
Un documental explica por qué Suárez es la banda local a (re)descubrir de los 90
"Nos sentimos más contemporáneos que nunca", dice Rosario Bléfari sobre la banda que lideró y cuyo ascenso, legado y disolución narra el filmEntre dos luces

"En esa época siempre tuvimos la sensación de no ser muy actuales, pero lo raro es que ahora nos sentimos más contemporáneos que nunca. Como que Suárez pertenece más a hoy que a los 90. Hoy siento familiaridad con un montón de bandas nuevas, mientras que en aquel momento el sonido de los demás grupos iba por otro lado." Rosario Bléfari está otra vez sentada en un bar hablando de Suárez, aquella banda que lideró en los años 90, que marcó un antes y un después en la escena independiente local sin siquiera saberlo, y que tras una década buscando la dulce armonía entre el ruido y la canción se desvaneció en el aire.
Quince años después de la implosión que disolvió a Suárez en el convulsionado 2001, la banda volvió a reunirse casi sin pensarlo, aceptando la invitación del Festival de Cine de Mar del Plata a que acompañaran con un show el estreno de Entre dos luces. Primera parte, el documental sobre los primeros años de la banda, dirigido por uno de los tantos músicos locales devenidos fans incondicionales que cosechó Suárez: Fernando Blanco, además de cineasta, guitarrista de Valle de Muñecas.
Así, aquel surrealismo hecho canción volvió a rodar en lo que sería un único recital, ahí nomás de los lobos marinos de Playa Grande, a manera de bonus track, una vez terminada la proyección de la película. "Después de tocar, inmediatamente surgió lo de hacer un show más acá, en Buenos Aires, porque nuestros amigos más cercanos y parientes no habían podido viajar", se excusa Bléfari para explicar el segundo concierto de la versión actualizada de Suárez, que se realizará este viernes, en Ciudad Cultural Konex, Sarmiento 3131 (la idea era que la banda tocase otra vez después de la proyección del documental, pero finalmente no será así, ya que el film formará parte de la programación del Bafici, en abril).
"En realidad estamos promocionando la película, somos la banda de sonido, pero en vivo", arriesga Gonzalo Córdoba, quien en la última década fue guitarrista de las bandas de Gustavo Cerati y Richard Coleman. "Si no hubiera estado el documental, no creo que hubiera aceptado rearmar el grupo, no hubiese encontrado el para qué. Sin embargo, después de tocar descubrí que los chicos de 20 años cantan las canciones que aprecian, algo que hicimos hace tanto tiempo y te dan ganas de seguir. Yo no era consciente de que había tanto amor presente hacia lo que hicimos."

Lo que hizo Suárez, más allá de cuatro discos exquisitos que van de la experimentación al ruidismo, del pop atonal al rock de honestidad brutal y del kraut-rock a la psicodelia, fue marcar un camino en la escena independiente que a fines de la década del 90 se impregnaba de espíritu lo-fi. "Nosotros no tuvimos otra alternativa que ser independientes. Y en esa época, autogestionarse era un riesgo real. Ahora por ahí ser independientes es la primera y mejor opción para los grupos. Nosotros el único referente que teníamos eran los Redondos, pero tampoco sabíamos cómo era que lo hacían. Sabíamos que se podía, pero no cómo; tuvimos que aprender solos", asegura Córdoba.
Para Bléfari, reina sin corona de la independencia artística, "hay mucha mística en torno de la independencia y en muchos casos ser independiente no es una opción, sino una necesidad. En ese caso creo que hay algo injusto en esa lucha desigual entre quienes tienen los recursos para invertir y bancar un proyecto artístico y quienes están a la intemperie de los mercados".
La cantante, actriz, maestra y poeta todoterreno asegura no ser vidente cuando se le pregunta por el futuro de Suárez. "No veo nada en la bola de cristal. No puedo decir mucho de lo que ocurrirá con la banda. Quizás hagamos un show en Chile, donde tenemos un público fervoroso, pero tampoco quiero proyectar nada."
Sentado a su lado, el baterista Diego Fosser se permite soñar con un nuevo capítulo. "Yo estoy abierto a lo que pueda pasar, no estoy cerrado a nada. A mí me parece que la película actualizó un montón de cosas y volví a escuchar a Suárez, pero como escucha, y me hice fan de la banda. Empecé a redescubrir a Rosario en una dimensión impresionante. Porque las cosas, cuando están tan cerca, a veces uno no alcanza a verlas en su dimensión."
"Por ahí digo algo que es incómodo, pero para mí Rosario es la Violeta Parra del rock. Todo lo que escribe es alucinante", suma su aporte Marcelo Zanelli.
Bléfari se esconde detrás de sus manos y sonríe por la comparación. Entonces, con los músicos fans de su propia banda, surge la cuestión del principio: ¿por qué Suárez suena hoy mejor que entonces?
"Quizás en su momento era más raro -intenta Córdoba-. Por ahí ahora está como el oído más entrenado para escuchar notas disonantes o cambios bruscos en los temas o repeticiones. Ahora el que escucha las canciones de Suárez lo hace de otra manera, pero nuestro enfoque es hacerlo lo más fiel posible al original."
Bléfari asiente y suma que "ahora hay un montón de bandas que tomaron algunos de los elementos que teníamos nosotros y los desarrollaron aún más, fueron por ahí más lejos. Siento como si la banda se hubiera ido del planeta hace quince años y ahora aterriza en este presente en un contexto más familiar y un marco más acorde".
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