Walas, tras superar el coronavirus: "En la clínica Bazterrica me salvaron la vida"
Walas está feliz. Este martes fue a donar plasma al Hospital Fernández y fue de sus "primeras y pocas salidas de la cuarentena", cuenta. Él y su esposa, La Tori, cantante y manager de la banda de rock Massacre, respectivamente, padecieron y lucharon contra viento y marea contra el coronavirus. Una neumonía bilateral agravó su cuadro y tras una semana de internación continuó y continúa aun cerrando el círculo de la enfermedad.
Melómano, coleccionista, skater y conocedor como pocos de la escena punk-rock y de sus fructíferos derivados artístisicos, Walas se dirigió al Fernández con su remera del grupo Plasmatics. "Había ido dos semanas atrás para que me hicieran la prueba para saber si estaba en condiciones de donar. Me contestaron por WhatsApp que sí, así que fui orgulloso con mi remera de Plasmatics. Quedé muy contento, eso sí, casi me desmayo. Quedé a media asta".
Paciente severo, Walas experimentó el Covid-19 en dos fases. "La primera fue la fase casera, que duró como diez días. Con La Tori tratamos de manejarlo, ella me bajaba la fiebre y fue una pesadilla. Fue una cosa espantosa y me equivoqué en permanecer tanto tiempo en casa, sin hacerme ver. Recomiendo que cuando tengan síntomas vayan rápido a atenderse. Yo padecí de insomnio e inapetencia. Mi familia me insistía para que tomara agua, para que comiera algo de fruta, y por la noche venía una especie de tortura mental espantosa. Pero un buen día eso empeoró porque la fiebre ya no bajó de los 39º, y La Tori me llevó a la Bazterrica. Ahí me salvaron la vida".
Enseguida el diagnóstico médico arrojó que Walas, Guillermo Cidade, como dice su documento, tenía un cuadro de neumonía bilateral agravada por Covid-19- "Me atacó los dos pulmones y tenía una insuficiencia respiratoria del 90 por ciento", suma el cantante. De hecho aún se agita cuando, por ejemplo, sube la escalera de su casa. Eso sí, cuenta que ya tuvo dos ensayos con Massacre de cuatro horas cada uno y los transitó sin problemas. Es que la banda ya se prepara para debutar el 1 de noviembre en el flamante Renault Drive In de Mandarine Park. El auto-show de Punta Carrasco inaugura el 22 con un stand-up de Dalia Gutman y sigue el 24 con Los Cafres. Contempla tanto la modalidad presencial, para 183 autos con un máximo de 4 personas por vehículo, como el streaming desde casa (para varios de los shows del ciclo). Las entradas se pueden comprar en AreaTicketTV.
Una nueva etapa
Walas recuerda los días de internación pero mira hacia el futuro. Cuenta todo lo que padeció en esos días pero se entusiasma con lo que viene: el show primero y un nuevo disco después. "En la clínica estuve una semana. Me dieron oxígeno a través de la cánula, diez fármacos y una vez que me dieron el alta seguí reponiéndome en casa. Ahora me parece que estoy cien puntos, pero todavía me falta un poco para eso. A La Tori no la internaron, la mandaron a hacer el aislamiento en casa. Estaba con muchos mareos y dolores de cabeza. A mí, una vez que salí, me dieron ejercicios de kinesiología respiratoria para hacer. Tengo que respirar en posiciones incómodas, tipo yoga: inflar globos, dormir boca abajo. Por suerte ya puedo hablar a lo bestia, como es mi estilo", agrega Walas con humor.
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Walas habla de "temazos" y se enciende. Hay un disco nuevo de Massacre listo para proyectarse hacia el cosmos. "Antes de la pandemia ya estábamos laburando en un álbum nuevo y cuando arrancó ya teníamos desarrollada la mitad del disco. Así que podemos decir que fue concebido en un 50 y 50; mitad en normalidad y mitad en pandemia, tanto a nivel musical como de las letras. Hacíamos zoom una vez por semana con los Massacre para compartir arreglos o simplemente para hablar de lo que queríamos hablar".
Los músicos tenemos dos abstinencias, la del volumen y la del aplauso
Ni bien empezó la cuarentena obligatoria, muchas y muchos músicos recurrieron a Instagram para mantener un contacto directo con su público. Luego llegaron los primeros streamings y, ahora, la modalidad de auto-shows aparece como una alternativa mas para tocar. "Yo pasé por todas las etapas, todos los estratos. Subía una canción a Instagram desde casa, con los equipos que tengo. Yo digo en chiste que son del uno a uno, porque son entre vintage y analógicos. Después hice un show para una radio, que se cortaba, se escuchaba mal, y después estuvimos en el Cosquín Rock virtual. Ahí hicimos un show entero. Y ahora nos copa esta nueva instancia de autocine. Yo les propongo que traten de conseguir una chata, una pickup, para ponerla de culata, tirar unos almohadones y seguir cómodamente desde ahí el show".
Los shows por streaming son un desafío tanto para el público como para los músicos. Hay quienes no saben cómo manejar los silencios entre tema y tema, qué hacer cuando se presenta un bache y no está el público del otro lado (visible) para amenizar la situación. "Actualmente, los músicos tenemos dos abstinencias, la del volumen y la del aplauso. Nos está faltando escuchar esa cosa hermosa después del último acorde de un tema: ¡el aplauso! Pero ahora a mi juego me llamaron. Cuando presentamos Ringo lo hicimos en el Gran Rex y, cuando bajamos del escenario, nos dimos cuenta que habíamos tocado tres horas y diez minutos. ¿Qué quiere decir eso? Que hubo mucho de performance, de stand-up, de lo que llamamos café concert. Así que a eso voy a recurrir entre tema y tema".
Tiene una premisa Walas para el próximo show de Massacre: que la lista no sea "ni muy festivalera ni muy de culto. Vamos a tratar de pasar por momentos diáfanos, dramáticos, meter algunos covers y estar a tono con la situación, que no es demasiado festiva ni tampoco para recurrir al bajón. Queremos tener compromiso con eso que se llama entretenimiento".
El cantante de Massacre suele ser uno de los músicos más consultados a la hora de preguntar por nueva música o por clásicos escondidos. Pero, ¿cómo fue su consumo musical en esta cuarentena? "Más que estudiar, que descubrir y redescubrir, ejercí en esta cuarentena. Más que poner discos y escucharlos estuve haciendo. Tengo una casa de dos pisos. Abajo hay un altar de Bowie y arriba un cuarto con teclados, guitarras y cosas vintage. Y este tiempo estuve más arriba tocando y componiendo. El altar de Bowie lo anulé con un televisor que trajimos para ver Youtube y Netflix. Creo que hice un disco entero durante esta pandemia. Y pasa algo a la madrugada. Me despierto con una melodía de viola o bajo acompañada de una línea vocal y entonces me levanto y lo grabo con el celular. Al otro día me puede parecer una pavada o algo válido, pero por ahora vengo bien. De hecho ahora en un rato voy a cazar un archivito de anoche para escucharlo. Pero la idea es no dejarlo pasar, cuando vienen esas ideas lo mejor es grabarlas. Vivo a metros de donde vivía Gustavo Cerati, y yo digo que a la noche viene y me regala cosas. Paso por la puerta de la casa y le pido que me regale una melodía, algo".
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