¿Quién es Federico Moura? El sobrino que homenajea a su tío famoso y que es hijo de un desaparecido
Todo empezó en 2018 con la idea de un productor que contactó a Mario Serra, el exbaterista de Virus. La propuesta era recrear parte del repertorio de esa banda clave del rock argentino de los 80. Y quién mejor para reemplazar a Federico Moura que... Federico Moura, el sobrino homónimo del talentoso cantante muerto en 1988, hijo de Jorge -el mayor de los hermanos Moura-, secuestrado y desaparecido durante la última dictadura militar.
El parecido de Federico con su tío es notable: más allá de las similitudes físicas, también hay obvios puntos de contacto en la voz, un handicap que le permitió a este cantante de 48 años picar en punta para el homenaje. Pero lo que empezó como un ejercicio de sana nostalgia terminó creciendo: después de un primer show muy celebrado, empezaron a llegar invitaciones para hacer otros. Y así nació Viralisados, un proyecto que usó los temas de Virus como plataforma de lanzamiento pero ahora tiene vida propia: en junio pasado, la banda presentó oficialmente su primer disco, Piel, donde participaron como invitados Alambre González y Fabián Prado (Memphis la Blusera). También hubo conciertos en Chile, y este sábado 19 de octubre la cita será en Metro, un teatro platense para 700 personas.
La explosiva aparición de Virus se produjo cuando Federico era un niño de 10 años. "Pasaron de tíos a ídolos –remarca sobre los hermanos Moura–. Fueron una influencia decisiva en la etapa de mi formación musical". De cara al futuro, sin embargo, el objetivo es consolidar el funcionamiento y la autonomía de Viralisados.
–¿Cuándo te reuniste por primera vez con Serra imaginabas que iban a terminar haciendo un disco para una discográfica multinacional?
–La verdad que no. Se armó una bola gigante en poco tiempo. No planeamos nada. Obviamente, ya aparecieron algunos talibanes que nos acusan de comerciantes, lo mismo que están sufriendo ahora a los músicos de Soda Stereo. Pero me quedo con otras cosas mucho más lindas que nos vienen pasando.
–Tenés un timbre de voz y un estilo para cantar muy similares a los de tu tío. ¿Intentás despegarte o imitarlo?
–Canto así desde muy chico, me sale naturalmente. ¿Qué puedo hacer? Es la voz que tengo... Y además yo crecí y aprendí a tocar con este tipo de música. Cuando tenía 15 años, me la pasaba escuchando el cassette del debut de Soda. Y hoy sigo pensando que Gustavo Cerati, además de haber sido un músico increíble, abrió las puertas del mercado latinoamericano para el rock argentino. Soda y Virus fueron muy importantes para mí. Pero Viralisados ya tiene un disco propio, con ocho canciones nuevas, así que las comparaciones podrían dejarse de lado por un rato.
Para Serra, quien tocaba con su hermano Julio y con el tío Federico en la banda Las Violetas antes de que naciera Virus, "Viralisados va a andar muy bien porque tiene trabajo encima", sostiene y agrega: "Ensayamos mucho y sonamos bárbaro -resalta confiado el experimentado baterista-. El aporte de Federico es muy importante. Él me conoce bien porque vivió de cerca todo lo que fue Virus. Era muy chiquito y ya andaba por los ensayos. Años más tarde fue invitado a cantar por Marcelo Moura... No es un improvisado". Además de Serra en los shows de Viralisados suelen aparecer otros exintegramtes de Virus, su hermano Ricardo y Enrique Mugetti.
–¿Cuándo pensaste por primera vez en tener y una banda y cómo fueron las primeras experiencias en ese sentido?
–Fue en la época en la que apareció Locura, allá por el 85. Recién empezaba y ya me volvían loco con mi tío. Que conseguime una entrada, que pedile un autógrafo para mí, que llevame a un ensayo... Y también estaban los que te decían "aguante Soda" o "tus tíos son unos maricones". Viví todo eso en mi adolescencia por el solo hecho de llamarme como me llamo. Estoy acostumbrado a ese tipo de cosas.
–Y eso conspiró contra la idea de armar tu propio proyecto, ¿no?
–Durante años estuve alejado de esa idea. Después de armar mi primer grupo con unos compañeros del colegio, tuve algunas otras experiencias, pero últimamente no estaba haciendo nada relacionado con la música. Capaz que alguna composición en mi casa con la computadora, pero nada más. Y resulta que me llama una gente de Capital para que me sume a un tributo a Secos & Molhados, una banda brasileña donde cantaba Ney Matogrosso, a quien yo conocí revolviendo los discos de mis tíos. Estos chicos que me convocaron son fanáticos de Virus, además. Por la generación a la que pertenecen, llegaron a Virus cuando el cantante era Marcelo. Y después me proponen hacer unas fechas con los temas más raros de Virus, los que la banda no tocaba casi nunca en vivo, muchos del disco Recrudece, por ejemplo. Hacemos un par de fechas y nos quedamos sin baterista para la que venía, así que a uno de ellos se le ocurre la idea de llamarlo a Mario. Lo llamé yo, que lo conocía hacía muchísimos años y él me dice: 'No te puedo creer... Yo te estaba por llamar para un proyecto nuevo, te adelantaste'. Y ese proyecto era Viralisados. Se dio todo de esa manera.
Unos años antes, cuando Federico era apenas un niño, los militares secuestraron a su padre, jugador del La Plata Rugby Club y militante del Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP). De acuerdo a los datos publicados en Monte Chingolo. La mayor batalla de la guerrilla argentina, Jorge Moura era quien conducía el camión que se llevó puesta la reja de entrada en el fallido asalto al batallón ubicado en esa zona del populoso partido de Lanús. Ese violento suceso de la historia argentina está narrado muy detalladamente en ese libro por su autor, Gustavo Plis-Sterenberg, un simpatizante orgánico del ERP que se dedicó a la música, fue asistente del genial violonchelista ruso Mstislav Rostropóvich y también director, durante diez años, del Teatro Mariinsky de San Petersburgo, cita obligada para los amantes de la ópera y el ballet de esa ciudad.
–¿Qué recuerdo tenés hoy de tu padre?
–Él tenía 28 años cuando lo secuestraron. Fue en marzo de 1977, yo era muy chico. Sé que estaba muy comprometido con el brazo armado del ERP. Se lo llevaron de la casa de mis tíos cuando ya estaba separado de mi vieja. Un día agarró y dijo: 'Prefiero protegerlos a ustedes y seguir solo mi camino'. Y después se fue. Venía a verme cada tanto, los fines de semana. Tengo pocos recuerdos de él, pero dicen que ese olvido es un mecanismo psicológico para evitar el dolor. Cuando leí el libro sobre Monte Chingolo me enteré de que mi viejo había salido con un auto a inspeccionar la zona del batallón antes de intentar coparlo. No sé por qué, pero yo me empecé a verme en ese recorrido. De la época en la que estaba él en casa, me acuerdo de un parque muy grande, un piano y una salida que hicimos juntos con el Taunus rojo con techo vinílico negro que era de mi abuelo. Fuimos con dos hermanas que mi papá tuvo con otra pareja. Capaz que ese paseo fue el que se menciona en el libro como el chequeo previo al ataque, andá a saber...
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