La célebre composición de David Byrne se convirtió en el mayor éxito de Talking Heads, pero antes debió sortear la tensión interna y una iniportuna fecha de lanzamiento
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David Byrne y Chris Frantz se conocieron en la Escuela de Diseño de Rhode Island a principios de la década del setenta. Al descubrir que tenían gustos musicales afines, en 1973 decidieron formar The Artistics, una banda en la que Byrne se encargó de la voz y la guitarra mientras que Frantz hizo lo propio desde la batería. Tina Weymouth, que para ese entonces ya era la novia de Frantz, solía acompañarlos a la mayoría de sus conciertos y en más de una oportunidad fue quien proporcionó el transporte para el traslado de los instrumentos.
En sus presentaciones solían intercalar versiones de temas populares con canciones propias compuestas preferentemente por Byrne. Y entre ellas ya se destacaba una versión muy primitiva de lo que poco tiempo después se conocería como “Psycho Killer”. Una vez que el grupo se disolvió, los tres se mudaron a Nueva York y allí, bajo la denominación de Talking Heads, crearon una nueva agrupación en la que Weymouth asumió el rol de bajista.
Al principio como teloneros de The Ramones y luego compartiendo cartel con Blondie, Television y otras bandas del circuito, rápidamente Talking Heads se transformó en una de las principales atracciones del legendario club CBGB ubicado en el Bowery neoyorquino, despertando además el interés de no pocas compañías discográficas.
Siguiendo el consejo de Danny Fields, por entonces manager de The Ramones, el trío firmó contrato con Sire Records, el sello propiedad de Seymour Stein, cuyo anticipo de dinero les permitió dedicarse por completo a la música. Las primeras sesiones de grabación se llevaron a cabo a finales de 1976 en los Sundragon Recording Studios con los temas “New Feeling” y “Love – Building on fire”. Sin embargo, en enero de 1977, la banda decidió incorporar a un cuarto integrante para ampliar sus posibilidades sonoras. De este modo, Jerry Harrison, que había formado parte de The Modern Lovers, se sumó a Talking Heads como tecladista y eventual segundo guitarrista.
Tras brindar algunos shows bajo su nuevo formato de cuarteto, en abril de ese mismo año se retomó la grabación de Talking Heads 77, título de su álbum debut, con Tony Bongiovi y Lance Quinn como coproductores y Ed Stasium haciendo las veces de ingeniero. Y el primer tema elegido para registrar las voces fue “Psycho Killer”.
Considerada como una inmersión en la psiquis de una persona aislada y perturbada, la canción en cuestión refleja la ansiedad y la paranoia de un narrador incapaz de enfrentarse con la realidad, atravesando un estado de constante nerviosismo y tensión. A su vez, la canción se despacha como una crítica a la vanidad y a la ceguera humana y marca el desprecio por la falta de cortesía y ciertas normas sociales
Contrastando una melodía que queda dando vueltas en la cabeza con una temática oscura (cuyo fragmento en francés fue proporcionado por Weymouth, ya que en su casa siempre hablaba ese idioma con sus padres), “Psycho Killer” asoma también como una exploración de la locura y la alienación.
“Cuando comencé a componer el tema me imaginé cómo sonaría Alice Cooper haciendo una balada al estilo de Randy Newman. En general, personajes como El Guasón o Hannibal Lecter (protagonista principal de El silencio de los inocentes) suelen ser más fascinantes que los buenos. Todo el mundo apoya a los malos de las películas!”
Teniendo en cuenta el tenor letrístico de la composición, se dice que durante la grabación Bongiovi se acercó hasta la cocina del estudio, tomó un cuchillo y se lo entregó a Byrne argumentando que eso le permitiría identificarse mejor con el personaje del tema. Visiblemente molesto ante la inadecuada sugerencia del productor, el cantante le respondió que eso no funcionaría y solicitó tomar un descanso. Fue durante ese intervalo que Byrne le pidió a Stasium que sacara a Bongiovi del estudio porque su presencia lo incomodaba.
Ante la inusual y comprometedora situación, el ingeniero de sonido jamás le sugirió al productor que abandonara el lugar. Aunque en su defecto, Stasium logró que la banda completara la canción en los momentos en que Bongiovi no se encontraba presente, antes de su llegada o bien luego de que se retirara. Supuestamente, el productor nunca se dio cuenta de lo ocurrido, dado que por aquellos días también estaba muy compenetrado en la construcción del Power Station, que en el futuro se convertiría en uno de los estudios de grabación más célebres de la ciudad de Nueva York.
Finalmente, el 10 de diciembre de 1977 “Psycho Killer” fue publicado como corte de difusión del primer álbum de Talking Heads. No obstante, la alegría inicial por dicho lanzamiento pronto se vería opacada por una casual y macabra sincronicidad: apenas algunos meses antes de que el tema fuera dado a conocer, la sociedad norteamericana se había visto tremendamente impactada por la detención de David Berkowitz, un temible asesino serial más conocido como “El hijo de Sam”. Por lo tanto, la asociación que la cultura popular hizo entre “Psycho Killer” y los asesinatos perpetrados por tan nefasto personaje fue instantánea. Rápida de reflejos, la banda salió a desmentir que la canción estuviera inspirada en Berkowitz aunque, sin dudas, la fecha elegida para lanzarla fue por demás inoportuna.
Más allá de esta desgraciada coincidencia, “Psycho Killer” continuó su derrotero hacia el éxito, convirtiéndose en una de las páginas más populares del cancionero de Talking Heads. El 31 de enero de 1978, el cuarteto interpretó el tema en el programa televisivo The Old Grey Whistle, de la BBC2 londinense, versión que más tarde formaría parte de un DVD recopilatorio de las presentaciones en dicho show. Por su parte, una versión en vivo grabada en 1977 para una transmisión radial (y con un verso adicional que no aparecía en la grabación original de estudio) fue lanzada en 1982 en el álbum The Name of This Band Is Talking Heads. Mientras que en su edición posterior en CD se incluyó una segunda versión en vivo.
Otra versión registrada en vivo, y muy recordada por cierto, es la que integra la banda sonora de Stop Making Sense, la película que documentó un concierto del grupo estrenada en 1984. En ella, Byrne irrumpe solo en el escenario e interpreta una versión acústica del tema acompañado únicamente por una caja de ritmos. La canción también se encuentra disponible en dos álbumes de grandes éxitos: Popular Favourites 1976–1992: Sand in the Vaseline (1992) y The Best of Talking Heads (2004).
Artistas de la talla de Velvet Revolver, Cage the Elephant, Julie Christensen, James Hall, Phish, Antiseen, Richard Thompson, The Bobs, Moxy Früvous, Rico, Victoria Vox y The Ukulele Orchestra of Great Britain interpretaron en diferentes momentos de suscarreras variadas versiones de la celebrada composición surgida de la pluma de David Byrne.
De todos modos, la plena vigencia que aún conserva “Psycho Killer” queda absolutamente demostrada a través de tres recientes y frescas relecturas. Una es la materializada por Duran Duran junto a Victoria De Angelis (bajista de Maneskin) en su álbum Danse Macabre (2023), mientras que las dos restantes fueron registradas en inglés y en español. La primera pertenece a Miley Cyrus y hace del clásico una versión discotequera. En tanto la restante cuenta con la voz de Daniela Milagros, una ascendente artista argentina de apenas 19 años. Ambas versiones están incluidas en Everyone’s Getting Involved, un tributo a Talking Heads por el 40° aniversario del disco Stop Making Sense, en el que además realizaron aportes Paramore, Lorde y El Mató a un Policía Motorizado, entre otros nombres.
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