Blues, soul, jazz, country, R&B... muchas veces todo en una misma canción. Ray Charles fue una de las mejores síntesis de la música estadounidense (especialmente la de raíz negra) en toda la historia. En más de cinco décadas de carrera, supo catalizar ritmos, sonidos, colores y estados de ánimo (suyos y de época) como pocos. Una voz única y un foco siempre puesto en arroparla de la mejor manera se convirtieron en la clave del éxito para el cantante y multinstrumentista nacido hoy hace 90 años.
A modo de guía que no busca cerrarse sobre sí misma sino abrir el universo de Ray Charles, estas 10 canciones esenciales de un repertorio infinito.
"Georgia On My Mind"
De balada genérica a himno del estado de Georgia y plegaria por los derechos civiles de la comunidad afroamericana en Estados Unidos, todo gracias a la interpretación que Ray Charles hizo del tema compuesto en 1930 por Hoagy Carmichael y Stuart Gorrell. La voz de Charles junto a los arreglos de cuerda cargan a "Georgia On My Mind" de una mezcla de nostalgia, amor y devoción por su tierra y por un pasado entre la idealización y el dolor. Marcó, además, el primer Nro. 1 en el ranking de Billboard para el cantante.
"Hit The Road, Jack"
Cuatro acordes que descienden en una caída más pronunciada y obsesiva que la pelea de pareja cantada a dúo entre Ray Charles y Margie Hendrix (líder de The Raelettes, las coristas de Charles, y también su amante). Y así como la secuencia armónica se repite, también ese estribillo que articula la canción, una gema de R&B con mucho del swing de los 30. Compuesta por Percy Mayfield, se volvió uno de los hits más grandes de Ray Charles desde que la grabó en 1961.
"Unchained My Heart"
Aires de bossa, de lounge y bronces de puro R&B feliz. "Estoy bajo tu gualicho", canta Ray Charles y, para esa altura de su carrera bien podría estar refiriéndose a alguna de sus amantes o a la heroína. Tal como la concibió Bobby Sharp, quien en medio de su propia adicción a las drogas vendió el tema al músico Teddy Powell por 50 dólares. De nuevo, el coro de las Raelettes le agrega al timbre bluesero de Charles el complemento perfecto para que la paleta sonora expanda la canción por encima de cualquier categorización estilística.
"Hallelujah I Love Her So"
Tal vez el tema más reconocido de su disco debut, "Hallelujah I Love Her So" (compuesta y editada en 1956) sorprende por la modernidad de los arreglos de viento y por mostrar la voz de Ray Charles sin su carraspera emblemática que ganaría en los años siguientes adicciones y excesos mediante. El espíritu rockabilesco del tema calaría hondo del otro lado del Atlántico, en el repertorio de cuatro niños de Liverpool que la incluyeron en buena parte de sus shows entre 1960 y 1962, cuando el mundo recién los estaba conociendo como The Beatles.
"I've Got a Woman"
Un gospel frenético. Ray Charles a velocidad de twist. Del grave más encantador al falsete desgarrado y medido en el extremo opuesto, todas las facultades vocales al servicio de una canción perfecta en menos de tres minutos. El tema, grabado por primera vez en 1954, se convirtió en un clásico del músico (chequear la versión de 1958 en el Newport Jazz Festival).
"I Can't Stop Loving You"
¿Es country? ¿Es soul? Son las dos cosas. Ray Charles con uno de sus mejores arreglos orquestales detrás se hizo cargo de la composición de Don Gibson (1957) en Modern Sounds in Country and Western Music (1962). De fondo, un coro se le suma a modo pregunta-respuesta para hacer de ese "No puedo dejar de amarte" una suerte de lamento celestial. Como si ese desamor pudiera ser una cuestión espiritual incluso antes de que el dolor ceda.
"What I'd Say (Pt 1 & 2)"
Una banda zapando sobre la estructura clásica de blues durante los primeros 52 segundos con un piano eléctrico al comando. Como si en 1959, el gran año del jazz (Kind of Blue, Time Out, Mingus Ah Um, The Shape of Jazz To Come), Ray Charles estuviese ocupado en prefigurar a The Rolling Stones, The Doors y hasta a Deep Purple. Una vez entran las voces (de Charles y de las Raelettes) todo se convierte en una fiesta de baile, percusiones, gemidos y rock and roll con el "One more time" ("Una vez más") como promesa de celebración eterna.
"A Song For You"
Ya habían pasado más de cuatro décadas de carrera y muchísima agua bajo el puente para Ray Charles en 1994, pero el poder de conmover seguía intacto. Su versión de "A Song For You" le valió un Grammy como Mejor Performance Vocal de R&B Masculino. En la década en la que el R&B y el neo soul explotarían de caras nuevas y propuestas que marcarían la época, Charles se ajustaba a lo que mejor sabía hacer: cuerdas, piano y una voz que ya se había vuelto leyenda.
"Living For The City"
Otro Grammy como Mejor Performance Vocal de R&B Masculino pero esta vez en 1975 y con un cover de Stevie Wonder. "Living For The City" es funk, es rock and roll, es soul, es... pop. Ray Charles maneja los tiempos de la canción atacando el piano con todas su fuerzas y dejándose para sí un segmento a capela con toda la crudeza de la lengua madre de la música afroamericana: el blues. El gesto de admiración en el video (1994) que acompaña este párrafo, sintetiza el legado de Wonder y Charles para la música del siglo XX (y XXI también).
"Winter Wonderland"
Todo cantante estadounidense que se precie de tal habrá de apoderarse de una canción navideña. Y Ray Charles hizo lo suyo con "Winter Wonderland", uno de los tracks más reconocibles de Cuando Harry conoció a Sally, la comedia romántica protagonizada por Billy Cristal y Meg Ryan. Suenan las campanas celebratorias de la fecha, sí, pero también hay una cuota de sordidez que la saca del lugar común. El ritmo de swing, aunque lento, no cesa en ningún momento: mezcla rara de angustia y cañita voladora.
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