El artista británico edita el próximo viernes su tercer álbum solista, Midpoint, y habla con LA NACION sobre cómo trasladó a sus flamantes canciones episodios de un pasado turbulento
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Desde el confort de su casa, Tom Chaplin transmite una serenidad que en cierta forma se entrelaza con las temáticas que aborda en Midpoint, su tercer disco solista que se edita el próximo viernes. El artista británico, vocalista de la banda Keane, al pasar el umbral de los 40 decidió gestar un álbum al desnudo, despojado, donde el piano y su caudal vocal acompañan esas confesiones sobre una cotidianidad en la que surgen los miedos pero también las certezas.
En ese punto, sus dos primeros singles, el que da título al disco y “Gravitational” aluden a la madurez pero sin que la nostalgia le pise los talones. Por el contrario, el cantante y compositor reafirma cómo su esposa, Natalie Dive, y sus hijos, son la brújula en aquellos momentos en los que se pierde, en los que es sobrevolado por la incertidumbre.
“La gran preocupación sobre la mediana edad es pensar si tomaste la decisión correcta. Por ejemplo, si estuve con esta persona durante mucho tiempo y nos mantuvimos unidos, empiezo a pensar si vamos a estar juntos por el resto de nuestras vidas”, confiesa el músico en diálogo con LA NACION vía Zoom. Al igual que sus composiciones, Chaplin se expresa libre, alude a su batalla contra la adicción a las drogas, sobre esa vorágine en la que se vio inmerso cuando en 2004 salió el disco de Keane Hope and Fears y la banda no paraba de tocar en un viaje monumental que recién empezaba. “Me arrepiento de algunas cosas de esa época”, revela Chaplin sobre cómo no pudo disfrutar ese nivel de popularidad.
Hoy, a sus 43 años, sabe que el camino transitado no pudo haber sido otro e intenta hacer las paces con eso. Midpoint, como su título lo indica, es un álbum sobre la mitad del recorrido y la dualidad que se suscita en los instantes reflexivos.
-Uno de los temas predominantes en el disco es el paso del tiempo y todo lo que vamos aprendiendo en ese camino ¿Era esa la temática principal que querías abordar? ¿En qué pensabas al momento de componer?
-El paso del tiempo fue uno de los temas que inspiró este disco. Estoy mayor y de repente el álbum me encuentra en mis 40, con dos hijos, con toda una vida ya vivida, y es gracioso porque llego a este punto y miro para atrás y pienso en la cantidad de cosas que hice y en la cantidad de cosas que generé, una especie de pequeño imperio con mi casa, mi familia, con lo que hice en mi carrera, mis álbumes y es algo increíble. Es interesante mirar para atrás y ver todo eso y verse reflejado ahí. Además, creo que el disco es sobre cómo me siento en este momento de mi vida en relación a todo eso, porque lo que noté después de terminar era que sentía que no tenía nada de lo que escribir y hace dos años, probablemente en sintonía con la llegada de la pandemia, todas estas preguntas empezaron a surgir.
-¿Qué preguntas te hacías?
-¿Quién soy? ¿En qué lugar estoy de mi vida? ¿Soy feliz con este mundo que pude crear? ¿Qué viene después? Entonces me propuse escribir un álbum sobre la vida a los cuarenta, que no es algo habitual, generalmente todos escriben sobre el amor adolescente o sobre el corazón roto y a mí no me parecen exactamente los temas más cool sobre los cuáles escribir (risas). Es algo por lo que todos vamos a pasar y me parece muy interesante esta especie de pequeñas tormentas que van a aparecer y el saber cómo sortearlas. Algunas personas prefieren empezar de nuevo mientras tengan tiempo, algunas prefieren resistir y eligen ser felices con lo que tienen, algunas hacen pequeños cambios aquí o allá. Es una parte muy interesante de la vida, te surgen muchas preguntas de manera sutil, y supongo que quería llegar al corazón de eso con las canciones.
-¿Fue difícil escribirlas? Ya has confesado que te cuesta mostrarte vulnerable a la hora de hablar de ciertos temas y que en esos casos preferís aislarte ¿Cómo conciliaste eso con la temática de este álbum?
-Me resulta menos difícil entregarme a la vulnerabilidad en estos días. Hice mucha terapia a lo largo de los años, eso te abre y te hace darte cuenta de que no hay nada malo en vos. Todas estas cosas que pensabas y de las que te sentías avergonzado muy a menudo son cosas que tienen mucho poder si te aferrás a ellas. En cambio, cuando las expresás, algo de ese poder se disipa y te das cuenta de que no fue tan malo lo que hiciste y de que no sos tan mala persona. Así que sí, me sirvió hacer mucha terapia. Aprendí mucho sobre mí y creo que eso definitivamente se refleja en la música. Salgo de una sesión en la que hablé de muchas cosas con mi terapeuta y paso directamente a escribir una canción. Hay una línea muy clara entre la letra y la melodía ahora también. Hay una buena relación, hay armonía. Soy mejor en estos días siendo honesto con la gente de lo que solía ser.
