Horacio Salgán: el estilo de un tanguero único e inimitable
Horacio Salgán (1916 - 2016) vivió 100 años y un mes. Se ganó la vida tocando el piano profesionalmente entre 1930 y 2003. En la suma, fueron 73 años que se convirtieron en una clase de música. Por su puesto que no daba cátedra cuando, a los 14, comenzó a tocar en cine de barrio, en el horario de matiné. Quizás tampoco en sus primeros trabajos en bares, durante su adolescencia, o como acompañante de cantores o integrante de conjuntos en estudios de diferentes radios, desde los 18: Belgrano. Excelsior, Stentor. Pero se puede decir que allí ganó horas de práctica para ir diseñando un estilo que con los años se volvería único e inimitable.
También se podrá decir que durante esos cien años trabajó para ganarse el pan, fue un músico "incomprendido" (ya que su forma tanguera no respondía a los cánones bailables de un género popular en las décadas del cuarenta y del cincuenta) y sumamente respetado cuando el tango dejó de ser masivo y se convirtió en una expresión más para escuchar que para bailar. "Me arriesgué a hacer las cosas a mi manera, partiendo de la base de que mi manera estaba basada en el respeto del autor y de la música. Por suerte, he tenido el apoyo de los músicos", dijo una día, cuando ya estaba retirado de los escenarios y sólo hacía apariciones públicas esporádicas, para algún concierto en especial y, sobre todo, para varios homenajes que le realizaron. Su propia orquesta, el dúo Salgán-De Lío (con el guitarrista Ubaldo De Lío) y el Quinteto Real, fueron maquinarias perfectas de un tango que representó a la tradición y la evolución, con un estilo complejo (pero jamás inaccesible al oído) y particularmente refinado. Elegante, como el propio Salgán.
En el repertorio de este pianista hay composiciones propias que lograron cierta trascendencia. "A fuego lento", como tema identificatorio de este compositor; también "Don Agustín Bardi", "La llamó silbando" y "Motivo de vals". Pero la labor de Salgán como arreglador de tangos para sus propios conjuntos o para el dúo con De Lío, conforma su mayor legado y conforma, con temas propios y ajenos, un corpus tanguero único en su especie. Salgán tuvo una sólida formación clásica, pero siempre tuvo su corazón puesto en el tango. Estos son algunos ejemplos, para recordarlo, a cuatro años de su partida.
A fuego lento
El hito compositivo de su carrera que señala, además, su estilo rítmico identificado con la onomatopeya "umpa" "umpa" y una variación absolutamente pianística y con influencias de la música clásica. Esta versión es una escena de la película Tango (1998), de Carlos Saura. Es por esto que aparecen otros personajes, como Miguel Angel Solá y Oscar Cardozo Ocampo, y se lo escucha a Salgán tararear la melodía de su obra más famosa. Aquella formación del Nuevo Quinteto Real estaba integrada por Ubaldo De Lío (guitarra), Antonio Agri (violín), Oscar Giunta (contrabajo), Néstor Marconi (bandoneón) y Salgán al piano.
Aquellos tangos camperos
Tal vez como una evocación a la música criolla de límites difusos entre lo urbano y lo rural "Aquellos tangos camperos" es una pieza que sonaba en su máximo esplendor cuando Salgán y De Lío la tocaban a dúo. Quizás por eso el tema lleva la firma de los dos. Esta versión es la que realizaron para un programa de televisión de Canal 11, en 1989.
La llamó silbando
El título surge a partir de un efecto que Salgán escribió para el violín, instrumento que no será fácil de reemplazar para interpretar este tema.
Choro en Fa sostenido
Esta es una de las rarezas de su repertorio. Salgán ha compuesto y arreglado música folclórica argentina. De hecho, hace unos años se publicó un disco (El otro Salgán, del pianista Matías Martino) que recopila su obra de raíz nativa. Además, Don Horacio dejó su testimonio con otra de sus pasiones, la música del Brasil. El "Choro en Fa sostenido" es su pieza más conocida fuera del ámbito tanguero.
Don Agustín Bardi
Agustín Bardi es uno de los nombres de referencia ineludible dentro del período tanguero conocido como Guardia Vieja. Un músico que ha dejado temas como "Nunca tuvo novio" y "Gallo ciego". Horacio Salgán no sólo versionó estos temas junto a De Lío y con todo el Quinteto Real, también escribió un tema de homenaje que llamó, simplemente, "Don Agustín Bardi". Es un tema para cualquier tipo de conjunto. Esta versión para guitarras la hizo el Quinteto Ventarrón en 2002. En ese momento lo integraba César Angeleri, Roberto Calvo y Gustavo Margulies (guitarras), Néstor Basurto (guitarrón), Marcos Ruffo (contrabajo).
Gallo ciego
Una de las piezas más representativas de Agustín Bardi "procesada" por el estilo Salgán.
Tema otoñal
El primer Quinteto Real fue fundado por Horario Salgán en 1960 y resultó de la fusión de dos dúos, el que el pianista tenia con el guitarrista Ubaldo De Lio y el que llevaban adelante el violinista Enrique Francini y el contrabajista Rafael Ferro. Para completar el grupo convocaron al bandoneonista Pedro Laurenz. Juntos hacían al estilo Salgán composiciones como este "Tema otoñal" que escribió Francini.
El entrerriano
Una versión de un clásico de la primera época del tango, desde la mirada de Horacio Salgán. "El entrerriano" es el primer tema considerado como tango que tuvo una edición publicada, en 1987, con la firma de Rosendo Mendizábal.
Otras noticias de Coronavirus: qué hacer en casa
Más leídas de Espectáculos
En Nueva York. Mafalda, invitada especial en la gala de los Emmy Internacional, cumplirá uno de sus grandes sueños
“Eternamente agradecido”. Gastón Pauls reveló el rol que cumplió Marcela Kloosterboer en su recuperación de las adicciones
"El dolor fue real”. Denzel Washington: su cambio físico, la ayuda que recibió de Lenny Kravitz y una impensada confesión
“All in”. El primer posteo de Colapinto en medio de su affaire con la China Suárez