Urs Bühler, entre el duelo por la muerte de Carlos Marín y la vuelta de Il Divo a los shows: “La música nos cura el corazón
El cantante suizo habló con LA NACION sobre la reciente muerte de uno de los integrantes del cuarteto, el español Carlos Marín, quien perdió la vida en diciembre en medio de la gira europea del grupo; además dio detalles del show que realizarán el próximo 8 de mayo en el Luna Park
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“Cuando murió Carlos [Marín], suena un poco dramático, pero sentía como si me hubieran amputado una pierna”, dice Urs Bühler, uno de los integrantes de Il Divo. Marín murió el 19 de diciembre de 2021 en medio de la gira que realizaba el cuarteto por el Reino Unido. La noticia sacudió al mundo: tenía 53 años, había estado 10 días internado y murió como consecuencia de complicaciones derivadas del coronavirus. Desde Japón, donde se encuentra la banda pop lírica más exitosa de todos los tiempos, el cantante suizo habla con LA NACION y repasa lo que sucedió en estos meses: entre la inesperada noticia, la decisión de seguir y homenajear a Carlos aun en medio de un profundo duelo y las lágrimas en el escenario.
Urs está por regresar a Suiza para después volver a subirse a un avión y presentarse con Il Divo el próximo 8 de mayo en el Luna Park. Más allá de estar nuevamente de gira, no se siente igual: meses atrás murió una de las personas con las que compartió su vida durante los últimos 18 años. La emoción por esta prematura pérdida se apodera de él en una charla por Zoom. Las vidas de Urs, del norteamericano David Miller y del francés Sébastien Izambard cambiaron de forma radical. Tras los primeros tres shows después de meses de encierro por la pandemia, perdían intempestivamente a Carlos. Algo que hizo temblar todas las estructuras, tanto personales como de la agrupación que, como lo define el mismo nombre -Il Divo-, se compone de cuatro personas que fusionan sus voces para darle vida a un único artista divino.
“Fue un choque increíble, a veces es como si lo hubiera olvidado, supongo que lo oculté un poco. Justo hoy me decía mi esposa: ‘Vos estabas deprimido esos días, cuando se murió Carlos’. Fue muy raro, los tres estábamos en una videollamada de Zoom con el manager y llamaron del hospital y todos estábamos como: ‘tengo que irme’, ‘déjenme’, ‘no lo puedo creer’. Es lo más impactante que me ha pasado en mi vida. No sé qué pensé, mi mundo entero se cayó, porque durante los últimos 18 años hemos pasado cada día de nuestras vidas juntos. Todo lo que he vivido lo he vivido con ellos tres. Hemos compartido todo”, cuenta Urs con ojos enrojecidos.
Desde ese día que los proyectos de la banda, creada por Simon Cowell y que hace tiempo tomó vuelo propio, se volvieron inciertos. Después de vender más de 30 millones de álbumes, ganar casi 200 reconocimientos, liderar los charts en el mundo y ser el grupo de crossover clásico mejor posicionado, ¿cómo volverían a esa única voz que lograban entre los cuatro?
“No sabíamos qué iba a pasar. ¿El fin de Il Divo, de la vida como la conocíamos? Después de ese llamado los tres nos escribimos: ‘¿Qué tal vas?’, ‘Estoy fatal’, ‘¿Tenés ganas de hablar?’. Aunque tenemos familia y amigos, nadie lo sentía como nosotros. Los corazones más próximos que tenía eran Sébastien y David. De alguna manera ha cambiado nuestra relación, la ha hecho mucho más profunda”, cuenta Urs, quien habla un perfecto castellano por estar casado con una española.
En ese transcurrir, entre entender lo que había pasado y vibrar la energía de los fanáticos en las redes, decidieron homenajear a este hermano caído; cambiaron el espíritu del tour en el que promocionaban su último disco [For Once In My Life: A Celebration Of Motown] por un Greatest Hits Tour - Homenajeando a Carlos Marín y encontraron en el barítono mexicano-norteamericano Steven LaBrie la respuesta.
“Con todo el apoyo que hemos tenido en las redes sociales de los fans tomamos la decisión de seguir porque, de verdad, no sabíamos qué hacer. Pero hemos tenido tantos mensajes de gente que nos decía: ‘Los sigo desde hace 18 años, por favor no dejen que eso acabe con la banda’, ‘los necesito’, ‘me dan tanta alegría’. Eso ha sido el factor principal que nos ha hecho tomar la decisión de seguir. No sabemos cómo vamos a seguir, si solo los tres o con alguien más. Al menos por el momento, hemos tenido mucha suerte que la esposa de David pensara en Steven. Ellos habían hecho cosas jun
tos y ella es su amiga”, suma el cantante suizo.
-¿Cómo se están preparando para el reencuentro con el público argentino en el Luna Park?
