Publicado como single en 1967, repasa la infancia de John Lennon y deja algunas dudas que aun hoy son objeto de diversas teorías
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Si “Strawberry Fields Forever” se hubiera llamado “Cómo autoanalizarme, ahora que cumplí 26″ quizá no hubiera tenido el éxito que alcanzó en su momento -segunda mitad de la década del sesenta- ni sería recordada hoy como una de las grandes canciones de The Beatles. Pero habla de eso, de la manera que John Lennon encontró para mirarse a sí mismo y autoanalizarse un poco a partir de una referencia a su infancia. Detrás del misterioso título, “Strawberry Fields Forever”, el tema adquiere un toque mágico y, en su letra, un relato onírico (lisérgico, psicodélico, para aquellos que así lo prefieran) y utópico, en el contexto de una época en la que las palabras guerra y pos guerra se alzaban como marca indeleble de un mundo distópico que muchos querían evitar. Además de todo esto, “Strawberry Fields Forever” tiene algo de canción dulce matizada con cierta aspereza sonora que cautivó desde el primer momento a uno de los gurúes que estuvo detrás de la obra de The Beatles: George Martin.
¿Habría funcionado del mismo modo como “It’s Not Too Bad”? Quién sabe. Con ese título entró en Abbey Road el 24 de noviembre de 1966, a la primera sesión de grabación, cantada por Lennon, en versión de guitarra y voz. Claro que luego del paso de los días e incluso de las semanas, tomó la forma actual: una canción de apenas tres minutos (con perfecta extensión radiable) que luego sufrió una metamorfosis, al recomenzar con distorsiones y hasta con una frase de Lennon que, ya publicada, sembró las más graciosas conjeturas entre los fans.
Lennon comenzó a escribir la canción en Almería, España. En un primer momento no tenía referencias tan directas a Strawberry Field, aquel orfanato del Ejército de Salvación cercano a la casa de infancia de John, donde vivía con su tía Mimi Smith. El predio tenía un jardín contiguo adonde John iba a jugar con sus amigos Ivan Vaughan, Pete Shotton y Nigel Whalley. Si el título inicial era ‘It’s Not Too Bad’ (”No está tan mal” o “No es tan malo”) seguramente el énfasis de la letra estaba puesto en esa situación que Lennon quería recrear mentalmente para confesarse un chico tímido, que le costaba sintonizar con los demás. De hecho, ya en los primeros versos de la canción los expresa como una invitación a conocer su mundo y ese lugar de infancia. Y aunque se siente diferente, cuando los demás están “más arriba o más abajo” de donde está su “árbol”, no será algo tan malo.
“Let me take you down. Because I’m going to Strawberry Fields. Nothing is real and nothing to get hung about Strawberry Fields forever. Living is easy with eyes closed. Misunderstanding all you see. It’s getting hard to be someone. But it all works out. It doesn’t matter much to me.”
“Deja que te lleve conmigo, porque voy a Strawberry Fields. Nada es real y no hay nada de qué preocuparse. Strawberry Fields, para siempre. Vivir es fácil con los ojos cerrados, malinterpretando todo lo que ves. Se vuelve más difícil ser alguien, pero todo sale bien. A mí no me importa mucho”.
Y más adelante dirá: “Creo que no hay nadie en mi árbol. Quiero decir, debe de estar bajo o alto, eso significa que no puedes, ya sabes, sintonizar, pero no pasa nada, creo que eso no está tan mal (It’s Not Too Bad’).
