TikTok, nuevo semillero de talentos: qué estrellas surgieron de la plataforma
Muñeca rusa, que abre una caja con su idéntica forma adentro. O caníbal, que se alimenta de su propia especie. Y más: autocaníbal, que se nutre de sí misma. Cualquiera de las ideas podría usarse para hablar de TikTok, la plataforma que se dedica a difundir videos cortos y que se convirtió en la red social de moda, entre las más importantes del mundo. Sucede que, entre los cinco usuarios que son seguidos por más personas, figura la mismísima cuenta de TikTok (@tiktok), desde donde se marca o legitima tendencia y se aprovecha para difundir a quienes fueron sumando followers.
Muñeca caníbal rusa, entonces, que hoy nuclea 800 millones de usuarios activos en el mundo. Si TikTok empezó concentrando contenido musicales, esto se expandió a velocidad luz y se enfocó en todo, en la vida misma: consejos sobre diferentes de temas, la cocina, el veganismo, las mascotas (multitud de gatitos), la familia. Y, por supuesto, el humor, los grupos de amigos, la mímica de diálogos conocidos y las coreografías.
En estas últimas sintonías se ensamblaron de modo increíblemente exitoso los que más han cosechado popularidad. ¿Pero quiénes son ellos, los tiktokers más convocantes, los que funcionan como faro de la Generación Z? ¿Cómo se llaman estas nuevas megaestrellas cuya fama nació y se multiplicó, básicamente, con esta red? ¿Qué características tienen en común y por qué sobresalen del resto de los usuarios que, por caso, también puede captar multitud de reproducciones?
Con las hermanas Charli y Dixie D´Amelio a la cabeza y con "casas" con nombre propio (literalmente casas, houses,mansiones-lab donde viven o vivieron y trabajan estos adolescentes), el aspiracional del mundo juvenil las elige cada día. Y la mejor muestra son los 80 millones de followers de Charli (la más seguida de TikTok) y los otros millones de fans que van sumando sus colegas.
Las celebridades actuales de TikTok bailan, se desinhiben, son carismáticas, mayoritariamente con cuerpos y facciones de estética hegemónica, tienen o ganan dinero, se enamoran, se pelean. Y quince segundos bastan para trasladarlos al pedestal virtual (y en consecuencia paradójica, también real).
La escena geolocalizada tiene un lugar en el planeta tierra que es Los Ángeles. Allí transcurre esta movida, ahí es donde ellos comienzan a filmarse o se mudan después de haberse filmado y constatado cierto potencial. En esta zona se ubican las casonas más populares como The Sway House (@theswayla) y The Hype House (@thehypehouse): los semilleros a lo Cris Morena, pero del primer mundo. Del primerísimo primer mundo.
De Charli sabemos bastante, es sobre la que más se ha indagado y escrito porque su cifra cae de maduro. Y, por contagio, la misma expansión sucedió con su hermana Dixie. Ellas son ex Hype House y, junto a sus padres, componen la primera familia de TikTok. Aunque viven en Connecticut, están emparentadas con el resto de las figuras convocantes de la red: Charli y Avani Gregg (@avani) entablaron relaciones de amistad; Addison Rae (@addisonre) y Dixie, lo mismo. Charli salió con Chase Hudson (@lilhuddy), Dixie estuvo con Griffin Johnson (@imgriffinjohnson) de la Sway House. Y así las relaciones: expandidas, rizomáticas, algo endogámicas. Con el requisito de los millones de seguidores en sus cuentas.
Porque la red que convoca de verdad a los seguidores es amplia y sólida. Y, por supuesto, el sostén es el público: el sub-20 o sub-25, que se ocupa no sólo de seguir a tal o cual persona, sino también de copiar los videos, las coreos y los gestos, con una impronta personal pero con un mismo concepto madre. Y así, se multiplican las réplicas. De hecho, la estrategia de TikTok fue siempre atraer a la Generación Z (aquellos nacidos entre 1994 y 2010), captar la necesidad de este grupo de darse a conocer sin los parámetros de perfección de Instagram. Y vaya que funcionó.
