Santi Celli: de llegar al Ópera con Salvapantallas a lanzarse como solista
Ese día cuando se despertó, Santi Celli ya sabía que el camino que había trazado junto a Zoe Gotusso en Salvapantallas se iba a terminar. Hasta ese entonces, él no había proyectado un horizonte como solista sino que toda su energía estaba avocada a ese dúo. Así había sido desde aquel primer show que hicieron en 2016, cuando él la invitó a sumarse a una fecha que tenía pautada en un boliche de Córdoba, donde ambos vivían. Tan solo uno o dos ensayos juntos habían sido suficientes para que Celli tomara esa iniciativa.
Sin embargo, ese lunes de junio el panorama era otro, y él tenía la certeza de que volvería a su casa sin banda. Con eso en mente, el cantautor se fue a jugar al fútbol junto a otros músicos y, como si fuera una cosa del destino, se quebró el codo por lo que -al no poder tocar la guitarra- debió suspender dos shows que ya tenían programados en Niceto.
"Esa noche pasé de largo y me tomé el primer avión que conseguí para ir a mi casa en Córdoba", le contó Celli a LA NACION. No se llevó ni ropa; solo una mochila con un parlante y una herramienta de producción musical, que se llama electribe. No sabía usarla, pero tenía 20 días de reposo por delante para aprender; y ese tiempo le bastó para convertir a ese aparato en su aliado en la creación de su primer albúm como solista, Reset.
"El que pensaba que era mi camino por los próximos años, de repente, estaba tapado y tenía que inventar algo. Este disco es esa reinvención y un nuevo comienzo", describió. Y así se refleja en la canción que le da nombre al trabajo: "Me fui para quebrarme, quería resetearme y, casi sin buscar, apareció la canción que puede rescatarme".
Es que, una vez que llegó a Córdoba, se tomó un tiempo para reflexionar sobre su situación y le "cayó la ficha". "Estoy quebrado y no tengo más banda", se dijo. Y la imagen es tan clara para él que decidió hacer de ella el arte de tapa de este proyecto. Al recordar esos días de 2019, confesó: "Miento si digo que no tuve miedo. Se hizo muy presente el fantasma de 'y ahora qué va a pasar'. La voz líder era Zoe y, desde el principio, yo adopté un rol más de soporte con un trabajo más silencioso". Celli estaba preocupado por cómo iba a reaccionar el público al camino que él tomara.
Por eso, la raíz de todas las canciones que forman parte de este proyecto se originó en esos días en los que debía recuperarse de la lesión. Se levantaba temprano para componer con ese nuevo instrumento y hasta la noche no se "despegaba de la silla". Ese era su "paliativo para no pensar ni en el dolor físico ni en el mental". "Me cuesta, al día de hoy, entender el nivel de enfoque que tenía. Era alienación con adrenalina, mezclado con un montón de cosas", dijo. Sentía que tenía un solo tiro y que no podía fallar si no quería perder todo lo que había sembrado con Salvapantallas.
Ante esa incertidumbre, su "catarsis" se tradujo en canciones. "Estoy empezando desde cero, ya me encontré con lo que quiero, y no me puedo equivocar", escribió un día, y así fue componiendo, Sincero: su primera canción como solista. Ahora que sacó el disco y perdió el miedo, resignificó esa expresión "ambivalente", que al principio encerraba una presión, y ahora es -para él- el reflejo de una certeza: "Estoy en el camino que quiero y elijo, y me lo encontré por mis propios medios. Entonces, no puede ser un error".
En esta nueva etapa como artista, Celli se encontró con una "revelación muy grande" al ver su madurez como compositor y descubrir que es capaz de hacer muchas cosas a las que antes les tenía más temor o respeto. "Me siento orgulloso y en un punto de honestidad artística y felicidad con mi obra", subrayó. En el último tiempo, el cordobés fue definiendo su estilo, al que describió como "directo, honesto y emocional", y añadió un nuevo ingrediente: la música ligada a la referencia personal. Así, por ejemplo, escribió Pasaporte inspirándose en su relación con su novia con quien, por un tiempo, mantuvieron una relación a la distancia.
Cuando creaba canciones para Salvapantallas, las hacía imaginando una escena ficticia y buscando que Zoe Gotusso, que era la voz principal del proyecto, se sintiera cómoda interpretándolas. Hoy, en cambio, compone para hablar él mismo a través de las melodías, aunque aclara: "Me gustaría que, quien escuche mi disco, trate de abstraerse de quien canta y se conecte con la música y la letra para trasladarla a una situación personal suya".
—En "Quilombo" decís: "No dejo de sentirme solo, afuera es un quilombo, adentro también". En esa canción hablás de angustia, ansiedad y de sentimientos que "no te querés llevar". ¿Qué te gustaría que permanezca del Santiago de Salvapantallas y forme parte del nuevo ciclo que estás empezando como solista?
—Era un momento en el que me sentía solo y en la vereda de enfrente de mi compañera de banda. Era todo un quilombo. Me gustaría llevarme conmigo el compromiso que asumimos con Salvapantallas de nunca estar mirando para afuera a la hora de tomar decisiones. A la hora de hacer arte, más que buscar una referencia afuera o ver qué funciona, quiero ver qué me sale a mi.
Si bien está orgulloso de lo mucho que creció desde ese entonces, le costó desprenderse del equipo que habían formado con Zoe Gotusso, a quien describe como parte de su familia y con quien mantiene una relación muy cercana. Tal como explica, en el último tiempo la relación estaba "más tensa" porque se evidenció la diferencia entre los objetivos de cada uno. "Ella venía con una pulsión interna de individualizar su figura y, no me pelee, pero eso fue algo que, al principio, yo no entendía", reveló.
"Las diferentes perspectivas que teníamos empezaron a trazar una línea divisoria entre lo que quería cada uno: una de las partes estaba con la energía dividida y la otra, que en este caso sería yo, estaba por un lado bancando su decisión pero a la vez un poco resentido de pensar que nos merecíamos mucho más con el camino que estábamos haciendo". Ese fue el espíritu de lo que conversaron aquel lunes de junio en el departamento de ella, cuando decidieron terminar con la banda, que hizo su último show el 2 de noviembre en el Teatro Ópera. "Nos dijimos que no lo estábamos disfrutando como antes y, si no se disfruta, no se hace".
Después de esa reunión -de la que también participó su manager, Esteban Sabbione-, cada uno apostó a su camino como solista. Al poco tiempo, Celli recibió un mensaje en su cuenta de Instagram: Sony estaba interesado en él. En ese momento, les mostró algunos bocetos de canciones pero no quiso tomar una decisión porque era todo muy nuevo y se había dado muy rápido. Sin embargo, en cuanto tuvo el disco armado, volvieron a conversar y acordaron el contrato. "Firmé en cuarentena, con vino en mano y en forma virtual. Les mandé una foto y les dije: "Estoy escabiando acá mientras firmo, porque me parece que amerita". Del otro lado, me respondieron con copas también. Ya vamos a brindar cuando se pueda".
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