-¿Antes cómo eras?
-En los primeros días de Keane estaba tan aterrorizado de lo que la gente pensaba de mí. Realmente nunca le brindé mucho al otro, me guardé un montón de cosas. Pensé que la mejor manera de lidiar con eso era tratar de solucionar todo por mi cuenta, y también creo que a veces da bastante miedo expresar cosas que son incómodas, que son sentimientos oscuros de tristeza o enojo. Al mismo tiempo, todo eso fue un aprendizaje. Después empecé a hacer lo contrario, para luchar contra eso y para tratar de ser honesto y abierto sobre las cosas que sentía. Todavía me resulta difícil, pero no tanto como en el pasado. Es muy liberador ser uno mismo.
-Cuando pensás en las primeras épocas de Keane, ¿cómo las recordás, en qué pensás? ¿Sos consciente de ese furor y de cómo marcaron a una generación?
-De toda esa época de éxito tengo muy buenos recuerdos, aunque como cualquier parte de la vida hubo buenos y malos momentos y justo antes de que saliera Hope and Fears fue cuando conocí a mi esposa, así que fueron los primeros años de nuestra relación. Fue muy, muy emocionante, porque eso coincidió con el éxito inicial de Keane. Fueron tiempos muy emocionantes y embriagadores. Creo que tal vez cuando miro hacia atrás, particularmente a la banda, con el beneficio de la experiencia y la retrospectiva, hay cosas que las habría hecho de manera ligeramente diferente y probablemente hubiera elegido disfrutar las cosas de una manera distinta, saborear las cosas. A la vez, yo era más joven y daba las cosas por sentado, así que es fácil verlo en esos términos, pero creo que tal vez lo que pensé en ese momento fue: “Ahora que llegamos a un lugar de gran éxito, nos quedaremos aquí y la vida seguirá siendo esta, en la cima”.
Por supuesto, después te das cuenta que es muy raro que eso suceda, la mayoría de las veces estás subiendo y subiendo y llegás a este punto alto y no dura tanto, creo que tal vez hay una parte de mí que desearía haber disfrutado de estar un poco más allá, en las alturas. Definitivamente hubo buenos momentos, también hubo momentos muy extremos. Los altos fueron muy altos y los bajos fueron muy bajos. Hoy en día mi vida es más como una especie de ola suave que se balancea hacia arriba y hacia abajo. Los buenos tiempos nunca son tan buenos, pero los malos tiempos nunca son tan malos. Y en este punto de mi vida prefiero vivir de esa manera.
-Me encantó la canción “Overshoot” de Midpoint, donde estás solo al piano ¿Cómo es tu relación con ese instrumento? ¿Recordás la primera vez que interpretaste una canción con el piano?
-El piano es el instrumento más fácil para componer, lo tenés ahí, frente a vos y todo tiene sentido. Con la guitarra se me hace más complicado, no sé bien por qué. Lo que amo del piano, y es algo que amo desde la primera vez que me senté y aprendí con uno, es que te podés perder entre sus notas; su sonido es grandioso, te rodea. Por supuesto que siempre me gustó cantar, crear ese pequeño mundo en mi estudio en el jardín, me puedo pasar horas, es muy hipnótico, creo que ayuda mucho, es una especie de mindfulness, como un estado en el que podés perderte y no preocuparte por el mundo; incluso una vez que estás escribiendo, es muy fácil perderte.
Vivimos preocupados por cosas que están pasando ahora o que van a pasar en el futuro, así que creo que cualquier cosa en la vida que te permita salir de ese tipo de pensamiento circular es realmente buena, y así me encuentro ahora, escribiendo canciones o simplemente tocando el piano y estando en ese pequeño mundo. Me pasa lo mismo con los deportes, juego al fútbol y me encanta porque me pierdo en ese mundo y lo disfruto muchísimo. Todo lo que me ayuda a estar en el momento creo que es maravilloso. Hay cosas que se deben cultivar en la vida porque todos pasamos demasiado tiempo preocupándonos por lo que sucedió en el pasado o por lo que vendrá, pero no podés controlar nada de eso, solo podés controlar lo que estás haciendo ahora, en este momento, y yo tengo que recordar eso continuamente.
-En el disco hay temas dedicados a tus hijos y a tu esposa ¿Qué siente ella cuando los escucha?
