
Virginia Tola
La gran soprano dramática muy bien acompañada por el pianista Fernando Pérez y un programa sin muchos riesgos
Recital de canto de Virginia Tola, soprano / Con : Fernándo Pérez, en piano. / Programa: Arias de Verdi, Cilea, Puccini y canciones de Tosti, Gastaldon, Gustavino y Falla. 5to. Concierto de festivales musicales / Sala: Teatro Colón.
Nuestra opinión: muy bueno
Canta muy bien, es linda, tiene una simpatía natural de verdadero impacto, se mueve sobre el escenario con singular soltura. Y además, como valor agregado poco común entre sus colegas, sabe lo que canta.
Con todo esto, su recital del miércoles en el Colón pudo haber quedado registrado como la memorable actuación de una cantante argentina. ¿Qué sucedió para que una artista con tan bien ganado prestigio como la soprano Virginia Tola no alcanzara a lograr plenamente este objetivo?
Simplemente, su programa no estuvo integrado por composiciones que podían poner en evidencia las cualidades de su material vocal e intelectual. Cuando una cantante comienza su recital desplegando con tan creíble dolor y patetismo el aria de Un ballo in maschera , de Verdi, en que Amelia, antes de ser asesinada pide la gracia de ver a su hijo, está obligada a mantener la atmósfera sin bajar los decibeles. En el centro de su recital, Tola volvió por sus fueros con una espléndida versión del "Vissi d'arte", de Tosca , de Puccini.
Pero esos dos conmovedores momentos estuvieron acompañados por composiciones que, sin despreciar sus valores musicales, no tienen la categoría de peso pesado que se le puede exigir a una soprano dramática. Por supuesto, ella las cantó de manera impecable, pero parecían pequeñeces para lo que son sus recursos expresivos.
Esto recuerda aquellos recitales que Jascha Heifetz armaba mayoritariamente con Estrellita , El vuelo del moscardón , Hora Staccato , Summertime o La niña de los cabellos de lino , composiciones óptimas para los bises. Mucha gente sentía que Heifetz estaba exhibiendo la poderosa cilindrada de una Ferrari paseándola por un parque.
En Buenos Aires, los recitales de canto son cada día más escasos y es un mérito de Festivales Musicales haber programado uno de ellos en su temporada, reconociendo además a una artista argentina. Por otra parte, un recital unipersonal en el Teatro Colón tiene siempre una trascendencia notoria y figura entre las ambiciones más legítimas de un artista, porque no es una oportunidad que se presente con frecuencia. ¿Por qué desaprovecharla sin mostrar todo lo que uno puede dar como artista y jugarse a fondo?
Pero lo cierto es que, aunque dispuso de un acompañante de lujo como es el pianista Fernando Pérez (que además tocó de manera magnífica dos composiciones como solista) para esta ocasión, Virginia Tola formuló un programa sin muchos riesgos. Su recital resultó un tanto corto, o al menos lo pareció. El público la aplaudió calurosamente, pero sin duda, se hubiera sentido emocionalmente más sacudido con muchas grandes arias para soprano de que está tan poblado el repertorio operístico. Es muy evidente que esta artista puede cantarlas con autoridad y buen gusto. Por eso está en deuda.