-Hemos estado encerrados en casa dos años sin poder subir al escenario, sin poder cantar, ¡es mucho tiempo para un artista! Ir a la Argentina, donde el público tiene tanta vida en los conciertos, me alegra mucho. Obviamente vamos a preparar todo el concierto en español. Ahora para mí es más fácil que para los chicos. La madre de Steven es mexicana, él habla un poco de español. Es un muy buen concierto. Carlos tenía una voz que ¡Dios santo! No hay muchos cantantes como él. Tampoco es la idea reemplazarlo, pero necesitábamos a alguien que pudiera cantar sus notas y Steven lo hace muy bien y además es una persona muy agradable.
-¿La incorporación de Steven LaBrie es definitiva?
-La voz de Steven encaja muy bien y es un muy buen cantante. Por el momento estamos de gira, hacemos conciertos y música juntos. Eso nos cura el corazón y espero que, a los fans, también. No pensamos mucho en el futuro.
-¿Cómo fue el primer concierto después de la muerte de Carlos [tocaron por primera vez el 25 de febrero en Tampa, Florida]?
-Fue muy duro. Yo soy suizo, tengo ese orgullo en controlar mis emociones... Pero igual me emocioné durante todo el concierto. Todo era tan fuerte, tan impactante, tan emocionante. Era estar en un escenario otra vez, cantar esas canciones que hemos cantado durante 18 años con Carlos. La muerte es una cosa que no podés explicar ni comprender de verdad. Cuando sos cantante, tu voz es tu instrumento y cuando cantás transmitís emociones. Se abren las cortinas, salimos al escenario, las primeras notas y salen las primeras lágrimas, y los siguientes conciertos lo mismo. Ningún concierto era igual al otro, no era que llorábamos en la primera canción, quizá en el tercer concierto ya sabíamos de lo que se trataba: empezás a cantar y en la quinta canción, de repente, estás cantando una frase, te viene un recuerdo y te caen las lágrimas.
-¿Sigue siendo así?
-Hemos hecho unos 20, 25 conciertos y ahora siento que nos estamos acostumbrando a la voz de Steven, estamos encontrando un nuevo sonido, una nueva imagen y otra personalidad para el grupo. Pero, claro, el recuerdo de Carlos y su voz están muy presentes en el show. Su pérdida nos ha demostrado que tenés que disfrutar cada día de la vida porque no sabés qué puede pasar mañana. Tenía 53 años, no es una edad para morir.
-¿Qué lugar ocupaba Carlos en las decisiones del grupo?
-La realidad es que ahora sin Carlos encuentro un espíritu mucho más de comunicación y mucho más flexible que antes. Tengo que decirlo: con Carlos todo era muy blanco o negro, nada de “¿por qué no probamos?”. Ahora hay mucho más intercambio de opiniones. Es una cosa que la hablo mucho con David y Sébastien, todo el mundo nota eso, que tenemos una comunicación mucho más abierta. Te animás más a decir lo que sentís. Lo veo como algo muy positivo y me dan muchas ganas de futuro.
-¿Cómo lograron sobrevivir casi 20 años?
-Nadie se esperaba esto. Empezamos grabando el primer disco y viendo qué pasaba con eso. En una de las primeras entrevistas, dije: “No somos mejores amigos y nunca lo vamos a ser”. Eso chocaba, pero era normal. Somos hombres que venimos de cuatro lugares diferentes, tenemos raíces culturales y personales ¡tan diferentes! y no es ningún secreto: Carlos era una persona muy complicada de trabajar... todos, en realidad. Tenemos nuestras personalidades y somos muy diferentes. Nos hemos conocido tan profundamente como nadie nos conoce, hemos vivido cada día juntos y eso ha forjado una cosa muy, muy fuerte. Y claro que no era paz y amor todo el día, pero era una cosa que nos unía como a nadie en el mundo.
-Cuatro culturas conviviendo en una única voz...
-Después de tantos años no hay choque de culturas. Al principio era muy fuerte. Yo soy suizo, del centro de Europa, y pensé que todos los europeos teníamos más o menos la misma actitud respecto a la vida. Pero descubrí que entre un suizo, un francés y un español hay más diferencias de las que me podía imaginar. En todo: en la manera de hablar, de comunicarse, ofenderse, de disfrutar. Y luego el americano, es muy gracioso, me resultaba el más cercano. Pero creo que eso ha añadido mucho color y variedad al grupo, hemos crecido aceptando esas diferencias y las juntamos para tener algo en la mano que es muy rico.
-Lo interesante de Il Divo es que trajeron de vuelta la música clásica a la actualidad, lograron hacer popular lo lírico en tiempos donde abundan otros géneros.
-Siempre pensé que Il Divo no era un grupo que iba a formar parte de la playlist de los jóvenes, porque no es ese tipo de música. Siempre ha sido una música bonita, emocional y de alta calidad. Eso es lo más importante. Por eso creo que se puede disfrutar igualmente como hace 20 años, porque estamos en el escenario y somos, sin parecer arrogante, muy buenos. Somos cantantes que cuidamos mucho nuestro arte. Cada vez que subimos al escenario y cantamos damos el cien por ciento de nuestras habilidades. Creo que eso nunca va a cansar. Nunca hemos tenido esa popularidad de banda de moda, pero me da igual. Prefiero lo que tengo yo: poder seguir cantando, viajando y darle placer al público alrededor del mundo.