Pugliese: el director de la orquesta de todos
Hoy se recuerda el centenario del pianista y músicos de distintas generaciones hablan de su legado artístico
La biografía, la leyenda y, finalmente, la mística. Todo se mezcla en la figura de un hombre, pianista, compositor arreglador y director de orquesta típica que hoy cumpliría 100 años.
La mística tiene una palabra que se pronuncia tres veces: "Pugliese, Pugliese, Pugliese". Porque el rito popular dice que repetir ese apellido (si se piensa en don Osvaldo, por supuesto) traerá suerte o, cuanto menos, ahuyentará la mufa. Incluso, hace algunos años comenzaron a circular unas estampitas de San Pugliese, donde se lo canonizaba como "protector de los músicos".
La leyenda de este músico que falleció hace una década es todo aquello que fue tomado de la realidad hace tiempo y ahora adquiere cierto encanto. Las Miss Pugliese (Yumba, Marionetas y Negracha). La hinchada de fanáticos que lo seguía y usaba una curita en la mejilla para identificarse. Esas noches en las que, por sus ideas políticas y filiación al Partido Co-
munista, Pugliese estaba preso y su orquesta tocaba sin pianista y con un clavel rojo sobre la tapa del piano. Y las disculpas de Perón, varias décadas después, por la persecución ideológica. Hoy es un día pugliesiano. Hay que ponerse una curita en la cara para homenajearlo.
Su biografía dice que nació el 2 de diciembre de 1905. Que comenzó a tocar de chico. Que compuso tangos inolvidables como "Recuerdo", "Negracha" y "La yumba". Que construyó junto a sus músicos un estilo de gran potencia rítmica y, a la vez, refinamiento (alcanza con mencionar la insuperable versión de "La mariposa"). Fundó su orquesta en 1939, cuando cumplió 80 años la hizo sonar en el Teatro Colón y trató de sostenerla hasta su muerte. Por mantenerse fiel a su pensamiento, esa típica fue una cooperativa en lo económico (los músicos, incluido el pianista-director, cobraban entre el 7 el 11 por ciento de los ingresos) y también en lo artístico. Su agrupación era -como bien lo resumió el violinista y bandoneonista Emilio Balcarce en esta charla con LA NACION- "la orquesta de todos".
El octogenario violinista y bandoneonista dice que fue muy "picaflor" en la música. "Hice varias cosas, pero cuando me convocaron para la orquesta de Pugliese no lo dudé." Eso fue hacia 1948 y su estada se prolongó durante casi dos décadas.
"Tuve muchas satisfacciones. Como poner ideas para los arreglos que contribuyeron a la evolución de la orquesta típica. El afán por poner el gusto, el sabor y todo el tango que uno lleva adentro es una consecuencia de cómo se desarrollaba esa orquesta. Para el público era la orquesta de Pugliese, para nosotros era la orquesta de todos, nuestra orquesta. Era una cooperativa, no de palabras, de hechos. Se hacia lo que ahora está de moda hablar: la distribución de la riqueza. Y Osvaldo, con buen criterio, ofreció esto y pidió que los que trabajaban con él no pusieran sus ideas en otro lado que no fuera esa orquesta. Así fue que colaboradores como Julián Plaza, [Mario] Demarco, [Enrique] Camerano, Oscar Herrero y creadores del bandoneón como Ruggiero aportaron lo suyo. No ocurrió porque sí nomás. Hubo una cabeza muy bien puesta. Eso nos mantenía unidos y fuertes."
Balcarce abandonó la formación en un momento en el que varios colegas hicieron lo mismo. De esa orquesta surgió el Sexteto Tango. Obviamente, al tratarse de una orquesta tan longeva, parece interminable la lista de músicos que pasaron por sus filas. La idea de esta nota es volcar el testimonio de varias generaciones. De Rodolfo Mederos, que pasó seis años en la típica. De Roberto Alvarez, que llegó después, permaneció 12 años y luego creó Color Tango, un grupo que mantiene vivo el estilo pugliesiano y acaba de publicar un CD con temas inéditos del maestro, y de instrumentistas y arregladores jóvenes como Matilde Vitullo y Gerardo Martínez Argibay, que nunca tocaron con Pugliese, pero lo reconocen como influencia de la Orquesta Típica Imperial, que acaba de publicar "Ruidos molestos", un segundo disco para tener bien en cuenta.
El reencuentro
"Siempre digo que en algún momento sentí que si algo bueno me había pasado era haber integrado esa orquesta. Porque de esos años recibí la esencia más pura y descontaminada, lo que más hace a mi formación -dice el bandoneonista Mederos-. Aunque no lo comprendí hasta tiempo después de haber dejado la orquesta, por suerte pude charlarlo con Osvaldo. De otro modo lo hubiera sentido como una deuda. Un día lo llamé y fui a su casa. Me dedicó toda la tarde. Hablamos de cosas diversas: de música, del ser humano, de la sociedad. Le mostré cosas que estaba haciendo y, en un momento, como yo empezaba a dar clases en la Escuela de Música Popular de Avellaneda, vimos ciertas cosas [de su estilo]. Esa tarde fue muy pedagógica. Después se quedó tocando tangos para mí. Fue una imagen muy fraterna o paterna. Si yo me he sentido así, ¿por qué no otros?"
