"Walk on the Wild Side": la banda de sonido de una era en la que brillaban Andy Warhol y David Bowie
En 1972, Lou Reed grabó Transformer , el disco que lo lanzaría al estrellato. Cargado de canciones inolvidables, ese álbum marcó el inicio y también el fin de la relación artística entre Reed y David Bowie , quien tuvo un papel decisivo en su carácter de productor y el impulsor principal de "Walk On The Wild Side" como primer single, aun cuando el propio Lou se oponía a la idea.
Condicionado por la indiferencia de la prensa con The Velvet Underground, una banda demasiado experimental para los cánones de los medios masivos, y empeñado en conseguir un éxito comercial que tenía sin cuidado a John Cale (uno de los tantos motivos de la disolución de ese proyecto), Reed creía que la canción sería prohibida en la radio por su controvertido contenido.
"Walk On The Wild Side" reunía en una misma historia atravesada por la sordidez a unos cuantos personajes claramente inspirados en la colorida fauna que circulaba por el under neoyorquino de la época y en las experiencias de Reed en ese ambiente. Se trata de una pieza literaria que deja traslucir las influencias más importantes del Reed lector: Hubert Selby Jr., Raymond Chandler, Nelson Algren, Jean Genet.
Figura clave de ese entorno y mentor fundamental de la carrera de Reed, Andy Warhol se dio cuenta muy pronto de que el tema podía ser ideal para darle una espaldarazo publicitario a su trilogía de películas protagonizada por Joe Dallesandro y un variado elenco de travestis (Flesh, Heat y Trash) y ayudó con la difusión. Muy pronto, la canción treparía en los charts en Estados Unidos y en el Reino Unido, peleando palmo a palmo con éxitos del momento como "Midnight Train to Georgia", de Gladys Knight; "Angie", de los Rolling Stones, y "Love Train", de los O'Jays. Fue, de hecho, la única composición de Reed que alcanzó el TOP 20 americano en sus casi ciencuenta años de carrera.
Originalmente, Reed había escrito "Walk On The Wild Side" para un musical de Nelson Algren que nunca se estrenó. Anomalía dentro de la obra de Lou, la canción tiene un leve aire jazzístico proporcionado por el saxo de Ronnie Ross, quien le había enseñado a tocar ese instrumento a Bowie, y una cadenciosa línea de bajo redoblada (acústica y eléctrica) con muy buen tino por Herbie Flowers.
Pero el efecto duradero del tema -que han versionado muchos artistas, entre ellos The Strokes, Robbie Willimams y Albert Plá- tiene que ver sobre todo con la descripción de esa galería de personajes que Patti Smith definió como "la chusma del Max's Kansas City", un local neoyorquino inaugurado en 1965 que empezó siendo el favorito de notables artistas plásticos –Frank Stella, De Kooning, Dan Flavin- y acabó siendo el cuartel general de Warhol y su troupe de la Factory. Allí tocaron alguna vez la propia Smith, la Velvet, New York Dolls, The B-52’s, Devo y Suicide.
"Siempre pensé que que sería divertido presentarles a algunas personas ciertos personajes que en realidad no hubieran querido conocer, esos que te cruzás en una fiesta y quizás no te atrevés a saludar", dijo Reed en aquella época, cuando la prensa empezó a definir a "Walk On The Wild Side" como "la banda de sonido de una era".
Los personajes de la Factory que aparecen en el tema son bien reconocibles. Mencionados por su nombre de pila, eran los favoritos de Warhol, cuyo influjo sobre Reed era por entonces indiscutible (vale la pena revisar los detalles de esa fructífera relación en dos libros de reciente aparición en la Argentina: The Velvet Underground & Nico, de Joe Harvard y Lou Reed, una vida, de Anthony DeCurtis).
Joe es Dallesandro, actor fetiche de las películas de Warhol que dirigía Paul Morrissey y un icono erótico gay. Protagonizó la trilogía Flesh, en la que pasa buena parte del metraje desnudo. Candy es Darling, una actriz transexual que protagonizó varias de las películas de Morrissey y murió a consecuencia de la leucemia en 1974. Holly es Woodlawn, otra actriz transexual que aparecía en las películas de Warhol y que formó parte de su star system. Jackie es Curtis, una drag queen neoyoquina a la que Warhol definió como "una pionera sin fronteras". Y Sugar Plum Fairy es Joe Campbell, primer novio de un Harvey Milk que recién había salido del placard y más tarde se transformaría en un reconocido activista gay. Todos ellos caminaron por el lado salvaje e inspiraron a Lou Reed a componer una de sus obras maestras.
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