Un tenor argentino en alza
El cantante cordobés camina con paso firme en la carrera de la lírica internacional
BERLIN.- Apenas cinco años han pasado desde que el tenor cordobés, siguiendo el ejemplo de colegas exitosos que se lanzaron a la aventura de apostarle a una carrera difícil pero gratificante como pocas, emprendiera sus primeros pasos en el camino de la lírica internacional, y hoy su nombre ya ha comenzado a dar que hablar.
Una agenda de compromisos hasta 2007; un protagónico bajo la dirección escénica de Franco Zeffirelli; una lista de debuts en teatros de más de una docena de países que van desde China hasta España, Sudáfrica, Rusia, Suecia, Japón y Noruega; un CD solista con orquesta y próximamente un DVD con el "Aroldo" de Verdi, transmitido por la RAI y celebrado por la crítica italiana; y un repertorio de más de veinte roles estrenados, con alrededor de setenta estudiados, hablan de una carrera consolidada y de perspectivas prometedoras.
Formado en el Conservatorio de Córdoba y en el Instituto del Colón, con años de experiencia como cantante de coro, pero con apenas un par de producciones argentinas en su haber, Porta llegó en 2000 a Verona, la romántica ciudad a orillas del Adige, la misma en la que vivieron Romeo y Julieta y que hoy representa, a través de su colosal "Arena" y los populares festivales líricos de verano, un símbolo operístico. Autocrítico, exigente y perseverante, el talentoso cordobés consiguió trazarse un camino propio, abriéndose puertas que lo llevaron a trabajar para la misma agencia de su consagrado coprovinciano, el excepcional Marcelo Alvarez.
En el Staatstheater de Darmstadt protagonizó con éxito la ópera "Norma" de Bellini. "El tenor Gustavo Porta construyó su parte con timbre suave, flexible, libre de tensiones y creciente fuerza expresiva" criticó el local Darmstädter Echo. En Alemania, el cantante dialogó con LA NACION, en ésta, la primera entrevista de su carrera.
-¿Cuáles son los puntos fuertes de tu vocalidad frente al público?
-Soy un tenor lírico con proyección a spinto [de mayor fuerza], es decir, que puedo cantar un repertorio de gran variedad de roles. En cuanto a mi personalidad, me encantan los personajes románticos y respecto al público, creo que lo que más le gusta es la entrega. Me apoyo en mi fraseo natural, en el buen legato, la dicción y la claridad en el canto, y en adaptar mi personalidad al rol. Investigo el personaje y tengo claro el desarrollo del drama, de modo que, en los momentos fuertes, busco involucrar al público. El teatro vibra cuando el cantante consigue que eso suceda, y esa es su misión.
-Teniendo referentes en Córdoba como Luis Lima y Marcelo Alvarez, ¿has tenido oportunidad de recibir sus consejos?
-He tenido la fortuna de trabajar con Luis como doble suyo, compartiendo funciones. Además de ser un cantante extraordinario es un compañero fantástico. Siempre recibí sus consejos. A Marcelo lo adoro, pero nunca me escuchó en vivo. Para mí es el número uno en este momento, por su voz maravillosa, porque sabe cantar y porque se rompe el alma estudiando. Estudio con un maestro de técnica y con otro de repertorio, y me preparo en la interpretación de roles muy especiales con grandes del pasado como Carlo Bergonzi y Gianni Raimondi. Pero quien me ayuda muchísimo es mi mujer [la argentina Cecilia Lapponi], que como cantante tiene un oído fino y gran sentido crítico. Ella es mi oreja en la platea.
-¿Te ves como el tercer cordobés que triunfa en Europa?
-¡Claro que sí! Estoy tratando de seguir el rumbo que ellos marcaron, con la espontaneidad y la transparencia la voz latina, que es personal y tanto gusta. Soy joven y estudio mucho para afrontar mis compromisos con solvencia. Me encantaría ocupar ese lugar y estoy trabajando duro para lograrlo.
-¿Cómo ves desde la perspectiva del tiempo la decisión de haberte venido a Europa?
-Tengo una personalidad tranquila, nací en el campo y no soy de ir rápido. Desde que me fui de mi querido Carrilobo, con todos mis sueños puestos en esta música, mi idea fue siempre la de cantar al mejor nivel. En Buenos Aires (cantando en el coro de La Plata, haciendo roles secundarios y óperas infantiles) no estaba contento con mi rendimiento, no encontraba el punto para que mi voz se desarrollara y decidí venirme a Europa. Hace tres años mi carrera empezó a funcionar. Me gusta dar pasos lentos pero seguros y siento que las cosas van por el buen camino.
-¿Cuáles eran esos "sueños" que soñabas en el campo?
-Nací en Carrilobo y toda mi familia vive allí. Me recibí de técnico mecánico tornero y trabajé en el campo con ellos hasta los 20 años. Mi padre, apasionado del folklore, me guió hacia el canto, hasta que un día me ofrecieron cantar unas canzonettas napolitanas en la fiesta de las colectividades en Las Varillas. Allí escuche la voz de un tenor por primera vez. Era Pavarotti, y les dije a mis padres que yo quería cantar así. Enseguida me apoyaron para que pudiera irme a estudiar a Córdoba.
-¿Y los sueños con la ópera?
-Trabajando en el campo, mientras manejaba el tractor, soñaba con ser yo el que cantaba esa música, soñaba con estar en el lugar de Pavarotti, Domingo, Bergonzi y venirme a Italia, al nido de la ópera. Planeaba cómo convertirme en cantante, qué cosas tenía que hacer, qué pasos tenía que dar, cómo estudiar etc. Hoy tengo 35 años y de a poco se me están cumpliendo esos sueños.
Proyectos
- A mediados de abril será una de las voces de "Il lombardi alla prima crociata", de Giuseppe Verdi, en el Teatro Colón. Luego, de regreso en Europa, protagonizará "Carmen", en Cagliari, y "Norma", en la Opera de Estocolmo. Hará una gira por Japón con el Teatro Bellini de Catania y en 2006 tendrá dos debuts importantes: "La Gioconda" y "Trovatore" .
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