Un David Bowie simple y radical
Dónde ubicaremos The Next Day , el nuevo álbum de David Bowie, fue una de las preocupaciones y obsesiones de lo que va del año para fans de la música y Bowipédicos. ¿Junto a la trilogía berlinesa de los años 70 como nos quiso hacer creer el primer y sorpresivo simple, "Where Are We Now?", lanzado a la Red como una pequeña bomba el mismo día de su cumpleaños 66, el 8 de enero pasado, y tras una década de silencio? ¿Tendrá la piel de "disco maduro" como la de trabajos como Heathen (2002) o Reality (2003) o se impregnará del espíritu camaleónico que acompañó a este artista en cuarenta y cinco años de carrera? ¿Y si nos hiciera bailar otra vez? "¿David Bowie no estaba muerto ya?", llegaron a preguntar algunos ateos.
Con la salida de The Next Day consumada esta semana, la respuesta parece más sencilla de lo que la abultada y ecléctica discografía/vida del Duque Blanco puede abarcar. The Next Day va justo ahí, pegado a Reality, su predecesor. Como si estos diez años en las sombras no hubieran pasado y Bowie hubiese decidido grabar un álbum para las nuevas generaciones.
El día que viene
"Aquí estoy, no me estoy muriendo", canta en el tema que abre y le da nombre al disco. Es la voz de un tirano inglés de la Edad Media, pero el mensaje corre a la par de las circunstancias: aquí está Bowie y no se está muriendo.
Como había adelantado el productor y amigo Tony Visconti, "The Next Day", la canción, se inscribe en esos "cinco temas de rock abrasador" que dijo había incluido Bowie en el álbum y resulta un gran comienzo para recuperar su instinto rockero.
Tres minutos y medio después, "Dirty Boys" anticipa la variedad de un disco que en la era de la rockola portátil no quiere ser conceptual ni es parejo, pero que contiene grandes canciones. Y ésta es una de ellas, con el saxo de Steve Elson llevándose toda la atención en un ambiente de bares de mala muerte y chicos sucios.
"The Stars (Are Out Tonight)" y "Love Is Lost" confirman que Bowie, en esta encrucijada clave, se la jugó por la voz. Por su voz. A mitad de camino de su séptima década, y mientras muchos pensábamos que el estilo crooner de sus últimas canciones iba a definir el tono de su canto de aquí en más, Bowie se despacha con una amplitud vocal de lo más generosa y se mueve en todos los registros que marcaron su obra. Así como Bob Dylan se escudó en sus raíces musicales para volver a asombrar a público propio y ajeno, este caballero inglés sin título parece haberse apoyado en sus habilidades vocales para demostrarle al mundo que él también es único en lo suyo.
La épica de "Where are we now?" es sencillamente encantadora y su mood melancólico es arrasador. Por eso no es casual que para continuar el track list luego de terrible momento, Bowie haya tenido que recurrir a una melodía pop como "Valentine’s Day", que recuerda la era Ziggy Stardust. La salida perfecta.
Con "If You Can See Me", llegada la mitad del álbum en su versión original (en la Argentina solo se editó la versión extendida, que suma tres bonus tracks), canción a canción, suena como si uno hubiera estado recorriendo, sala por sala, la retrospectiva sobre Bowie que se abrirá la semana próxima en el museo Victoria & Alberto, en Londres. Todos los Bowie –o casi todos, en rigor– en un solo disco, en un solo lugar.
En "Boss of Me" reaparece con personalidad el saxo de Elson que acompañó a Bowie en los bailables años 80 de "Let’s Dance" y "Never Let Me Down", época que también revisita en el doblete "Dancing Out In Space" y "How Does The Grass Grow?".
¿Bowie utiliza en The Next Day algún truco nuevo, de esos que solía sacar de la manga sin que nadie lo viera? No. Todos los trucos utilizados aquí son viejos y de marca registrada, pero tan efectivos como cuando un mago levita a su hermosa secretaria a metros de tus ojos incrédulos.
En la recta final "(You Will) Set The World On Fire" regala el último riff rockero y "You Feel So Lonely You Could Die" se presenta como una balada orquestada para emocionar. Se podría decir que "Heat" cierra el álbum más allá de los bonus tracks, porque el tema suena a despedida y aquel hombre que arrancaba jurando que no estaba muerto, ahora se confiesa una y otra vez: "Y me digo a mí mismo, no sé quién soy".
"A veces las ideas más simples pueden ser las más radicales", sostuvo el diseñador Jonathan Barnbrook para explicar la idea de "no diseño" de la significativa portada (que interviene, a la vez que reinterpreta, la tapa del álbum Heroes, de 1977). Y la sentencia estética se vuelve premonición musical. El David Bowie del día después. Simple y radical.
TRACKS
- She and him
El precioso dúo que conforman Zooey Deschanel y M Ward ya tiene listo su nuevo disco, simplemente llamado Volume 3 (sí, los anteriores fueron Volume 1 y Volume 2 , hicieron una excpeción con el navideño A Very She and Him Christmas , de 2011). Nuevamente fue él, productor de profesión, el encargado de darle forma a esta colección de canciones, entre las que hay un cover de Blondie ("Sunday Girl") y un clásico de los años cincuenta, "Hold Me, Thrill Me, Kiss Me". Deschanel también es actriz: actualmente protagoniza la serie New Girl ), que se ve por Fox, y en breve interpretará a Loretta Lynn en Broadway, en la versión teatral de la película La hija del minero . - Tracy Lord
Eco es el nombre del flamante CD de Tracy Lord. El grupo integrado por Andy González, Claudio Alvarez Di Nicola, Lucas Sanfelippo, Pablo Galano y Matías Sanfelippo, que nació hace casi diez años en Temperley tiene lista su segunda producción discográfica, sucesora de República (2009) y de otros registros y EP. Se espera que "Donde Dios no te ve", el primer corte, comience a sonar pronto. Eco está compuesto por trece canciones ("Los Elefantes", "Humo negro", "Cicatriza mal", "Lo auténtico", "Santa Sofía" y "El intento", entre otras) que llevan la producción discográfica de Ray Fajardo. Además, la banda también tiene listo el clip de "Humo negro".