En su séptimo disco, la banda liderada por Josh Homme se reinicia con la ayuda del productor Mark Ronson
Queens of the Stone Age - 'Villains'
Matador/S-Music - Cuatro estrellas
“Queens of the Stone Age” siempre sonó como el mejor nombre para un grupo de glam, y si bien los hipnotizadores de rock pesado rural nunca fueron eso, en Villains se le acercan más que nunca. “Yo nací en el desierto, el 17 de mayo del 73”, declara Homme en la apertura, “Feet Don’t Fail Me” –lo cual es de hecho cierto–. También es una fecha cercana al pico del glam, y el eco de “Rock and Roll Hootchie Koo”, el himno de lentejuelas de Rick Derringer del 73, probablemente no sea un accidente. Para el final, Homme se parece más a David Bowie que la campy “I Wanna Make It Wit Chu”, de Era Vulgaris, de 2007.
Ningún otro disco de los Queens priorizó tanto los grooves como este, y así el grupo se reinicia saludablemente. Hay que darle crédito al improbable productor, Mark “Uptown Funk” Ronson, cuyos instintos retro siguen siendo impresionantes, incluso en este territorio. También aparece la buena colaboración de Homme con Iggy Pop del año pasado (Post Pop Depression), que evidentemente le dejó a Homme un intenso sabor a los grooves de krautrock sinuosos que la Iguana y Bowie construyeron durante sus años dorados en Berlín. Pero tampoco faltan las guitarras apabullantes. El single “The Evil Has Landed” chilla sobre una base brutalmente cortada, como si los últimos Led Zep se hubieran sumado a la New Wave. “Head Like a Haunted House” va aún más allá, un asalto galopante entre Devo y los Buzzcocks, con sonidos de theremin gimiendo como un colapso de una supercomputadora en una película barata de ciencia ficción de los 50. A quienes les gusta sacudir la cabeza puede que les frustre que ahora los QOTSA apunten a sacudir pies y culos; mala suerte para ellos.