Taylor Swift y un disco luminoso que consolida su reinado pop,Grabaciones
Taylor Swift
Lover: I Forgot That You Existed, Cruel Summer, Lover, The Man, The Archer, I Think He Knows, Miss Americana &the Heartbreak Prince, Paper Rings, Cornelia Street, Death by a Thousand Cuts, London Boy, Soon You'll Get Better" (featuring Dixie Chicks) y otras (Republic).
Nuestra opinión: buena
En la medianoche del viernes, Taylor Swift subió su séptimo álbum a todas las plataformas digitales. Lover se transforma así en el primer disco en el que la estrella pop, de 29 años, conserva el master original de sus canciones. "Creo que los artistas merecen ser dueños de su trabajo", dijo Swift en el programa Good Morning America, durante la gira promocional previa al lanzamiento.
En 2018, Swift finalizó su contrato con Big Machine Records, el sello que la descubrió, a los 15 años, y con el que grabó seis discos, y firmó un nuevo acuerdo con Republic Records y Universal Music Group (UMG). La cantante exigió a Universal tener todos los derechos de sus masters, que son el resultado final de la grabación listo para ser distribuido en cualquier formato.
Hace unas semanas, su antiguo sello vendió su catálogo a un viejo enemigo de la cantante. La artista respondió primero con una carta abierta difundida entre sus más de cien millones de seguidores en las redes, en la que acusaba de traidor al dueño del sello. Pero ahora redobló la apuesta y, en medio del lanzamiento de su nuevo trabajo, anunció la regrabación de todo su viejo material con nuevas versiones que controlaría a partir de noviembre de 2020.
De alguna manera, Lover es una declaración de libertad por el manejo de sus canciones en sus propios términos menos amargo y combativo que Reputation, de 2017, que estaba centrado en una pelea de egos con Kanye West y Kim Kardashian y el entorno desfavorable propiciado por la presidencia de Donald Trump. Su séptimo álbum es más solar y está lleno de colores, como se refleja en la estética del disco y en los singles adelanto que fueron salieron en formato de videoclip desde abril de este año.
Swift ignora un poco más el mundo exterior, se corre de la política y se despreocupa de la imagen pública y del deseo de reafirmar su dominio pop, sin dejar de contar con honestidad cómo son sus días: la relación con su pareja ("London Boy"), el cáncer de su madre ("Soon I'll Get Better"), la evocación de los años felices de la infancia ("It's Nice to Have a Friend"), los vínculos disfuncionales de la adolescencia y la ruptura del sueño americano ("Miss Americana and the Heartbreak Prince"), la reafirmación feminista ("The Man") y su posicionamiento junto al movimiento LGBT ("You Need To Calm Down").
Lover es, simplemente, el diario de Taylor Swift cuando las luces del escenario se apagan. "Es una carta de amor para amarse a sí misma: todos los aspectos cautivadores, fascinantes, enloquecedores, devastadores, rojos, azules, grises y dorados", escribió en las notas internas del disco. Se trata de alguna manera del viaje introspectivo de una estrella pop que maneja a voluntad los algoritmos del consumo millennial y que también decidió lanzar una línea especial para sus fanáticos, revelando las anotaciones de sus libretas personales de estos últimos años.
Lover es su consolidación como una artista pop de vieja escuela, capaz de satisfacer a sus seguidores, las radios y los rankings, pero actualizando el sonido de las canciones a su manera, sin desesperar frente a las tendencias musicales del momento, como el trap y el reggaetón. El disco cuenta con un buen número de colaboradores. El equipo de productores y compositores se amolda al estilo teen pop de Swift, pero engrosado por su propia experiencia artística. La exitosa dupla que conforman Louis Bell y Frank Dukes (creadores de hits para Post Malone y Lorde) está acreditada en varios tracks del disco.
El álbum, grabado en los míticos Electric Lady Studios de Nueva York, también está producido por Jack Antonoff, colaborador frecuente de la artista. Otros invitados son Brendon Urie, de Panic! At de Disco, en "Me!", y Annie Clark (conocida como St. Vincent), que aportó secuencias de teclados y colaboró en la composición de "Cruel Summer", una de las grandes canciones del disco. También participa Soundwave, productor hip hop de Compton, que trabajó con Kendrick Lamar en "False God", otra de las piezas que definen su alineamiento con el r&b pop contemporáneo.
Son 18 canciones que definen ese universo acumulado de información musical, a través del big data que maneja la propia Taylor Swift a través del intercambio con sus seguidores en las redes sociales, en las que la siguen más de cien millones de usuarios. Con este disco, la cantante demuestra no solo que tiene el control de su carrera y que es una de las pocas estrellas que pueden poner en jaque a plataformas como Spotify, sino también que se puede mantener en la cima del pop sin demasiado esfuerzo.
"Tal como está, Lover ofrece muchas pruebas de que Swift es solo una mejor compositora que cualquiera de sus competidores en los niveles superiores del pop, pero su enfoque de algo para todos se siente como consolidación, no progreso, diseñado para mantener a Swift como una de las estrellas más grandes del mundo", señaló el diario inglés The Guardian.
La fórmula es un pop para adolescentes con un corazón roto, jóvenes empoderadas que deciden su sexualidad a partir de su propia autopercepción y chicas que solo quieren divertirse y que tienen sus días buenos y malos, como la propia Taylor Swift: una estrella que busca una vida común y sin sobresaltos que no es condescendiente con sus seguidores. Les habla de igual a igual. Quizás allí resida el secreto de su reinado.