Ronnie Spector, el espíritu libre que sobrevivió a su peor pesadilla: su marido
La cantante, fallecida ayer miércoles, tuvo una larga historia junto a Phil Spector, con quien conoció el éxito, gracias al grupo The Ronettes, pero también el calvario
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La vida de la cantante Ronnie Spector, que falleció este miércoles 12 a los 78 años, ofrece tanto para contar de su exposición pública como de lo que sufrió puertas adentro de su casa. Algo así como el cielo y el infierno. Como si el precio que debió pagar por esa fama hubieran sido los tormentos recibidos por una mente atormentada: Phil Spector. Es imposible contar la historia de la cantante sin mencionar quien fue la peor de sus pesadillas, este célebre (y luego tristemente célebre) productor.
Phil Spector murió un año antes que Ronnie, el 16 de enero de 2021. Claro que la relación artística y personal que mantenían había terminado varias décadas antes, en 1974. Sin entrar en cuestiones académicas de la psicología humana se puede intuir algo de la personalidad de este neoyorquino, nacido en 1939, a partir de ciertos hechos de su vida, incluso el que lo llevó a la cárcel.
Para la industria de la música, Phil Spector fue un inspirado innovador, el creador del sonido en forma de pared que todo lo envuelve, o lo contiene, y el productor que todo tenía en sus manos, desde el futuro hit y las voces que lo interpretarían hasta el sello discográfico que llevaría al éxito a cada canción. La cadena de producción completa. Tenía el talento (y la obsesión) para tener todo bajo control. Claro que lo que puede funcionar en un sentido se puede convertir en algo totalmente dañino en otro. Funcionó en el mundo de la música, pero no en su vida privada. A tal punto que muchos años después terminó preso, hasta su muerte.
Ronnie, entre el talento y los abusos
La vida artística de Ronnie comenzó cuando utilizaba el apellido con el que había sido anotada cuando nació en Harlem del Este, el 10 de agosto de 1943: Veronica Yvette Bennett. Padre irlandés, madre afroamericana y una hermana, Estelle Bennett, que reunía, como Ronnie, muy buenas condiciones para el canto. Alentadas por la familia, junto a su prima Nedra Talley crearon el grupo Darling Sisters, que más tarde se hizo famoso como The Ronettes.
El primer contrato del trío fue con Colpix Records, con producción de Stu Phillips, pero al poco tiempo, cuando Phil Spector ya era una personalidad en Harlem del Este, fichó al grupo para su propio sello. Así surgieron los éxitos “Be My Baby”, “Baby, I Love You”, “The Best Part of Breakin’ Up”, “Do I Love You?” y “Walking in the Rain”, entre otros.
No sólo habían conquistado al público estadounidense, también habían desembarcado en Europa y compartido una gira con The Beatles, en 1966. Aunque sin Ronnie, que no pudo ser parte de ese tour, por los celos de quien dos años después se convirtió en su marido.
Sí, Ronnie tuvo que soportar el autoritarismo del productor, incluso antes de casada. Sucedió en la etapa previa al primer éxito, “Be My Baby”, escrita por Phil Spector, Jeff Barry y Ellie Greenwich. Porque Spector las impulso a grabar para el sello pero luego se negó a publicarles el primer disco. Además, registraron cuatro canciones que fueron atribuidas a otro grupo. Pero las cuentas parecieron haber quedado saldadas en agosto de 1963, cuando “Be My Baby” llegó al segundo puesto del Top 100 de Billboard y la historia cambió para el grupo. “Todas las cosas que habíamos soñado se estaban convirtiendo por fin en realidad”, había dicho Ronnie.
El grupo se separó en 1966, Ronnie se casó con Phil en 1968 y adoptó su apellido para encarar una carrera solista que no fue posible hasta 1974, cuando logró abandonar al genio-monstruo que tenía por marido. Años después de la separación salió a la luz todo lo que la cantante había padecido junto al productor. “¡Esa es la voz que estaba buscando!”, habría dicho Phil Spector cuando escuchó cantar a Ronnie el tema “Why Do Fools Fall in Love”. ¿Fue ese el comienzo de su obsesión?
Para 1968, cuando Ronnie y Phil se casaron, el señor Spector era una celebridad de la producción musical. Era el que le había dado al creciente rock una estética todopoderosa gracias a la grabación de capas sonoras que construían una pared. Según sus propias palabras, esas orquestaciones como muros fueron “una aproximación wagneriana al rock and roll”. John Lennon lo había convocado en 1970 para terminar la producción de Let It Be, que The Beatles había comenzado a grabar un año antes.
