La cantante mexicana pasó por Lollapalooza, recordó sus comienzos en la Argentina y habló de su nuevo material en una extensa charla con LA NACION
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Despeinada. Ecléctica como su música y rockera. Ximena Sariñana conserva la mirada trasparente de una niña de telenovela. Se olvidó el cepillo de pelo en México, pero eso ya “no importa”. Así llega a la entrevista con LA NACION. Hace la fila para pasar el molinete de control y entra al edificio como si diariamente lo hiciera. Nadie podría imaginar que esa chica es la cantante mexicana que ya tiene cinco discos en su haber y casi 3 millones y medio de reproducciones mensuales en Spotify. “Me gusta pasar inadvertida”, sostiene ella.
Aunque su cara ya era conocida. Con un padre productor, Fernando Sariñana -cuya serie Madre solo hay dos, de Netflix, estuvo inspirada en su hija- y una madre guionista, Carolina Rivera -autora, entre otros, del libreto de Luis Miguel, la serie-, Ximena empezó de chica en la actuación. “No podía ser de otra manera”, aclara. Participó de la novela Luz clarita y en películas como Amar te duele (2002). En paralelo, el mundo de la música seguía su curso e iba tomando vuelo: un piano y una beca en Boston -en la Berklee College of Music- fueron claves. A los 15 años empezó a cantar en bares de jazz con su banda de fusión, Feliz No Cumpleaños.
Vino desde Guadalajara, México, para participar por primera vez en Lollapalooza Argentina. Pero claro que no fue su primera vez en el país, del cual se declara fan. Aquí grabó a los 24 años su primer disco, Mediocre. A su vuelta la esperan su familia: Rodrigo Rodríguez, su marido desde 2016 y los dos hijos de la pareja. “Tenía muchas ganas de regresar a tocar acá, hay una conexión increíble con el público local desde los inicios de mi carrera”, apunta.
-Tu primer disco lo grabaste acá. ¿Tenés un cariño especial por la Argentina?
- Sí. Estuve dos meses viviendo en Buenos Aires en ese entonces. Fue súper linda la experiencia. Tengo muy buenos recuerdos. Al principio de mi carrera todas mis influencias venían de acá y de Uruguay. Me encantaba la música de Gustavo Cerati y Jorge Drexler. Cuando elegí productores para mi primer disco eran argentinos y uruguayos: Tweety González, que produjo el último disco de Cerati y Juan Campodónico, que había producido los discos de Drexler.
-¿Cómo fueron tus inicios en la música?
-La actuación fue mi primer acercamiento al arte. Pero la música siempre estaba en el medio y terminaba formando parte del soundtrack del proyecto en el que me involucraba. Desde la primera película de mi papá, que se llamaba Hasta Morir. Luego en Luz Clarita también me invitaron a cantar el tema principal de la novela. Aunque recién a los 15 que empecé a estudiar música en México y ahí realmente la descubrí. Desde tener un grupo y componer canciones, hasta la producción y los espectáculos en vivo, ahí fue donde me terminé de enganchar.
-¿Hoy te definís más como cantante que como actriz?
-Sí, la música me define porque es lo que marca la pauta de mi vida. Es a lo que más tiempo le quiero dedicar, es lo que más me conmueve y en donde canalizo todas mis inquietudes creativas. La actuación va y viene a lo largo de mi vida. Al principio tenía más trayectoria como actriz, pero ahora, de repente, puedo hacer ambas.
-¿Cómo es tu proceso creativo para componer y para grabar un nuevo álbum?
-Varía mucho. Siempre estoy buscando inspiración. Momentos en que pueda estar presente, abierta y encontrar el tiempo para aterrizar lo que absorbo día a día, en lo que leo, veo, escucho. Y luego tener el tiempo de sentarme frente a un instrumento, o hacer una sesión con alguien y poder aterrizar una idea.
-¿Y para aterrizar esa idea sentís que necesitás parar o lo podés hacer en simultáneo, estando de gira o con otros proyectos?
-Trato de no dividir mi tiempo tan drásticamente, sino de encontrar momentos para hacer sesiones, escribir, anotar ideas, voice notes, sentarme con la guitarra o el piano, o trabajar con alguien. Aunque sea unas horas para que eso no se pierda y, como cualquier músculo, ejercitarlo constantemente.
-Tuviste muchas colaboraciones con otros artistas, ¿podrías definir alguna en especial como tu preferida o un sueño cumplido?
-Es difícil. Hay colaboraciones que te sorprenden, que no te esperabas que fuera a ser una experiencia increíble o que vaya a tener un cierto impacto en tu carrera. Algunas las haces por amor profundo a la música, porque te invitan. Otras, por curiosidad de trabajar con algún artista. Nunca sabes, pero de repente pasa que esa canción pega o te conecta con el mundo del otro artista: te conoces y te enamoras por su musicalidad y quién es.
-¿Compartiste alguna colaboración con alguien que soñabas?
-Sí con muchas personas que colaboré. Disfruto de trabajar con personas que quiero y admiro. Me gustó grabar con una amiga que se llama Sara por cómo se dio su acercamiento a la música y a la escritura. Eso de pensar por fuera de la caja y compartir una experiencia.
