Van Halen: "Eruption" y el legado del que fuera el "mejor guitarrista del mundo"
"Aquí viene mi parte favorita del show, no tengo mejor parte del día porque ahora es cuando puedo sentarme a tomar una cerveza y escuchar al mejor guitarrista de rock del mundo". Con esas palabras, Sammy Hagar anuncia "Eruption", la canción instrumental que convirtió a Van Halen en el guitarrista más idolatrado por el hard rock de los 80 y en un pilar del virtuosismo en su instrumento. Ese video con la versión en vivo que se extiende por unos 13 minutos, tiene 8 millones de visualizaciones en YouTube y probablemente esa cifra haya ascendido considerablemente al momento de publicarse esta nota, mismo día de la muerte de Eddie Van Halen, a sus 65 años.
La versión original, sin embargo, es mucho menos extensa. Apenas 1:42, que fueron incluidos en el disco homónimo de Van Halen, editado en 1978, y que sirve como antesala a su versión de "You Really Got Me", el clásico de The Kinks. ¿Para qué más? En menos de dos minutos, Eddie Van Halen definiría ética y estética del hard rock de los 80. Distorsión, velocidad, técnica, virilidad, glamour. Todo en un solo de guitarra que se volvió icono y objeto de estudio. Como si allí estuviera condensada la fórmula para la inmortalidad, aprender "Eruption" era el equivalente inofensivo de hacer un pacto con el diablo 40 años después de que lo hiciera Robert Johnson.
"Eruption" empieza como un final. Batería bajo y guitarra caen a tierra en lo que parece el cierre de una cadencia que comenzó antes de que alguien apretara el botón de Rec. A partir de ahí, Eddie Van Halen comienza a someter su guitarra (una que había diseñado uniendo piezas de varias y por eso bautizó Frankenstrat). Fuerza al máximo la palanca del puente para que las notas caigan hasta un grave cavernoso, y entonces comienza el ascenso. Las citas, o fuentes de inspiración, son varias: "Let Me Swim", de los estadounidenses Cactus; El "Estudio No. 2", del violinista y compositor francés Rodolphe Kreutzer; los solos del inglés Steve Hackett, de Genesis... Otro Frankenstein.
Aunque no fuera su invento, Van Halen popularizó en "Eruption" la técnica de tapping: tocar con las dos manos sobre el diapasón para que dos notas bien distantes puedan sonar consecuentes a una velocidad inusual. El recurso, que puede rastrearse hasta el violinista italiano Niccolo Paganini (1782-1840), se volvería clave para todo guitarrista eléctrico que hiciera su camino en el hard rock. Si entre fines de los 70 y principios de los 80 la guitarra eléctrica era un campo de experimentación y los héroes del instrumento peleaban en una guerra fría por la velocidad y la originalidad (recordar a Ritchie Blackmore tocando de espaldas para que nadie le copiara sus invenciones), Eddie Van Halen había dado con uno de los avances más espectaculares (en el sentido más literal de la palabra) de su tiempo.
Pero hay algo más que mera técnica. "Eruption" es una escalada de angustia, los agudos se suceden hasta el infinito y parecen no encontrar nunca la calma. Las notas ascienden como bloques de un tetris visto en reversa, como el pétalos de una flor tan frágil que se deshoja ante una brisa mínima. Del piso, al cielo, desgranándose uno por uno a la velocidad de la luz. No importa cada nota, lo que importa es el extrañamiento que todas ellas juntas provocan, el no entender ni desde dónde ni hacia dónde. Como sucedía con el rock hacia 1978: entre la implosión punk, la resistencia progresiva y el rock and roll zeppelinesco. Un poco de todo eso (aunque del punk solo sea la brevedad) contiene "Eruption".
Se dice que la pólvora fue inventada por los chinos en el siglo IX, no con fines bélicos sino como remedio. De hecho, etimológicamente quiere decir "medicina de fuego" y los monjes taoístas se encontraron con ella buscando el elixir de la inmortalidad. En el pasaje de medicina a propulsar armas de fuego, la pólvora fue clave en el desarrollo de fuegos artificiales, tan caros a las culturas de Oriente. De fórmula para la inmortalidad a pirotecnia a arma de fuego. Volvamos a la música y a esa etiqueta que se usa muchas veces para denostar a los virtuosos del hard rock: que son pirotécnicos. "Eruption" es pirotecnia, sí. Es arma de fuego, también. Y es, sobre todo, el elixir de la inmortalidad de Eddie Van Halen, quien fuera para muchos y durante un buen tiempo, el mejor guitarrista del mundo.
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