Tribalistas: "Buscamos un ideal: mixturar culturas, religiones, ideas y músicas"
Carlinhos Brown, Marisa Monte y Arnaldo Antunes regresan con un poderoso disco que quieren salir a presentar en vivo, y con el que demuestran que la química de hacer canciones sigue intacta
Carlinhos Brown está en Bahía, Marisa Monte en Río de Janeiro y Arnaldo Antunes en San Pablo. Sin embargo, cuando se encuentran, incluso, a través de esta videoconferencia por Skype, esa energía colectiva confluye de una manera natural. Ya no son tres, sino una voz, un sonido, una utopía, una entidad musical y espiritual llamada Tribalistas. No son una banda. "Somos un bando", aclara Marisa Monte. "Estamos rodeados de amigos, hijos, parceiros, perros, gatos. Así hacemos todo. Es una familia. Todos son Tribalistas".
Hace quince años, esta santa trinidad contemporánea de la música brasileña se reunía en un estudio por trece días para sacar un álbum del que hablaría todo el mundo de la música. Diez canciones -himnos pop como "Velha Infância", "Jassei Namorar" y "Carnavalia"- definieron el concepto tribalista en una comunidad de estilos, del pop a los sonidos nordestinos. El proyecto potenció las fuerzas creativas de Carlinhos Brown, el hombre de las mil percusiones y el sentido espiritual de Bahía; Arnaldo Antunes con su poesía urbana y modernista de San Pablo, y Marisa Monte, la voz, la melodía y el sonido de la eterna saudade carioca del samba.
Sin ninguna presentación en vivo, el primer disco Tribalistas se transformó en un fenómeno -vendió dos millones de discos- y repercutió a nivel global, a partir de las cinco nominaciones a los Grammy. Durante todos estos años, los tres artistas se mantuvieron colaborando y haciendo canciones, pero el proyecto Tribalistas estaba cajoneado. "Hace muchos años que había una expectativa en la gente de cuándo saldría un Tribalistas 2. Nosotros no teníamos esa prioridad. Pero cuando llegó el momento, realmente lo quisimos hacer", cuenta Arnaldo Antunes, desde San Pablo.
Sin que nadie lo supiera, los Tribalistas empezaron a planear el reencuentro en unas vacaciones en Bahía. En marzo entraron a un estudio de grabación en Río de Janeiro. Y en diez días, a razón de una canción por jornada, consiguieron nuevos y estimulantes himnos como "Diáspora", "Um So", "Alianca", "Baiao do mundo" y "Feliz y saludable", que alumbraron un nuevo disco llamado nuevamente Tribalistas, a la altura del primer encuentro.
A pantalla partida, el trío conversa como si estuviera en una misma habitación. No hay distancia entre ellos, sino una suerte de comunión telepática. "Cuando estamos juntos somos uno solo, una voz colectiva y armoniosa, donde todos hablan y escuchan", define Marisa Monte.
-¿Qué función cumple un nuevo disco de Tribalistas en estos tiempos?
Carlinhos Brown: -Hacemos opinión sin interferencia. No podemos separarnos de las vivencias de nuestros vecinos y las cosas que pasan en el mundo. De alguna forma eso se cuela en nuestros textos y forma parte de la melodía. Refleja parte del inconsciente colectivo. En este álbum hay una idea: que estemos más de acuerdo en el camino del respeto y de amar a los otros como a ti mismo.
Arnaldo Antunes: -La resistencia, la esperanza, la utopía de un mundo más tolerante, creativo y positivo se transmite simbólicamente en nuestro concepto de tribu. Ese poder de convivencia entre tres artistas de lugares distintos de Brasil es una resistencia contra las separaciones y discriminaciones, intolerancias, preconceptos, que imperan hoy en día no sólo en Brasil, sino en el escenario mundial que está quedando retrógrado en muchos sentidos.
-La canción "Um Só" del nuevo disco tiene una doble lectura. Es una crítica a la clase política y un manifiesto de lo colectivo en la frase: "Somos muitos, quando juntos, somos un só".
M. M.: -La mixtura es la única salida para mejorar como humanidad. Tenemos que vencer los pensamientos fundamentalistas y los discursos de odio que nos separan. Tenemos que encontrar la manera de estar juntos con lo mejor que cada uno puede ofrecer. El arte es una buena manera de unir a las personas.
C. B.: -Seguimos teniendo esperanza en lo colectivo y que eso se contagie a todo el mundo. Quizá nosotros como personas no tengamos esa capacidad, pero la música sí.
A. A: -Los Tribalistas acaban sirviendo para unificar. Lo interesante no es ser esto o aquello, sino esto y aquello. Como dice "Um só": "Somos comunistas y capitalistas". Todos podemos estar juntos en la tribu. El grupo tiene esa personalidad. Están las individualidades, pero juntas se transforman y son mejores. Estamos tras un ideal, una causa: mixturar culturas, religiones, ideas, músicas. La diferencia y la tolerancia nos une como grupo.
