopa. "Tiene la misma mezcla de culturas que mi formación -resume Yamandú-. Soy un músico mestizo."
Y también dice que tocar con orquestas amplió su estilo, tanto como el encuentro con otros músicos. "De alguna manera, llevo mi tierra dentro de mi guitarra, pero además aprendí de gente como Dominghinos o Juan Falú", dice.
El concierto tendrá una pieza que, según Yamandú, intentó sonar clásica, pero resultó tanguera ("Bachbaridade"), y una versión de "Decarísimo", de Piazzolla (toda una rareza en una escena donde siempre se elige entre no más de diez temas muy conocidos de Piazzolla). "Me gusta porque es muy alegre y tiene una herencia italiana", dice este gaúcho de sangre italiana por descendencia materna.