El tema sería parte del disco Sgt. Pepper’s Lonely Hearts Club Band, pero finalmente se publicó como un single que en la otra cara traía “Penny Lane”, de Paul McCartney. Requirió cuatro sesiones de grabación para terminar de darle forma a lo que estaba sonando en la cabeza de Lennon. De hecho, el arreglo de cuerdas y vientos claramente es un Frankenstein que, a pedido de Lennon, George Martin supo resolver con maestría para darle una densidad especial que acompañara el relato. Incluso, se puede entender como ese lado experimental beatle el fade out de la canción cuando, en realidad, todavía no termina; o la inclusión de una cítara hindú y las cintas pasadas al revés. Es allí cuando aparece la frase de Lennon (aparentemente le estaba hablando a Ringo Starr) que resultó un enigma de la historia del universo: “Salsa de arándanos”. En inglés, en el contexto de esa grabación con cintas pasadas al revés y pensado como una voz que surge desde el fondo, algunos creyeron que en vez de “cranberrie sauce” Lennon decía “I buried Paul”. (”Enterré a Paul”). Aunque fácilmente refutable, la versión sumaba elementos a la teoría PID (Paul is dead), que se hizo cada vez más fuerte unos años después. Porque otro rumor había comenzado a correr. Señalaba que el 9 de noviembre de 1966 Paul McCartney había muerto en un accidente automovílistico y había sido reemplazado por una persona de similares características.
La banda jamás admitió que en la canción se dijera “I buried Paul”. Sin embargo, en la fantasía de los fans la idea nunca se diluyó. Poco antes de su muerte, durante una entrevista de 1980 con David Sheff, para la revista Playboy, le preguntaron sobre la frase. “Dije salsa de arándanos”, respondió el Beatle, y luego insistió: “Salsa de arándanos. Eso es todo lo que dije”. Pero Sheff no abandonó rápidamente el tema: “¿Así que no hubo ninguna intención en lo de ‘Paul está muerto’?”. Y Lennon, le retrucó: “¿Cómo puede haber intención en la salsa de arándanos?”.
Códigos comunes
Una de esas veces en las que la rivalidad es sinónimo de admiración, dentro del mundo de las estrellas de la música, “Strawberry Fields Forever” fue protagonista. El líder de los Beach Boys Brian Wilson quedó absolutamente sorprendido al escucharla por primera vez y pensó que la banda de Liverpool ya había alcanzado lo que él y sus socios californianos estaban buscando. Mito o verdad, “Strawberry Fields...” pudo haber sido uno de varios motivos que llevaron a Wilson a meter en un cajón su proyecto Smile, que se conoció recién varias décadas después. En realidad, pudieron haber pesado mucho más los problemas de salud de Wilson. Sin embargo, siempre circuló la versión que Wilson nunca contradijo, acerca del día que escuchó “Strawberry...” mientras manejaba su auto y dijo, palabras más, palabras menos: “Lo que yo quiero hacer los Beatles ya lo hicieron”.
El video de “Strawberry Fields Forever”, rodado durante dos días de enero de 1967, en Knole Park de Sevenoaks, por el sueco Peter Goldman, también trajo una propuesta muy a tono con lo que se escuchaba. Porque las imágenes muestran la alternancia de secuencias entre la noche y el día y la reproducción de escenas en sentido en inverso (lo mismo que se hizo en el estudio con la cinta, en la segunda parte de la canción).
La versión de Los Fabulosos Cadillacs
Con el paso de los años, el tema tuvo variadas versiones. Desde la noventosa de Candy Flip, hasta la que Los Fabulosos Cadillacs grabaron en Bahamas, con la participación de la cantante Debbie Harry.
La versión Cadillac asoma al clásico de The Beatles al ritmo del ska con toques de reggae y cuenta con la particularidad de haber sumado a la cantante de Blondie, en una época (mediados de los noventa) en la que la rubia estrella no estaba en el esplendor de su fama y podía reposicionarse en la industria con una de las más ascendentes bandas del rock en castellano. Y hasta pasarse unos días compartiendo experiencias con ellos. Porque a diferencia de los feat de ahora, que en algunos casos los artistas graban a miles de kilómetros de distancia y sin verse las caras, la magia de “Strawberry Fields Forever” hizo que durante la estada de ensueño en Bahamas, donde los Cadillacs grabaron Rey Azúcar -con producción de los Talking Heads Tina Weymouth y Chris Frantz-, también pudieran aportarle a su disco una cuota de rareza en la voz de Harry, junto a otros invitados.
Como curiosidad hay que sumar el clip. El video de la versión de los Cadillacs y Harry se grabó en el Central Park de Nueva York, a metros del memorial Strawberry Fields, cerca del edificio Dakota, donde asesinaron a Lennon.
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