Fueron muchos los músicos que pasaron por aquella orquesta y luego siguieron su camino. También Mederos que, por los años setenta tomó un rumbo bastante diferente. "La casa de los padres no queda chica -dice el bandoneonista-. Simplemente, uno necesita otro ámbito para desarrollar sus cosas. El riesgo está en irse de lo seguro. En un punto, la orquesta de Pugliese nos mantenía seguros."
La devoción
Roberto Alvarez habla con la más alta devoción. Cuenta que llegó un día de Chacabuco, con la esperanza de tocar el bandoneón: "De pronto me dio la posibilidad de entrar a su orquesta. Fue un ciclo grande. Entré de cuarto bandoneón y terminé como primero. Al principio no quería ocupar ese lugar al pensar en todos los que habían pasado por ahí. Pero Osvaldo me dio esa posibilidad. Por suerte nadie me tiró con nada. Soy un enamorado del estilo. Sigo defendiendo la obra. La prueba está en que salí de la orquesta, en el año 90, para armar un grupo que es rama de la orquesta de Pugliese. Lógicamente, uno no suena igual. Está bien que así sea. Pero hoy no sabría tocar de otra forma. Encima tengo el aval de lo que hoy pasa con Pugliese: todos los chicos jóvenes que lo redescubrieron".
La influencia
El ejemplo de "los jóvenes que lo redescubrieron" se puede encontrar en la típica Imperial. Su pianista, Martínez Argibay, dice: "A mí, el estilo me dio la posibilidad de poder incorporarle cosas que yo necesitaba poner en la música. Es abierto, no tiene por qué repetirse. Cuando se toman ciertos elementos, uno tiene la posibilidad de encontrar nuevas sonoridades que trae de otros lugares".
"Además, tiene una fuerza que, para mí, no tiene otra orquesta -completa Matilde Vitullo-. Es un mundo aparte." ¿Cómo hacen para tomar distancia y poner lo propio? "Creo que de entrada hicimos una interpretación porque no tuvimos la suerte de tocar con él -agrega Matilde-. Apenas lo pudimos ver un par de veces en vivo. Escuchamos sus discos, pero no tuvimos a nadie, salvo gente como Roberto [Alvarez] que nos mostró cómo enganchar la onda del estilo. Lo tuvimos que hacer nosotros. Por todo eso, el estilo de Pugliese es una base para hacer lo nuestro."
"Dios te oiga"
La charla vuelve al homenajeado. Alvarez recuerda una anécdota que se fue repitiendo con los años: "A pesar de su ateísmo, cuando le gritaban: «No te mueras nunca Osvaldo», el respondía: «Dios te oiga»."
Vitullo busca un significado de aquella estampita de San Pugliese que comenzó a circular cuando se realizó el III Festival Buenos Aires Tango: "Es un símbolo de algo -dice la bandoneonista-. Señal de que quedaron muchas cosas. En lo musical y en las ideas de cómo se conduce la música, el arte, la cultura".
Agenda
- Hoy, a las 22: "Volver Tango" de la señal de cable Volver, recordará a don Osvaldo Pugliese con un programa que recorre los momentos más importantes de su vida. También incluye los testimonios de familiares y músicos.
- Mañana, a las 18.30: en el Centro Cultural de la Cooperación, Corrientes 1543, se entregarán los premios Osvaldo Pugliese y González Tuñón.
Hoy, a las 19, se inaugurará la plazoleta Osvaldo Pugliese, en Corrientes y Scalabrini Ortiz. Durante el acto se presentará la Orquesta Escuela Tango, que dirige Emilio Balcarce, y el Sexteto Canyengue.
Fans y calabozos
Beba Pugliese, hija de Osvaldo, recuerda varias situaciones que debió enfrentar su padre. También habla del público.
- Demorado: "Algunas veces lo llevaban preso cuando tenía que tocar con la orquesta. Y una vez que pasaba el horario de la actuación lo dejaban salir".
- A la celda: "Una vez el comisario de la 37a. le dijo: «Maestro, me va a tener que perdonar, pero le tengo que pedir los cordones de los zapatos y el cinturón». Después ordenó que lo llevaran adentro: «Denle café o lo que les pida», dijo. Los policías siempre lo trataron bien".
- La hinchada: "En una época los muchachos usaban el mismo tipo de traje y se peinaban para atrás. Y los que llevaban lentes usaban el mismo armazón de anteojos. También estaban las Miss Pugliese. Se disfrazaban de reinas de carnaval con trajes blancos y los nombres de las obras de mi papá. Eso era por los años 50. Todavía son amigas mías. Nos seguimos viendo".
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