-Sí, hay varias canciones dedicadas a mi mujer, son muchas las que le escribí, sobre todo en mis malos momentos; la hice pasar por momentos difíciles con mis adicciones, fue algo muy duro para mi familia. Eso se extendió bastante tiempo. Fue complicado, compuse muchos temas de disculpa en los que estaba diciendo lo mucho que lo sentía. ”Overshoot” es también una canción de amor. Son temas para celebrar lo que tenemos y reconocer lo importante que eso es. La gran preocupación sobre la mediana edad es pensar si tomaste la decisión correcta, el recordar que estuve con esta persona durante mucho tiempo y nos mantuvimos unidos, el preguntarme si vamos a estar juntos por el resto de nuestras vidas. Ahí surge el miedo. Me di cuenta de lo importantes que son mi esposa y mis hijos y cómo me mantienen centrado, aunque a veces me siento lejos de ellos siempre estoy en la misma órbita, creo que todos necesitamos sentir eso, tener ese algo que nos haga sentir en casa y nos centre y nos traiga de nuevo a nuestro lugar porque la vida es tan misteriosa ¿Por qué estamos acá? ¿Quiénes somos? Entonces, ves que sí hay algo que se siente real, que nos hace sentir en casa. En mi caso son mis hijos y mi esposa, es muy importante buscar eso, celebrarlo y agradecer. El tema “Gravitational” es sobre eso, y además expresa un poco esa oscuridad de la que hablé, que siempre anda por ahí.
-¿Sos feliz con la vida que tenés ahora? Si es que pensás que la felicidad plena como concepto realmente existe...
-No, creo que la felicidad y la alegría son fugaces. No se puede vivir en un estado de felicidad permanente, eso no es realista. Y tampoco podés tener un sentimiento sin su otra cara. Tenés que experimentar tristeza, dolor y pérdida para sentir alegría, dicha y felicidad. El universo es una especie de lugar de opuestos, estamos tratando de equilibrarnos entre las dos cosas. Supongo que diría que, en general, ahora siento más esperanza que desesperación. Soy más feliz que triste, experimento más alegría que tristeza. Pero creo que eso se debe en parte a que la gente a menudo me pregunta sobre la adicción. Creo que haber sido un adicto me ayudó a moldearme y me ayudó a entender el mundo de manera correcta y ver las cosas de una manera más grande o más rica.
-Te vuelve más empático...
-Totalmente. Estoy seguro de que enseña, nos enseña sobre la empatía hacia otras personas que también están luchando. Sé que cometí algunos errores colosales en mi vida y tengo la suerte de seguir aquí de muchas maneras y de tener lo que tengo. Por cualquiera que esté pasando por lo mismo definitivamente siento empatía, porque creo que lo que pasa es que cuando sos adicto te sentís tan solo... nadie más sabe por lo que estás pasando. Nadie más puede entenderlo y seguís tropezando con las mismas cosas y cometiendo los mismos errores. Pensás: “¿Por qué soy tan idiota?” Y la razón es porque estás tratando de usar una sustancia para ayudarte a controlar tus sentimientos y controlar el dolor que sentís. Funciona en dosis, pero en realidad no funciona para siempre y, en general, empeora cada vez más. Lamentablemente tenés que ir a ese lugar oscuro para darte cuenta, comprender. En mayor o menor medida, supongo que a todos nos pasa, solo que yo lo viví de forma bastante extrema en ciertos puntos.
-¿Le podrías enviar un mensaje a tus fanáticos de Argentina?
-Honestamente, la última vez que tocamos en Argentina fue tan emocionante porque la vida en casa es genial, el ir a la escuela, cambiar pañales o pasar la aspiradora, acostarse o estresarse por cosas, eso es muy lindo todos los días, pero ir a Argentina, a Latinoamérica, nos hizo sentir especiales. Fuimos estrellas, y eso por un corto período de tiempo es genial, pero no me gustaría eso todo el tiempo, porque no creo que sea tan saludable experimentarlo así. En las dosis cortas que recibimos fue muy emocionante, ustedes son tan alegres.
-Un público apasionado
-¡Sí, absolutamente! Una vez que volvimos de Argentina, la última vez que estuvimos allí, nos preguntamos cuándo podríamos volver. Es muy lindo sentir eso y hay una actitud tan diferente hacia la experiencia de la música en vivo porque sí, son muy apasionados. Todas las bandas que van siempre dicen lo mismo: la energía y el entusiasmo por los shows es algo muy poderoso. No se parece a ningún otro lugar del mundo. Estoy deseando ir, estoy con ganas de volver y estoy seguro de que eso sucederá.
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