La artista mexicana, que durante largo tiempo fue catalogada como la heredera de Julieta Venegas, cuanta con las más variadas colaboraciones musicales con cantantes de todos los estilos, como los españoles Miguel Bosé y Leiva, su compatriota Natalia Lafourcade, las chilenas Mon Laferte y Francisca Valenzuela y la banda de cumbia mexicana Los Ángeles Azules.
-¿Cómo fue para vos grabar un disco totalmente en inglés?
-Fue un reto muy grande. Con la música en español llevaba tiempo buscando la identidad de mis letras. Y cuando surgió esa oportunidad fue muy cool. De repente tener que encontrar una voz y una identidad en mi música en otro idioma. Creo que lo logré bastante, las letras tienen profundidad. Está muy influenciado por los artistas que seguía en esa época, como Fiona Apple, Björk y Tori Amos, que tenían una manera única de decir las cosas.
El disco homónimo de la cantautora mexicana fue grabado en 2011 en Los Ángeles, incluyó 11 temas, entre ellos “Tú y yo”, producido y coescrito con Natalia Lafourcade.
-¿Qué más influye en tu música?
-Creo que todo lo que vas escuchando te va marcando. Yo empecé escuchando mucho eso, más música alternativa. Por supuesto que a Julieta Venegas de mi país. Antes de eso, Shakira, que marcó mucho a mi generación. Y luego vas descubriendo géneros distintos y maneras diferentes de hacer música y todo eso te va nutriendo. También te empieza a influenciar no tanto la música que escuchas, sino los músicos con los que trabajas. Verlos trabajar, ver cómo componen, cómo empiezan a lo mejor canciones con estructuras distintas o sonidos diferentes. Y eso te termina también por influenciar.
-¿Sentís que tu estilo fue evolucionando a lo largo del tiempo?
- Yo creo que sí, muchísimo. Siento que es la evolución natural. Todos los artistas que admiro tienen una evolución musical. No se quedan sonando de una forma. Siempre están en la búsqueda de un estilo nuevo o de experimentar con un productor, con un sonido, con un instrumento, con un tipo de canción. Siempre estoy buscando experimentar y ver cómo mi música me puede llevar a aprender algo nuevo.
-¿Cómo definirías tu estilo hoy?
- Quizás en la nueva música estoy regresando mucho a mis primeras influencias un poco más rockeras. Aproveché para aprender a tocar más la guitarra en vivo. Mi último disco lo compuse pensando en poder tocar con una guitarra en los shows.
-¿Cuál es tu banda de rock preferida?
-Siempre me gustó Radiohead, que sonaba muy bien en vivo; Pearl Jam y Coldplay, también. Sus primeros discos marcaron a mi generación. En español, Café Tacuba, que siento que representa mucho el sonido de México.
-¿Estás preparando un nuevo álbum?
-Estoy preparando mucha música nueva que va a estar saliendo a lo largo del año en distintos formatos. Tenemos proyectos de sacar EP [extended play], de sacar un disco, de sacar sencillos. Es una etapa muy prolífica en donde estoy componiendo mucho y terminando canciones. Hoy hay mucha demanda por contenido nuevo, todo cada vez se mueve más rápido y por suerte tengo mucha música. Está bueno el cambio, no tener la necesidad de guardarse nada. Antes pensaba: “voy a cansar”; ahora es más: “sácame, sácame”.
-¿Y cómo haces para equilibrar tu vida privada con tanto trabajo?
-Siempre vi mi vida, mi carrera y mi trabajo como un todo. Vengo de una familia muy creativa, mis papás siempre nos involucraron a nosotros en sus trabajos. Empecé actuando desde chica en las películas de mi papá y mi mamá escribía los guiones. Ella se inspiraba en mis hermanos y en mí. Todavía trabajamos juntos porque todos terminamos en la misma industria. Incluso hoy la historia se repite con mi propia familia, me gusta involucrar a mis hijos. Ellos me acompañan mucho en las giras, en mis conciertos y siempre estoy buscando la manera de que formen parte de mi rutina. Es un estilo de vida diferente, pero normalizado entre nosotros.
-Viniendo de una familia de artistas, ¿sentís que no podrías haber elegido otro camino?
-Totalmente, desde chica tenía muy claro que este era mi camino. Empecé a actuar a mis 7 años, muy chiquita. Hacía teatro musical, telenovelas y películas. Nunca me cuestioné hacer otra cosa, siempre me encantó y afortunadamente encontré mi pasión. Me sirvió mucho como persona, entonces para mí es imposible despegar una cosa de la otra. Mi vida y lo que soy está ligado a mi trabajo.
-Si tuvieses que nombrar alguna canción tuya que marcó un momento de tu vida, ¿cuál nombrarías?
-“Una vez más”, de mi último disco, que evoca un sentimiento muy intenso y nostálgico, y “Rompe”, una nueva canción (aún inédita) que define una etapa de mi vida y cómo superar esa versión de mí. Suena mucho con quien soy en este momento de mi vida.
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