Una asamblea de mujeres
Cantoras de diferentes géneros recrean el espectáculo La jaula abierta en el SHA
"Es un cachorro de león", dice Carolina Peleritti sacudiendo la melena de Rita Cortese, la madraza de este grupo de cinco mujeres que se completa con Teresa Parodi, Lidia Borda y Dolores Solá, que se ríen a su alrededor, escuchan sus sabios parlamentos y bromean con su personalidad avasallante. " Caiate Rrrrita", le repite Parodi con esa tonada correntina que ya forma parte de las bromas internas de este grupo de artistas con estilos, escuelas, historias y personalidades distintas, que supieron crear un espacio de comunión bautizado La j aula abierta.
Cada vez que se reúnen, como sucede cuando suben al escenario, aparece ese espíritu de grupo, como si fueran viejas amigas: almuerzo compartido y fin de fiesta con las copas de champagne que se chocan antes de que Dolores Solá salga corriendo para un ensayo. Las que se quedan a la charla mantienen ese aire de celebración que desborda. "Estamos como pegadas, vamos a terminar durmiendo juntas", disparan y se ríen al unísono. Ese es el secreto de La jaula abierta (nombre basado en un poema de Henri Michaux), un espectáculo con sus propias leyes, donde todo se improvisa y ordena según el humor de las artistas y donde todas las decisiones se toman de forma colectiva.
"Teníamos la necesidad de hacer música por el simple hecho de disfrutarla sabiendo en qué canción nos sentimos reflejadas, juntas y separadas. El punto en común es el compromiso que tenemos frente a esa canción, cómo la defendemos, qué queremos expresar y la necesidad de escucharnos unas a otras. Cantar por cantar, incluso dándonos los permisos para hacer otras cosas que nos gustan y nunca cantamos. Y además tenemos la suerte de caernos bien, de sentirnos cómodas juntas y de hacer esta travesura", cuenta Teresa Parodi.
La jaula abierta nació sin proponérselo en mayo de 2011 y duró cinco meses ininterrumpidos, propagándose en el boca a boca de artistas y público que no querían faltar a esa cita musical en la atmósfera intimista del Café Rivas de San Telmo. Por el ciclo de La j aula abierta pasaron Víctor Heredia, Jaime Torres, Chango Farías Gómez, Horacio Molina, Raúl Carnota, Julia Zenko y una decena de artistas que compartieron el escenario o los camarines con las cinco cantantes. "Nadie se lo quería perder -cuenta Cortese-. Es que las cosas en realidad están en el aire y por ahí los que están conectados con lo que pasa pueden captar esa energía y termina sucediendo algo distinto." La actriz intenta explicar el misterio de este fenómeno musical que las terminó reuniendo en un mismo escenario. Las explicaciones son: el bullicioso clima de tertulia al estilo café concert, un cancionero amplio con cruces de repertorios sin fronteras y un espíritu lúdico y de guitarreada libre.
Con ese mismo formato, La j aula abierta llegará a partir de esta noche y todos los viernes de marzo, al teatro SHA, para recrear en un escenario grande buena parte de su mística. "Estuvimos planeando hasta recién qué íbamos a hacer, pero otra vez cambiamos los planes. La estructura de La jaula abierta es así, tiene ese espíritu de juego, de improvisación, de ver lo que pasa en el momento", señala Rita, una de las voces cantantes de este colectivo de mujeres.
"Se han dado cosas maravillosas e inesperadas. Nada estuvo planeado desde el comienzo y eso es lo maravilloso que generó este encuentro. Las cinco somos como una entidad, a pesar de tener personalidades bien distintas. La chispa comenzó cuando nos juntamos para un recital a beneficio de la fundación de Patricia Sosa, organizado por Mavi Díaz. Fue tan interesante lo que pasó y tan abierto ese espacio que nos quedamos con la sensación de que eso se podía repetir. Enseguida Rita dijo: «Tengo un lugar». Hicimos dos encuentros y arrancamos sin pensarlo", cuenta Peleritti.
Lidia Borda también recrea esa noche fundacional y cuenta cómo era la atmósfera. "Fijate cómo se conjugaron nuestras diferentes personalidades que nos terminamos eligiendo entre todas las mujeres que había. Empezamos a hablar de cómo se estaba necesitando el encuentro colectivo, esa sensación que uno tenía en las peñas cuando era chico y ahí germinó todo. Además, Rita tiene un estilo que mientras uno divaga, ella tiene pensado a quién llamar, dónde comprar la escenografía y empezar. Había finalizado la noche y tenía armado el concepto concreto de La jaula abierta. "
A medida que charlan se revelan sus colores. Rita Cortese es la que aúna con su personalidad tierna y arrolladora. "Ella era la que llamaba al otro día y hacía el recuento de todo lo que pasaba cada noche", recuerda Lidia. "Peleritti era la que llegaba bien temprano y se pedía una copita de champagne. Así empezábamos", dispara Cortese. "Yo no tomaba champagne, quiero aclarar. Mirá cómo me quieren dejar", se ríe Teresa Parodi. Y enseguida Cortese clava el elogio: "Sabés lo que era para nosotros tener a Teresa entre nosotros. No te lo puedo explicar", dice con fervor de admiradora.
"Es que creo que nos juntamos en un momento justo, histórico y social, por eso la búsqueda y la concreción. Somos protagonistas y salimos a hacer cosas", desliza Parodi. Compañera de generación, Cortese traspasa el discurso musical para tocar el fondo de la cosa. "Este encuentro es más allá de la música, son encuentros del corazón, que uno los expresa a través del arte. Nos une la voluntad de un mundo mejor". Al final se van abrazadas, como si se conocieran de toda la vida. Con la frescura de unas estudiantes.
PARA AGENDAR
La jaula abierta : espectáculo con Rita Cortese, Teresa Parodi, Carolina Peleritti, Lidia Borda y Dolores Solá. Teatro SHA: Sarmiento 2255. Viernes de marzo, a las 22. Desde $ 100.