Un swing vigoroso
Una nueva orquesta, de diecinueve músicos, debutará mañana en el teatro Margarita Xirgu, con un repertorio basado en temas clásicos y dirección artística del trompetista Oscar Serrano
En la creciente escena del jazz porteño hay espacio, incluso, para las tradicionales big bands que, paso a paso, recuperan un lugar que parecía bastante olvidado en los espectáculos porteños del género.
La Chicago Jazz Band, del trompetista Oscar Serrano, que debutará mañana en el Margarita Xirgu, tiene como propósito revalorizar la tradición de estas grandes bandas
En efecto, a la manera de la exitosa Gran Banda, de Jorge Navarro, esta agrupación, de diecinueve integrantes, mantendrá una fuerte presencia con tres actuaciones por fin de semana. Los viernes, a las 22.30; los sábados, a las 21, y los domingos, a las 19.
El grupo conserva la base de aquella big band que el año último lideró la revitalización de estas agrupaciones y que lentamente se está instalando de manera bastante permanente como opción a la hora de disfrutar de este género.
Reunión de amigos
El ensayo tiene todos los condimentos de una reunión de amigos. El escenario del Xirgu se va poblando, lentamente, por los "jóvenes legendarios" del saxofón, como Enrique Varela, Hugo Pierre, Oscar Tissera, Mariano Grisiglione y Rubén Ochoa, la línea de caños más prestigiosa del país.
La sección rítmica tiene a Mike Ribas en el piano eléctrico y en la dirección general; a Arturo Puertas en el contrabajo; a Alberto Savloff en la guitarra, y a Rubén Lobo en la batería.
La sección de trompetas se compone de Miguel Tallarita, Gustavo Tejada y Augusto Granata, y los trombones tienen juventud y experiencia con Juan Scalona, Joaquín de
Francisco, Marcelo Ferreyra y Eduardo López. Poco después llegaron los cantantes Luba, una vocalista rusa y Alejandro Navarro.
Con todo el personal en el recinto comenzó el ensayo con una suerte de repaso por algunos clásicos como "Serenata a la luz de la luna", de Glenn Miller, que Pierre rebautiza como "Sereluna a la luz de la nata".
Los diálogos en tono de broma son el común denominador de este grupo de músicos mayores, con un promedio de edad que supera los 73 años, y cuya sección de saxofones, hace más de cuatro décadas que se reúne tanto para actuar como para grabar. Por cierto, la soltura con la que suenan y ese ensamble ideal, espontáneo e inmediato no es producto del azar, sino de un grupo de muchísima profesionalidad. Su sound es suavemente aéreo y de una fresca tersura.
La banda tiene una sonoridad diáfana aunque aún les falta algo de relajación. Los ataques son potentes, pero por momentos se precipitan. Los arreglos parecen hechos a medida de la naturaleza de esta banda.
El criterio de éstos revela un espíritu decididamente comercial, al mejor estilo Broadway, aunque vigoroso y de una correcta simplificación de los tradicionales elementos del beat y del blues.
En el segundo tramo ensayaron con cantantes; Navarro se adelantó para hacer "Fly Me To The Moon", en una versión que sonó prolija. Este vocalista mostró caudal de voz y presencia, no obstante una primera impresión dejó dudas sobre su swing.
Luego, subió al escenario Luba, que representa una atracción adicional por su origen ruso y por su acento en inglés, algo extraño. Hizo dos temas: "All of Me" y "Lover Man" en versiones clásicas que cantó con carácter y buen manejo del fraseo, aunque algo estridente.
El ensayo sigue y nos reunimos en el foyer del teatro con Serrano, un bandleader de marcada calidez y uno de los mayores defensores de las big band, a las que les entregó su tiempo y esfuerzo.
Como los grandes
Regresó de los Estados Unidos en 1990 y desde aquel momento comenzó a trabajar con grandes agrupaciones. "Amo el jazz de orquestas. Mi idea de big band toma como modelo a la de Tommy Dorsey, que se caracterizaba por el contraste entre los fuertes ataques de la sección de trompetas y el sonido aterciopelado de los saxos. Si bien los repertorios no son originales en la elección de los temas, la orquesta de Serrano hace un tratamiento muy fuerte en el colectivo y con solistas tocando junto con la banda, es decir, sin diferenciarse del sonido general.
Para Serrano, el grupo tiene una gran ventaja: "Es un grupo de amigos y eso se nota cuando sonamos", dijo.
Compartir una misma propuesta no es sencillo para un grupo tan numerosos de profesionales que, en este caso, conviven con el placer de este ensamble que tiene pocos solistas de peso y que se asienta en el trabajo colectivo, en el que se sienten sin dudas seguros y acompañados.
En medio de una escena en la que las composiciones originales y las tímbricas curiosas dominan los clubes porteños, surge esta propuesta dirigida hacia un auditorio que entre nostálgico y entusiasta encuentra en estas grandes agrupaciones la vitalidad que, en sus comienzos, tenía el jazz, un género que nació en las orquestas de Nueva Orleáns y que aún mantiene su amor por la polifonía.
La Chicago Jazz Band se pone en marcha con una propuesta clásica plena de swing y humor.
Músicos y repertorio
Los integrantes de la orquesta son los siguientes: Oscar Serrano, Augusto Granata, Gustavo Tejada y Miguel Angel Tallarita en trompetas; Hugo Pierre (también en clarinete) y Rubén Ochoa en saxos alto; Enrique Varela y Oscar Tissera en saxos tenores, y Mariano Grisiglione en barítono; Juan Eduardo Scalona, Marcelo Ferreyra, Eduardo López y Joaquín De Francisco en trombones; Mike Ribas en piano eléctrico, Arturo Puertas en contrabajo; Alberto Savloff en guitarra y Rubén Lobo en batería.
El repertorio toma temas que hicieron conocidas las grandes orquestas de la historia del jazz, como "Strings or Pearls", "Moonlight Serenade", "In the Mood, Fly Me to the Moon" "Let´s Dance", "Stomping at The Savoy", "Sing, Sing, Sing" y "All of Me", "Satin Doll", "Sophisticated Lady", "Take A Train", "I Got You Under The Skin", "Double Exposure", "Doodlin", "Strike Up The Band", "New York-New York", "A Wonderfull Day", "Hello Dolly" y "Cuando los santos vienen marchando".
lanacionarTemas
Más leídas de Espectáculos
Los motivos de la intervención. Nacha Guevara debió ser operada y permanece en observación
"El mensaje". Aimar sorprendió a todos al revelar la historia detrás del tatuaje que se hizo en honor a Di María
Tiene 23 años. Es hijo del "malo" de las novelas argentinas, pero eligió otro camino en España: "Mi papá es mi referente"