Rap, rock, revolución... y una gaseosa por favor
Rage Against the Machine brindó una soberbia cátedra de rock, a pesar de ciertas falencias en su discurso
¿Combatir fuera del sistema o hacerlo desde adentro y utilizar sus herramientas? El viejo dilema socialista volvió a instalarse anteanoche en el Pepsi Music, en medio de la primera presentación en Buenos Aires de Rage Against the Machine. La banda, que hizo una pausa cuando sus tres instrumentistas formaron Audioslave con Chris Cornell, retomó su repertorio para volver a girar por el mundo con sus canciones clásicas y, claro está, con su ideología a cuestas. Pero en medio de una arenga discursiva que recordó la Guerra de Irak, la crisis argentina de 2001 y aplaudió a los "obreros sin patrones" de Zanón, las palabras de Zack de la Rocha sonaron confusas. Más allá de su esfuerzo por dirigirse al público en castellano, referirse a estos hechos y estas acciones y citar al Che Guevara acompañado por el logo de la gaseosa que auspicia el festival produjo cierto ruido silencioso. Por suerte, fue rápidamente tapado por el costado más coherente de RATM, el del discurso hecho canción, el del rapeo que se metió entre las 30.000 personas como una daga.
Ese guitar hero imperturbable que es Tom Morello se lució como en las grandes noches de la banda de Los Angeles, con la tranquilidad de estar acompañado por la solvencia de Tim Commerford y Brad Wilk, bajo y batería del cuarteto. Casi sin pausas y sin cambios de ritmo, minaron el campo de Costanera Sur y hasta quedó la sensación de que fueron ellos quienes provocaron a la lluvia para que calmara a las fieras luego de, entre otros, "Testify", "Bombtrack", "Guerrilla Radio", "Calm Like a Bomb", "Freedom" y "Killing".
Rock´n roll circus
Por allá, en el segundo escenario, un hombre grande está pidiendo seguridad. "Vivimos en esta ciudad y necesitamos que alguien se haga cargo de nosotros. ¡Que el gobierno se ponga las pilas!", exclama Adrián Barilari. Suena bien el heavy clásico que propone el vocalista de Rata Blanca, aquí al frente de banda y disco propios. Más allá aún hay una máquina de percusión colectiva que sigue para despuntar el vicio de tocar y un tercer tinglado esperando por los D-Mente de Andrés Giménez. Hay un VIP con algunas caritas rockeras y unas pocas de la tele y hay una pantalla gigante en el medio de la nada para seguir los shows del escenario principal con los viejos anteojitos de 3D.
Los festivales de rock volvieron a Buenos Aires y con ellos el deambular incesante hasta los números centrales. Por eso, mientras algunos eligen ver a Alain Johannes -viejo colaborador de Josh Homme- con una particular guitarra cuadrada que parece de lata, pero que suena a blues del Mississippi, otros optan por seguir caminando o tirarse a descansar. Luego sí, no habrá dudas: Queens of the Stone Age saldrá al ruedo con su rock desértico, su stoner-pop sugestivo y la inmensa mayoría se rendirá al combo de Homme y Cía. Los Natas más tarde se sumarán a la fiesta de metal en todas las direcciones y RATM le bajará el telón a una noche cargada de contenido.
FESTIVALITIS
- Yo La Tengo. La banda norteamericana liderada por Ira Kaplan realizará hoy, a las 21, su segundo show en La Trastienda Club. Las entradas ya están agotadas.
- Día reggae. Mañana, desde las 15, en Costanera Sur (avenida España 2230). Escenario principal: entre otros, Gondwana (17.30), Dread Mar-I (19), Los Cafres (21) y The Abyssinians (22.55). Escenario 2: Dancing Mood (18.20), Alborosie & I.Eye (19.55) y Fidel (22), entre otros. Escenario 3: Contravos (17), Aztecas Tupro (18.35), Actitud María Marta (19.10), Holy Piby (20.35) y otros.
- Lo que viene. El próximo viernes, Green Day (21.35; antes, a las 20, Massacre). El sábado 23, Andrés Calamaro (21.55), No te Va Gustar (19.35) y Los Auténticos Decadentes (21), entre otros.
- Entradas. Para mañana, $ 120 el campo y $ 220 el campo VIP. Green Day: sólo disponible campo, $ 250. Andrés Calamaro y No te Va Gustar: campo, $ 130 y campo VIP, $ 220 (estos precios son sin el cargo por servicio).