Renée Fleming. "Estoy muy, muy entusiasmada con esta vuelta al Colón"

La apocada sentencia de que no conviene volver a los lugares en los que se fue feliz no rige para Renée Fleming. Una y otra vez, la soprano regresó a esos lugares y recuperó la felicidad del pasado. Esta noche, a las 20.30, cuando cante en el Teatro Colón como cierre del Abono Bicentenario, lo intentará nuevamente. Hace veinte años, en ese mismo escenario, asombró a todos con una inolvidable Condesa, en una puesta de Las bodas de Fígaro , preparada por Sergio Renán. Las cosas serán ahora un poco distintas, no sólo porque ella pasó de la promesa a la consagración, sino porque no cantará en esta ocasión una ópera: con el pianista Gerald Martin Moore (sin parentesco con Gerald Moore, el otro pianista que acompañó tantas veces a Dietrich Fischer-Dieskau y Elisabeth Schwarzkopf) ofrecerá un repertorio de cámara.

Pero el desafío de Fleming a la felicidad es más antiguo. Cuando era estudiante, se dedicó inicialmente al jazz cantando en un trío. Muchos años más tarde, en el disco Haunted Heart , de 2005, volvió al género y a la formación como si saldara también una vieja deuda. Nada sonaba allí fuera de estilo. "Creo que desarrollé una especie de libertad expresiva al cantar jazz -explica la soprano-. Me permitió improvisar en un cierto estilo y eso me acompañó también en el terreno de la música clásica. Fue una educación maravillosa."

-Recuerdo, sobre todo, ese trabajo con Fred Hersch y Bill Frisell. ¿Canta jazz todavía?

-No, la verdad que no. Hice algunos otros proyectos con música popular, como el disco Dark Hope , que incluía un repertorio de rock orquestado. Ahora, con las giras y los compromisos no queda tiempo para preparar ese tipo de cosas. ¡Espero poder hacerlo más adelante!

-Usted tiene una conexión particular con ciertos compositores, entre ellos, Richard Strauss. ¿Se buscan esas afinidades o sencillamente suceden?

-Un poco las dos cosas. Por un lado, la música de Richard Strauss se ajusta perfectamente a mi voz. Y además la amo, aparte de que los personajes de sus óperas me parecen interesantísimos. Es una conexión única. Soy una persona afortunada.

-¿Y cómo explicaría específicamente su relación con las Cuatro últimas canciones ?

-Bueno, ésa es una relación todavía más especial porque canté esas canciones más que cualquier otra pieza de mi repertorio. Nunca me canso de ellas y, de hecho, las grabé más de una vez. Creo que es la más grande jamás escrita para soprano y orquesta, y creo también que encajo perfectamente con esas piezas.

-¿Qué recuerda de su debut en el Colón, hace más de veinte años?

-¡Fue increíble! Sergio Renán se convirtió en un gran puestista, pero me parece que entonces también empezaba e hizo una maravillosa producción. La ciudad es además hermosa. Fue una verdadera conmoción.

-Pero esta vez el plan musical es otro. ¿Por qué eligió un programa tan variado?

-Sí, es cierto, es un repertorio bastante diverso que empieza con Debussy porque se cumplen 150 años de su nacimiento. Haré tres de la Ariettes Oubliées que no había cantado nunca profesionalmente. Luego, las piezas de Joseph Canteloube también son nuevas y funcionan muy bien con el piano. Después encontré también esa encantadora pieza de Johann Strauss II ["Frag' mich oft"], pero en un arreglo de Korngold, que es uno de mis compositores favoritos. Él escribe una introducción y finalmente todo suena más a Korngold que a Strauss. Por eso está también el aria de Marietta de La ciudad muerta , que es una de las arias que me definen. Y habrá también canciones de Richard Strauss, pasajes de Otello, de Verdi; dos arias de Leoncavallo, y una de Adriana Lecouvreur , de Francesco Cilea. Tengo preparados también un montón de encores. Supongo que va a ser divertido. Como le dije antes, estoy muy, muy entusiasmada con esta vuelta al Colón.

-¿Se siente más cómoda con la ópera o con la canción de cámara?

-Muy cómoda con las dos. Del recital con piano, me gusta sobre todo la intimidad, y me encanta que puedo controlar completamente el programa. Últimamente, había estado cantando mucho con orquesta. Así que estoy contenta de volver a la compañía íntima del piano.

-Tiene en su repertorio A Streetcar Named Desire , de André Previn. ¿Qué otras óperas contemporáneas le interesan?

Wozzeck , de Berg. Amo ese lenguaje musical de un romanticismo tardío y un temprano expresionismo. También los Altenberg Lieder? Nunca canté Wozzeck . Es demasiado pesada para mi voz. Pero amo esa ópera.

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