Un fenómeno llamado Rels B: quién es el rapero español que está por agotar su segunda función en el Movistar Arena
Ni bien se pusieron a la venta las entradas para verlo en el Luna Park se agotaron; la producción mudó la sede al Movistar Arena y debió agregar una segunda función
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Anunciar un Luna Park, agotarlo tan rápido como para cambiar de lugar e ir al Movistar Arena, agotarlo tan rápido como para agregar una fecha más. Rels B, el rapero nacido en España como Daniel Heredia Vidal, es uno más de esos casos de masividad difícil de dimensionar que la música urbana aporta año a año. Y es, también, otro de esos ejemplos de superación que tan bien le calzan a la narrativa de la música popular. Rels B se presentará el 26 y el 27 de marzo en el Movistar Arena y las entradas vuelan.
Rels B, Rels Beats, Skinny Flakk o Flakk Daniel, con todos esos alias puede conocerse a Daniel Heredia, que en su currículum puede arrogarse ser cantante, compositor y productor musical. Oriundo de Palma de Mallorca, ciudad en la que nació el 18 de octubre de 1993, pertenece a la siempre novedosa escena del hip hop español, con un estilo que si bien puede encasillarse en el trap, no duda en tomar elementos del pop, la electrónica y el r&b. Y tal vez ahí radica su éxito, en presentar una música filtrada por sonidos transversales, cargada de un melodismo tan radial como apto para todo público.
Pero para llegar a este presente, Rels B atravesó mucho en poco tiempo. De padre baterista, creció escuchando a The Beatles y The Rolling Stones como banda de sonido familiar, pero forjó sus propios gustos en las rimas del hip hop. El éxito de Eminem como fenómeno global de rimas imbatibles que podían sonar en MTV, desembocar en una película autobiográfica como 8 Mile y, sobre todo, dar la certeza de que el género podía ser abordado por cualquiera que se obsesione con él, lo llevaron a poner el ojo ahí, en las barras. Más adelante, el sonido pop de The Weeknd, tan rapero como soulero, completaron el combo de referentes internacionales.
Ese recorrido, sin embargo, lo hizo solo. Rels B abandonó su casa a los 15 años y, antes de ser músico, se ganó la vida con empleos de todo tipo: fue albañil, fue mozo y todo lo que pudiera ayudarle a sostenerse de manera independiente. La misma independencia que mantiene musicalmente y de la que se jacta en la actualidad, tras algún que otro paso fallido por el sello Sony Music.
Dio sus primeros pasos como productor, un trabajo que le ayudó a generar sus contactos iniciales en la escena y hacerse un nombre además de nutrirse de conocimientos que más adelante le permitieron pensar su propia carrera de una forma más orgánica, atento a todos los detalles para construirse a sí mismo como un producto consolidado. Fue en 2014 cuando se presentó en sociedad como rapero hecho y derecho, parado adelante del mic liderando su propio proyecto desde el EP Change or Die, un trabajo que lo tuvo soltando barras (en español, aunque el título sea en inglés) encima de bases de sonido clásico, cercanos al boom bap de los 90.
2016 fue el año del despegue para Rels B, con la edición de Boys Don’t Cry su primer larga duración. A partir de allí, Rels B comenzaría un derrotero de edición de discos, casi a razón de uno por año. Una costumbre bien alejada de los procedimientos de la música urbana, más propicia a lanzar singles sueltos que álbumes de largo aliento. Flakk Daniel’s LP (2018) y La Isla LP (2020) se destacan de entre una discografía prolífica, que incluye colaboraciones con artistas de todo el mapa de la música urbana latina. Para 2019, con el tema “A MÍ”, un hip hop que no esconde sus tintes folk ni cadencia melódica, dio el salto definitivo a la masividad. El tema, actualmente, cuenta con más de 200 millones de reproducciones en Spotify y más de 300 millones en YouTube.
Su conexión con la música urbana local tiene como hito reciente su colaboración con Duki en “YIN YAN”, uno de los temas que el trapero argentino incluyó en Temporada de reggaetón, su EP editado a fines de 2021. Para Rels B, por supuesto, el mapa urbano se extiende por toda América Latina y ha llegado a colaborar con reggaetoneros de recorrido y prestigio como Eladio Carrión.
Ningún fenómeno puede explicarse en su totalidad. La música popular está repleta de casos de éxito que, en última instancia, no responden a un manual de estilo, sino que son los intangibles los que hacen a la singularidad que interpelará o no a un público masivo. El de Rels B no es la excepción. Parte de una escena, todos y todas la necesitan, pero también con sus propias reglas. Venció el miedo a rapear para pasar de las consolas al micrófono, se decidió por la independencia (”Estar en una multinacional es una puta mierda”, llegó a declarar en una nota al medio español Última hora) y cruzó el océano para encontrarse con una nueva cara de la masividad. Esa que no cualquiera puede traducir de likes a personas, de seguidores de Instagram a público que asiste a conciertos. Rels B, por ahora, es de los que puede jactarse de ello.
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