David Lebón se llevó el Gardel de Oro 2020
Con media docena de estatuillas en la mano, por su disco Lebón & Co, el guitarrista y cantante David Lebón tenía todas las fichas para quedarse con el Premio Gardel de Oro. Y así ocurrió. "Nunca he ganado nada importante. Gracias a Capif por darle la oportunidad a un señor mayor como yo", dijo emocionado, desde su casa, en la ceremonia virtual de entrega de premios que culminó a la medianoche.
Wos, la otra cara de esta edición, y el artista más nominado para 2020, se impuso en las categorías Música Urbana/Trap, Canción del Año y Nuevo Artista.
Con la conducción de Natalie Pérez y Ale Sergi, la fiesta había comenzado a las 22, de manera online, con 16 shows grabados, a causa de la pandemia de Covid-19. Apenas unos minutos después del inicio, David Lebón, uno de los grandes candidatos de la noche, ya avanzaba con tres premios (Mejor Álbum de Artista de Rock, Dueto-Colaboración e Ingeniería de Sonido), por su disco Lebón & Co. "¿Como están? Yo estoy muy nervioso. Grabar es difícil y no estar delante de ustedes", dijo Lebón en el video con el que agradeció el primer premio que recibió en la noche.
Con "Tu amor", de Charly García y Pedro Aznar, el segmento de shows comenzó en las voces de Miranda! y Lali Espósito. Aunque la premiación fuera un poco desangelada por la falta de proximidad, hubo, en varios musicales, mucho esmero y espontaneidad, como ese trap que se fundió con el tango de Astor Piazzolla y Horacio Ferrer ("Balada para un loco") o el rock de Babasónicos ("Irresponsables") con las voces de Ysy A, Amelita Baltar y Cucuza Castiello, una verdadera joya de edición sonora. También fue muy logrado el set de Marilina Bertoldi y Cazzu.
La interacción en vivo con el público tuvo su primer contacto con el voto de la playlist favorita de la audiencia, entre otros juegos de varieté propuestos por los conductores, incluso entre ellos mismos. Los discursos luego de cada anuncio de ganadores, al no tener caras conocidas o desconocidas enfrente, fueron, en general, sobrios y limitados a los agradecimientos. "Ya me voy a extender en las redes", dijo Julieta Rada, luego de imponerse en la categoría Mejor Álbum Artista Pop.
Si bien las ceremonias de los premios Gardel no se caracterizaron, a lo largo de dos décadas, por ser escenarios desde donde se elevan pancartas o discursos encendidos, puede haber maneras sutiles de expresión. En esta edición tan singular aparecieron en temas como "Creo", que compartieron León Gieco con Eruca Sativa y Susy Shock . "Porque unidos nos sabemos fuertes/ Venimos a luchar / Porque no seamos invisibles nunca más / Porque nadie viva en el silencio / Ni en la oscuridad / Porque no seamos invisibles nunca más. Porque unidas nos sabemos fuertes / Venimos a luchar".
El primer homenaje vino de la mano de un clásico de Vox Dei, "Presente", que su autor Ricardo Soulé decidió volver a grabar, medio siglo después de haberlo escrito. Un gran colectivo lo acompañó en la versión: David Lebón, Ricardo Mollo, Elena Roger, Juanchi Baleirón, Chizzo de La Renga (en un hecho inédito, ya que la banda no acostumbra participar de los premios) y Mery Granados, entre otros.
Otros homenajes de la primera parte de la transmisión fueron a Soda Stereo por los treinta años de la edición del disco Canción animal y un tributo al chalchalero Juan Carlos Saravia, fallecido en enero de este año. Allí cantaron una selección de piezas folclóricas Juan Carlos Baglietto, Los del Portezuelo y Marcela Morelo.
La presencia de Gustavo Cerati (como ex Soda Stereo, como figura solista indispensable del rock argentino, o como ganador del único rubro de estreno de este año, Disco en vivo) atravesó discretamente toda la ceremonia. Uno de los momentos más interesantes y exquisitos de ese paso fugaz por los premios fue cuando el grupo Escalandrum compartió con Zoe Gotusso "Te para tres". Una verdadera joya, al promediar la ceremonia.
Con esa misma precisión, pero con distinta intensidad, "Ana no duerme", el gran clásico de Luis Alberto Spinetta en una muy respetuosa y potente versión interpretada por varios de los músicos que compitieron en la categoría Album del Año: David Lebón, Wos y Mateo Sujatovich, junto al cantautor Lisandro Aristimuño.
Por el lado de las rarezas, el tributo a Sandro, primer Gardel del Oro (1999) en la historia de estos premios. Hubo un set con varios de los temas que "El gitano" popularizó en su juventud ("Una muchacha y una guitarra", "Se te nota", "Rosa, Rosa", "Ave de paso"), en versiones clásicas o muy fuera del estilo original (como el cuarteto), por Natalie Pérez, Juan Ingaramo, Benjamín Amadeo y Louta.
Una edición distinta
Durante dos horas de ceremonia se anunciaron los ganadores de 41 categorías. La parte referida al certamen de los premios no se caracterizó por el agregado de varios nuevos rubros o la ausencia de otros sino por la fusión de géneros. Desde 2020 ya no hay más "femenino" y "masculino" en las categorías; sabia decisión cuando se trata de premiar a personas que son artistas y no a hombres o mujeres.
Cada "terna" fue ampliada a una decena de participantes. Para completarlas se recibieron 3000 postulaciones, la más convocante de las últimas cuatro ediciones. Wos encabeza la lista de los más nominados, con su nombre o el de su disco estampado en 9 categorías. Detrás del artista de trap están David Lebón, con 8; Conociendo Rusia, con 7; El Mató a un Policía Motorizado, con 6 y Pedro Aznar, con 5. Y para el Gardel de Oro compiten Lebón (Lebón & Co), Wos (Caravana), Conociendo Rusia (Cabildo y Juramento), Paulo Londra (Homerun), Eruca Sativa (Seremos primavera), Él Mató a un Policía Motorizado (La otra dimensión), Sig Ragga (Relatos de la Luna) y Pedro Aznar y Ramiro Gallo (Utopía).
En ese abanico heterogéneo de artistas y discos (del rock al pop; del trap al tango) está condensada la amplia gama de ediciones discográficas argentinas que se estrenan cada año. En las primeras ediciones de los Premios Gardel a la Música la estatuilla de Oro no se otorgaba por la amplitud del voto sino por la selección que hacía un jurado calificado entre muchas figuras de la música Argentina. Era, por decirlo de alguna manera, un premio a la trayectoria, hasta que se cambió el reglamento del juego. El mejor disco es el que se queda con el Oro. Y el voto del disco del año (si el votante se atiende a las reglas) no debe estar inspirado por quien lo recibe sino por la calidad del álbum que hizo. Claro que las pasiones algunas veces (o muchas veces) se imponen a las razones y el foco se pone en las personas. Solo para mostrar los extremos de ese abanico, en un lado está un joven trapero de 22, con una popularidad que, por las características de la época que vivimos y la velocidad de la comunicación y el consumo no tiene comparación con ninguna otra que se haya vivido, y en el otro extremo un gran veterano de la música argentina, de 67, de enorme trayectoria, que terminó llevando el Oro.
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