Reconocimiento: Verónica Cangemi recibió el premio International Professional Music BraVo a la mejor intérprete clásica
La ceremonia, donde la soprano argentina fue galardonada, se realizó en el Teatro Bolshoi de Moscú; a partir del 7 de mayo actuará en el Teatro Colón, en la puesta de La flauta mágica, de Mozart
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La soprano argentina Verónica Cangemi fue galardonada como la mejor intérprete clásica en los premios International Professional Music BraVo Award. La gala de la quinta edición de estas distinciones se realizó este martes en el mítico Teatro Bolshoi de Moscú. Luego de esta distinción la cantante actuará en el Teatro Colón, a partir del próximo 7 de mayo, en una versión de la ópera La flauta mágica, de Mozart.
“Recibir un premio de esta categoría después de 30 años de carrera recorriendo los escenarios del mundo es muy estimulante. Compartirlo con galardonados de años anteriores como Plácido Domingo, José Carreras. Anna Netrebko, Ildar Abdrazakov es un lujo. Que este año se me haya reconocido a mí me hace sentir muy feliz como profesional y como argentina”, expresó Verónica Cangemi.
BraVo Classical es un evento cultural único de escala internacional. La ceremonia de entrega de premios se lleva a cabo en Moscú y honra a los laureados por sus logros, reivindicados por los datos oficiales del año anterior. Las ceremonias de BraVo Classical se llevan a cabo anualmente desde 2017 y entre los ganadores y participantes se encuentran las mejores estrellas de ópera y ballet, así como jóvenes artistas.
Verónica Cangemi nació en Mendoza. Inició sus estudios musicales en la Universidad Nacional de Cuyo, en violonchelo y canto. Se perfeccionó en Londres y en la Universidad de Karlsruhe, en Alemania, antes de ganar los primeros premios de los concursos de canto de Festivales Musicales de Buenos Aires y el ”Francisco Viñas” de Barcelona. Ha cantado dirigida por Zubin Mehta, Claudio Abbado, John Eliot Gardiner, Andrea Marcon, Fabio Biondi, William Christie, Nikolaus Harnoncourt, sir Neville Marriner, Jean Christophe Spinosi y Adam Fischer, entre otros directores.
Su discografía comprende obras de Vivaldi, Scarlatti, Strauss, Rossini, Gluck, Vivaldi, Mozart, Cavalli y Händel. Ha cantado en la Ópera de Viena, la Ópera de Múnich, el Teatro Comunale de Florencia, La Fenice de Venecia, la Scala de Milán, la Ópera de Zúrich, el Teatro de La Moneda de Bruselas, la Ópera de Washington, el Teatro Colón, y en la Ópera Nacional de Tokio, donde interpretó a Mimì en La Bohéme.
Abordó papeles como Zerlina (de Don Giovanni), la Condesa (Las bodas de Figaro) y Micaela (Carmen), entre muchos otros. Ofrece clases magistrales en Italia, Estados Unidos y en el programa de canto que dirige para la Fundación de Postgrado de la Universidad de Congreso, en Mendoza, en la búsqueda de impulsar la carrera de jóvenes cantantes.
“Hoy no tengo que rendirle cuentas a nadie -decía en una de sus últimas charlas con LA NACION- y la presión que antes podía sentir ha ido desapareciendo para darle paso al disfrute de cada cosa que hago. Lo que si existe es un compromiso mayor y por eso tengo que dosificar bien mi energía para poder estar con toda la capacidad física que se requiere para aguantar el tiempo en el escenario, en el que la entrega tiene que ser al cien por cien, no me sirve de otra forma.” Y cuando se le preguntó por los sacrificios de una carrera que demanda exclusividad, explicó: “Lo que más me costó fue sacrificar la cotidianidad, en mi casa en Francia paraba solo un mes al año, el resto del tiempo estaba viajando. A mis hijos, que también están siguiendo carrera en la música, los crié viajando con una niñera por todo el mundo, de hotel en hotel, pero al final gané porque seguí mi pasión, que es cantar”.
Durante otra entrevista habló de sus comienzos: “Cuando yo era muy joven mi madre me inscribió en un concurso que se llamaba Festivales Musicales de Buenos Aires. Gané el primer premio y me fui a estudiar a Londres. Pasaron seis meses y un maestro alemán me propuso estudiar en Alemania y me preparó durante un año para un concurso en Barcelona. Volví a ganar el primer premio y ahí empezó mi gran carrera que tiene mucha dedicación, mucho estudio, pasión y ganas. Pero nunca dejé mis raíces y jamás fui una argentina que se fue enojada, todo lo contrario, estoy orgullosa de poder mostrar que un argentino puede viajar por el mundo haciendo música”.
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