El fenómeno creció tanto que la revista especializada Forbes sobre el mundo de los negocios y las finanzas presentó un nuevo ranking: las estrellas mejor pagas del universo TikTok, donde se acredita que Addison Rae facturó 5 millones de dólares, Charli D´Amelio ganó 4 millones y su hermana Dixie se hizo con casi 3 millones. Todo gracias a la publicación de sus videitos en la red.
Pero no sólo por dinero tienen el mote de celebridades. Conjugan componentes de revistas del corazón, dinámicas de reality shows, alguna manifestación artística, despliegue de magnetismo y una especie de espejismo democrático: cualquiera puede llegar. Cualquiera puede ser ellos. ¿Es así? ¿Con una filmación casera usted o yo o vos podemos lograr este grado de popularidad que ameritaría, al menos por los números, nuevas baldosas en el salón de la fama de Hollywood? Hay quienes la pegaron, sí. Hay quienes sabían que la iban a pegar. Hay agencias de talentos e industrias, detrás. Y fogoneos varios. Pero el fenómeno es ineludible.
Dixie contó a The Guardian que, en un primer momento, se avergonzaba de los videos de su hermana en la plataforma. Y hasta Charli misma se sentía abochornada: cuando la empezaron a reconocer por la calle, pero la gente no se acordaba de dónde, ella respondía que era de las redes sociales: "Me daba vergüenza decir que era de TikTok", sostuvo. Evidentemente, la situación se dio vuelta y pertenecer a esta red de origen chino que perturba al presidente Donald Trump (que amaga con prohibirla en los Estados Unidos y restringe su uso allí por considerarla un peligro para su nación) ahora también es símbolo de prestigio.
Y en esto juegan un papel crucial las casas (principalmente Sway y Hype) de las que van y vienen los integrantes, las mansiones que los convierten en dandys y modelos, que encarnan discusiones y propuestas artísticas, que derrochan hedonismo, mucha producción, pero mucha naturalidad y una dosis de caos. Por caso, algunos titulares sobre la Sway (sólo masculina) se preguntaban cómo vivían estos famosos y cómo conjugaban la clásica fórmula rockera de sexo, drogas y (ahora) diversión.
Entre los 20 primeros puestos de TikTok todos surgieron de la red, excepto dos figuras pertenecientes a otros ámbitos (Will Smith y The Rock, Dwayne Johnson). Y, clave, tampoco todo es jolgorio y alboroto. Charli es bailarina profesional y Addison se formó en danza y gimnasia y fue porrista (pertenece al grupo The Hype House). Y Jaden Hossler (@jadenhossler) se abocó a la música y está editando temas exitosos con su nombre artítico jxdn ("Angels & Demons", "Comatose", y el último "So What!"). Su procedencia es, sí, The Sway House, donde comenzó como miembro y desde donde expandió su panorama.
Pero esto no termina acá. Recién empieza, parece, y no tiene límites en los seguidores, en el infinito círculo de las reproducciones, los likes y los millones (de seguidores o de dólares, o ambos). En la escena californiana pre y post pandémica en la que cada ciudadano del mundo podría imaginarse a sí mismo gracias a "ese" video viral que está por aparecer. Si cualquiera puede llegar o cualquiera puede ser ellos...
Algunos Tiktokers influyentes (casi todos además son influencers en Snapchat, YouTube e Instagram)
The Sway House
- Jaden Hossler: @jadenhossler (ex integrante)
- Bryce Hall: @brycehall
- KioCyr: @kiocyrrr
- Anthony Reeves: @luvanthony
- Noah Beck: @noahbeck
- Josh Richards: @joshrichards (ex integrante)
- Blake Gray: @blakegray
- Griffin Johnson: @imgriffinjohnson
The Hype House
- Charli D´Amelio: @charlidamelio (ex integrante)
- Dixie D´Amelio: @dixiedamelio (ex integrante)
- Addison Rae: @addisonre
- Chase Hudson: @lilhuddy
- Tony Lopez: @tonylopez
- Avani Gregg: @avani
- Ondreaz Lopez: @ondreazlopez
- Thomas Petrou: @petroutv
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