-En el primer disco, los Tribalistas decían: "No queremos tener razón, ni religión".
C. B.: -Pero tenemos religiosidad.
M. M.: -Tenemos amor.
C. B.: -Tenemos fe.
-¿Tribalistas es una utopía musical?
A. A.: -Es una realidad musical, no es una utopía.
M. M.: -Es una realidad que representa todas esas posibilidades de la utopía de aceptar al otro.
A. A.: -Y que acaba siendo un ejemplo para mucha gente.
-¿Cómo fue crear juntos otra vez?
C. B.: -Somos escogidos por las canciones.
M. M.: -Las canciones son las que mandan y las que nos llevaron a este nuevo proyecto. Es lo que acontece cuando la gente se encuentra. Son canciones que pedían que fueran hechas de forma colectiva y transmitan ese mensaje.
A. A.: -No es esa cosa preciosista del momento íntimo de la composición, sino que todo aquel que pasa por ahí forma parte de esa experiencia y acaba participando como Carminho.
M. M.: -Pasan personas, pasan niños. pasan gatitos, pasan pajaritos...
A. A.: -Nos vamos mezclando todos...
-Se fueron a Bahía de vacaciones. ¿Ahí surgió el disco?
C. B.: -El encuentro fue el responsable de esto. El lugar lo hacen los amigos porque cuando se juntan arman un templo de la amistad donde todo resulta mucho mejor. Bahía tiene la gracia de generar eso, pero en Río y San Pablo también se dio. Era el tiempo de juntarnos.
A. A.: -Son vacaciones productivas.
M. M.: -¡Ocio creativo! Es hacer nada, para hacer todo.
C. B.: -En esta cosa de hacer nada se fue preparando un nuevo paso tribalista. ¡Estamos siempre emocionados cuando nos juntamos! Es hermoso. Todas estas expediciones siguen porque es lo colectivo lo que nos interesa, no la individualidad. Abrimos las manos para que otros sumen su cultura, para hacer un mapa y llegar a ese lugar, que es el placer de hacer música que sirva para los demás. Y que eso traiga mejores momentos a la gente.
-¿Pueden elegir una canción del disco que los represente?
A. A.: -Todas son complementarias. Hay canciones más metafísicas, otras más mundanas, hay canciones de amor y otras más políticamente activas. Una de alguna manera forma parte de la otra.
C. B.: -"Feliz e saudable": explica mucho esa canción. Tengo 50 y la idea de estar feliz es una idea del colectivo. Queremos estar en esa felicidad y no podemos por el materialismo.
M. M.: -Mi preferida es la próxima que vamos a hacer juntos.
-¿Van a tocar este disco en vivo?
C. B.: -Sería un encuentro bonito.
A. A.: -Tenemos deseos de hacerlo, pero no tenemos prisa.
M. M.: -Sería lindo realizar algunas presentaciones en vivo y esperamos ir para la Argentina que es un lugar que queremos mucho, pero no tenemos un plan concreto ni una fecha. Tal vez, a partir de carnaval, comencemos a pensar en esa posibilidad. Por ahora es más un sueño sin plazos ni planes.
El nuevo mapa de Brasil según Tribalistas
–¿Con qué otros discos de la música brasileña dialoga este nuevo de Tribalistas?
Arnaldo Antunes: –Tengo en mi mente una tradición de discos de encuentros que son muy comunes en la música brasileña como Caetano y Gil, Tom y Elis, Novos Bahianos o Doce Bárbaros, Gil y Milton, María Bethânia con Chico, Rita Lee con Gil. Hay una tradición de artistas que se encuentran para hacer un disco todos juntos. Independientemente de eso creo que Tribalistas tiene una libertad que permite reunir distintos géneros. Tenés un ritmo donde Carlinhos fusiona con baión una cosa de funky y también latina. Todo se mixtura. Es inclasificable en cuanto a un género musical. Eso a la vez es una característica de esa cosa híbrida de la música brasileña. Y que se liga con los tiempos postropicalistas con Chico Science de Nação Zumbi y Lenine. No estamos dentro de un género específico, aunque se conecta con todos esos estilos.
–A la vez es un disco que suena más político en canciones como “Lutar e vencer”, a diferencia de su primer disco.
Marisa Monte: –Son momentos muy diferentes. La revolución de Internet transformó todas las relaciones del mundo. Hay más extremos y no hay equilibrio. Nosotros estamos en medio de todo eso, en un mundo de grandes cambios a nivel político, no sólo en Brasil sino lo que acontece en España. Alemania, Francia y Portugal. En la Argentina, también, cambió bastante. La diferencia con nosotros es que ustedes eligieron un presidente y nosotros, no.
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