Vinícius de Moraes: de la prohibición en Brasil a la idolatría en la Argentina
Cuando el gran poeta brasileño fue despedido injustamente del servicio diplomático, en 1969, se volcó de lleno al espectáculo y dejó registros discográficos memorables, como el álbum porteño junto a María Creuza y Toquinho
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Cuando la bohemia y la diplomacia se juntan (rara vez ocurre) pueden producir hechos artísticos universales. Cuando la bohemia y la diplomacia se unen, a veces pueden encarnarse en seres humanos. Vinícius de Moraes es uno de ellos. Suena raro, suena difícil, pero tiene su explicación. Ayer se dio a conocer una sentencia que indemniza a los familiares de este gran poeta brasilero (41 años después de su muerte) porque Vinícius fue despedido injustamente del Ministerio de Relaciones Exteriores de su país en 1969, por la dictadura que gobernaba Brasil a finales de los sesenta. Lo más curioso de esta historia es que si Vinícius no hubiese sido censurado de ese modo ni echado de su trabajo, probablemente no habría grabado el famoso disco de La Fusa en la Argentina.
Por supuesto que no se puede dar por segura una conjetura. Sin embargo, si el poeta brasileño hubiese continuado con su carrera diplomática sin ese final tan repentino y desgraciado, las posibilidades de hacer ciclos de espectáculos junto a Toquinho y Maria Creuza en Punta del Este, Buenos Aires y Mar del Plata habrían sido mínimas. Apenas comenzada la década del setenta, Vinícius estaba volcado a los espectáculos que daba en trío con sus canciones, en la voz y la guitarra de dos talentosos jóvenes compatriotas, María y Toquinho.
La historia es conocida. Como todo buen productor artístico, Alfredo Radoszynski vio el show de los tres en La Fusa de Buenos Aires, supo que debía grabarlo y publicarlo a través de su sello Trova. Como las condiciones acústicas para el registro no eran las mejores, pensó en trasladar ese clima a un estudio de grabación. El disco se grabó durante dos jornadas de 1970, en el estudio ION, a partir de la medianoche, con los tres músicos y público invitado (unas 30 personas) para darle al registro el clima del café concert. Si bien es cierto que Vinícius podía visitar la ciudad con cierta frecuencia (incluso verse con Radoszynski), la posibilidad de hacer temporada de shows se acrecentó recién cuando su carrera diplomática quedó trunca.
“Copa do mundo”, “A felicidade”, “Tomara (Ojalá)”, “Que maravilha”, “Lamento do morro”, “Berimbau”, “Irene”, “Canto de Ossanha”, “Garota de Ipanema”, “Samba em preludio”, “Catendé”, “Valsa da Tunisia”, “Eu sei que vou te amar”, “Minha namorada” y “Se todos fossem iguais a você” son algunos de los temas que aparecen en el álbum, titulado originalmente como Vinícius con Toquinho y Maria Creuza. Son canciones que el poeta hizo junto a Tom Jobim, Baden Powell, Ben Jor, Antônio Carlos y Jocafi.
La grabación tuvo muchas ediciones en distintas partes del mundo, por eso se la puede encontrar con diferentes tapas y títulos. En general, el más común es Vinícius en La Fusa, porque resulta un disco icónico, que todavía se sigue vendiendo, y tiene una historia detrás relacionada al lugar donde se gestó. “Siempre decíamos con Toquinho que nosotros éramos los pupilos de Vinícius”, recordaba María Creuza, media década atrás, durante una entrevista con LA NACION. En esa misma charla, Alfredo Radoszynski agregaba: “Todos le debíamos algo a Vinícius. No se trataba de plata. Lo que él nos dio era mucho más que dinero. Dos días antes de grabar Vinícius vino a mi oficina y me dijo: ‘¿Estás seguro de que querés hacer esto? Yo no vendo discos. Tengo miedo de que te vayas a la quiebra’. Y es por eso que yo lo recuerdo con tanto cariño”. En el disco participaron dos músicos argentinos, “Mojarra” Fernández en contrabajo y “Zurdo” Roizner en batería. Junto a ellos, María, Toquinho con su inconfundible guitarra y ese hombre de cabello ya bastante blanco y anteojos de marco grueso, con el micrófono en una mano y el vaso de whisky en la otra. Seguramente la imagen que mejor lo pinta, aunque, también la que lo llevó a perder su trabajo en la cancillería brasileña.
La causa de su alejamiento del servicio diplomático
“Embriaguez” habría sido la causa que, luego de un trabajo casi de espionaje, determinó su salida del servicio diplomático. Su labor en el Ministerio de Relaciones Exteriores comenzó, luego de dar por segunda vez un examen, en 1943. Primero fue vicecónsul en la ciudad de Los Ángeles y más tarde trabajó en el cuerpo diplomático de las embajadas de su país en Roma y en París. La poesía y la diplomacia corrieron por carriles paralelos en aquellos años. Incluso, luego de participar en un congreso de escritores firmó una carta abierta en la que se pedía un mayor estado de derecho.
Diez años después de su comienzo en la carrera diplomática fue secretario segundo en la embajada de Brasil en Francia. En 1957 trabajó en la delegación de Brasil ante la Unesco y al año siguiente trabajó en Uruguay. Ya para aquellos años comenzaban a escucharse algunas de sus letras musicalizadas por compositores de su misma estatura artística. Basta un ejemplo: Moraes escribió “Garota de Ipanema” junto a Antônio Carlos Jobim en 1962. Cuando fue separado del cuerpo diplomático, en 1969 (por el gobierno militar que había tomado el gobierno cuatro años antes), su relación con la Argentina y el Uruguay se fortaleció. Incluso compró una casa en Punta del Este, ciudad que consideraba especial.
Vinicius murió en 1980. Y la justicia llegó recién en 2006, cuando fue reincorporado de manera póstuma al servicio diplomático. En 2010 el presidente de aquel momento, Lula Da Silva, firmó una ley del congreso que le daba el cargo, también póstumo, de ministro. Dice la ley 12665, publicada el 21 de junio de 2010: “El Presidente de la República haga saber que el Congreso Nacional decreta y sanciona la siguiente Ley: Art. 1º El Primer Secretario Marcus Vinícius da Cruz de Mello Moraes es ascendido post mortem a Ministro de Primera Clase de la Carrera Diplomática. (...) Sus dependientes actuales tienen derecho a las prestaciones de pensión correspondientes al cargo de Ministro de Primera Clase de la Carrera Diplomática. Art. 2 Esta Ley entrará en vigor en la fecha de su publicación. Brasilia, 21 de junio de 2010; Año 189 de la Independencia y 122 de la República. LUIZ INÁCIO LULA DA SILVA. Celso Luiz Nunes Amorim”.
Por otro lado, este año la familia del poeta y el Estado brasileño llegaron a un acuerdo de indemnización por el despido injustificado del diplomático, en 1969. La suma que percibirán sus familiares ronda los 641.500 dólares ( 3,4 millones de reales).
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