Todo indicaba que Ronnie debía convertirse en una ama de casa sin vida artística, al cuidado de tres hijos adoptivos. Mientras tanto, la carrera de Spector como productor acumulaba más éxitos, con trabajos que realizaba con los artistas más variados: de Leonard Cohen a Cher; de The Beatles a The Ramones (o, muchísimo tiempo después, la excéntrica Rachelle Short, su última esposa, cuarenta años menor, de la que se separó en 2019, cuando llevaba nueve años de reclusión por asesinato).
En 1974, de su relación con Phil, Ronnie solo conservó el apellido, para tratar de rearmarse artísticamente y emprender una carrera solista que no tuvo el éxito que había alcanzado con The Ronettes. Cuando en 1990 publicó su autobiografía Be My Baby: How I Survived Mascara, Miniskirts And Madness se conocieron los pormenores de todo lo que había padecido con el productor. Abusos físicos y psicológicos. “Sabía que si no me iba de ahí, moriría”, aseguró las veces que se refirió al día que decidió, con la ayuda de su madre, escaparse de la casa que compartían.
Como en casi todo en la vida, existe un Boca-River. The Supremes podían ser las dulces morenas que una noche de mediados de los sesenta subían al escenario con vestidos blancos y guantes hasta los codos, para ofrecer sus cualidades vocales y sus movimientos discretos. The Ronettes eras las muchachas provocativas que llegaban del Spanish Harlem, esas que parecían no tenerle miedo a nada. Aunque para los ojos del mundo actual, no eran tan atrevidas, se ajustaban a los cánones marcados por la industria de la época.
“Sigo siendo la verdadera chica mala del rock”, decía Ronnie, en 2018, a la revista Vanity Fair en un impasse de su gira europea. “Yo no tengo esas cosas que hacen las cantantes de pop: ni llevo bailarines ni hay humo en el escenario, sólo yo y la música. Soy auténtica y lo que hago me sale de forma espontánea, no hay coreografías, así que si veo un chico lindo entre el público ten por seguro que le voy a guiñar un ojo”, decía.
Ronnie rearmó su vida junto a su mánager, Jonathan Greenfield, con quien se casó en 1982. Con él tuvo dos hijos (Austin Drew y Jason Charles). Durante varias décadas Ronnie y Jonathan vivieron en Danbury, Connecticut, hasta la muerte de la cantante. La vida le dio revancha. “Es mi apoyo, mi amante, mi amigo, el padre de mis hijos, mi propio padre en ocasiones… Sin él no puedo ir a ninguna parte”, decía de Jonathan, en aquella entrevista.
Triste, solitario y final
Phil, en cambio, perdió la batalla contra sus obsesiones. Si es que alguna vez quiso librarlas... El 3 de febrero de 2003 encontraron el cadáver de la actriz Lana Clarkson, en la mansión Pyrenees Castle (propiedad del productor), en California.
Spector primero declaró que había sido un suicidio accidental. Sin embargo, fue a juicio por el asesinato. Hubo dos instancias judiciales. Primero pagó una fianza de 1 millón de dólares para permanecer en libertad hasta el comienzo del proceso, en marzo de 2007. Convertido en un show televisado, el juicio fue declarado nulo ya que los doce miembros del jurado no pudieron llegar a un veredicto. En cambio, en una segunda instancia, a principios de 2009, se emitió la sentencia de su culpabilidad. Todo el caso fue reflejado en la película Phil Spector que David Mamet dirigió para HBO, en la que el famoso productor fue interpretado nada menos que por Al Pacino.
En los tribunales también surgieron más elementos que trazaban un perfil de su personalidad. Luego de su separación de Ronnie, durante la década del setenta habría amenazado con armas de fuego a cinco mujeres, aunque sólo dos llamaron a la policía. En abril de 2009 fue condenado a 19 años de cárcel y falleció por Covid-19 el 16 de enero de 2021, mientras cumplía su condena en la cárcel de Stockton. Su mansión fue vendida tres meses después por 3.3 millones de dólares.
Geoff Emerick, ingeniero de sonido que trabajó con Spector en “Instant Karma!”, de John Lennon, lo pintó de este modo. “El modus operandi de Phil Spector era llevar a la gente al límite. No era exactamente inepto, simplemente era extremo”.
Ronnie también se refirió a él cuando se conoció la noticia de su muerte: “Conocerlo y enamorarme de él fue como un cuento de hadas. La música mágica que fuimos capaces de hacer juntos estaba inspirada por nuestro amor. Lo quería con locura y le di mi corazón y mi alma. Pero como he dicho muchas veces mientras estaba vivo, fue un productor increíble pero un marido espantoso. Desafortunadamente, Phil no era capaz de vivir y de llevar una vida funcional fuera del estudio”.
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