Es una de las revelaciones de la música a nivel mundial; canta en inglés y en castellano, aumenta a diario su enorme base de seguidores y recibe elogios de artistas consagrados como Damon Albarn
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Hace diez años, una tímida Karly Marina Loaiza, Kali Uchis, se grababa en la piel las palabras “sin miedo”. Se trataba de una frase utilizada en su familia colombiana para otorgar confianza. Una década más tarde, esa frase pasaría a ser el nombre de su segundo álbum, hoy certificado como doble platino. Sin miedo es el disco que catapultó su popularidad a nivel mundial.
Tal fue su llegada a las masas que la canción vedette del disco Sin Miedo (Del Amor y Otros Demonios) –con una referencia explícita a la novela de Gabriel García Márquez– “Telepatía”, ya tiene más de 700 millones de escuchas entre Spotify, Apple y Youtube y se convirtió en un challenge de Tik Tok entre millennials y centennials de ambos lados del Atlántico que intentan reproducir su primer verso bilingüe. Además, Kali Uchis es la primera mujer latina en la última década en tener una canción en el puesto nro. 1 del chart Billboard. “Telepatía” es la canción femenina más escuchada en Estados Unidos y hasta hace unos días era la canción número uno en más de 70 países en Apple Music. El reconocimiento a la colombiana criada en Virginia, Estados Unidos, viene tanto de la gente como de la industria, que este año la premió en los Grammy en la categoría Mejor Grabación Dance, junto a Kaytranada, por “10%”.
“Siempre tuve orgullo de ser latina y mi sueño era hacer un segundo disco completamente en español, así que nos fuimos a Miami con Tainy - el productor de Bad Bunny y J Balvin - y en una semana ya lo teníamos listo”, dice la artista de 26 años del otro lado del teléfono, mientras de fondo ruge el torno de la manicura que le afila las garras de acrílico. Uchis aparece en sus redes sociales como esta diva de telenovelas, segura de sí misma, con curvas sensuales, un estilo tacky, típico de los 2000 y kilos de lipgloss sobre una boca de contorno oscuro. Pero dice que no todo es lo que parece, que su timidez y carácter anti social siguen intactos, desde que compuso “Loner”, “Solita” y su primer álbum, Isolation (2018) hasta ahora.
El segundo álbum retoma sonidos de sus raíces e infancia a ambos lados del continente y mezcla boleros, reggaetón, soul, R&B y hasta trip hop latino en una canción ideal para trailer de película de James Bond: “vaya con Dios”. Hay colaboraciones con los puertorriqueños Jhay Cortez, Jowell & Randy y Rico Nasty en “quiero sentirme bien” y de PartyNextDoor en “fue mejor”, donde canta: “Fue mejor volar para no caerme”.
Paraíso de algodón rosa
Sin miedo envuelve al oyente en un paraíso de algodón rosa de progresión cinematográfica. Uchis prioriza su bienestar y sus emociones después de una época de penas. Entre los símbolos de la jerga digital y emoticones que describen una cara de felicidad en el estilo del animé, en “aguardiente y limón %ᵕ‿‿ᵕ%” (sí, así de raro como se ve y, como en todos los temas del disco, con todas las palabras en minúsculas) canta: “La vida es sabrosa, tan deliciosa, ya no quiero dolor, ya no quiero llorar”.
Cuando empezó la pandemia, la cantante de voz dulce y rango amplio tenía el disco casi listo pero se tomó el tiempo para cocinarlo a fuego lento. Mientras, le sumó una intro, “la luna enamorada”, la coda del álbum (“ángel sin cielo”) y una reversión de “Qué te pedí”, de La Lupe y Tito Puente. Para acortar la espera lanzó el EP TO FEEL ALIVE en pleno aislamiento social y ahora sumó tres canciones en formato acústico donde su voz flota entre el sonido de una guitarra criolla y una trompeta suave.
“Lo único que tienen en común este disco con el anterior y con los otros EP es que se construyen sobre ese mix de géneros, estilos y culturas. Supongo que mi identidad tiene que ver con esa mezcla”, reflexiona Uchis, la artista que eligió como nombre artístico una deformación de Karluchis, el apodo cariñoso que usaba su padre colombiano en su infancia para llamarla. Para Kali, hoy la música latina está encontrando una gran aceptación en Estados Unidos porque está hecha de muchos sonidos y situaciones diferentes, que se proyecta por fuera de los estereotipos.
Kali tenía 16 años, tocaba el saxo y el piano en una agrupación de jazz en Virginia y se rateaba del secundario. Entre los faltazos al colegio y las llegadas fuera de hora a la casa familiar, los padres, exiliados en Estados Unidos, la echaron de casa y debió pasar un tiempo viviendo entre casas de amigas y en su auto. Por las noches de 2012 dormía en un estacionamiento y en medio de aquella incomodidad produjo Drunken Babble en 48 horas y usando la app Garageband.
Su primer mixtape mezcla géneros, lenguas, flow y samples de Astrud Gilberto, The Honey Drippers, The Notations y Duran Duran. Uchis explica: “Lo grabé solita y a modo de experimento. Lo subí a Soundcloud sin pensar, pero después empezó a tener repercusión y me dio vergüenza, así que lo bajé, pero las personas lo grabaron. Nunca lo vendí, siempre fue todo gratis y para promocionar mi música. Al haber empezado sin dinero ni equipos, la única forma de amplificar mi música siempre fue a través de internet y de las redes sociales”.
Esa primera incursión como vocalista también captó la atención de Snoop Dogg y Damon Albarn. Luego se sumaron a su lista de fans Tyler The Creator, Diplo y BadBadNotGood. Con ellos formó alianzas creativas y colaboraciones en la producción de su primer EP, Por Vida, con el que hizo su debut porteño en el festival BUE -a fines de 2017 y desatinadamente programada temprano en la grilla, más allá de las complicaciones posteriores por el mal tiempo-. Su set fue coherente con su estilo híbrido, con un combo armado entre su repertorio breve y covers de Los Panchos, Al Green y Elvis Crespo.
Una vez que la industria la conoció y adoptó, 2018 fue el momento de llegar al público, aunque no masivamente, con Isolation, el disco señalado por la crítica como uno de los mejores de ese año y que tiene todo lo bueno que sólo el pop puede contener: sus influencias de música del pasado, bossa-nova, doo woop, dancehall, R&B, y una lista de colaboradores que incluye a Tyler The Creator, Bootsy Collins, BIA, BBNG, Jorja Smith, Kevin Parker y muchos más.
Uchis hizo un sello de su vida, de su experiencia como hija de latinoamericanos en los Estados Unidos. Según cuenta, su reto más difícil fue saltar a aquella industria que la conoció antes que su público y poder mostrar todas las facetas que la componen: sensualidad latina, confluencia cultural y musical, autoconocimiento, poesía y empoderamiento.
Si, como decía Aldous Huxley, el amor ahuyenta al miedo y, recíprocamente el miedo ahuyenta al amor, Kali Uchis se protege desde la soledad para enfrentar sus propios demonios. Ella sabe muy bien cómo alimentar el amor propio, para que en su universo reinen la sensualidad y el amor.
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