Pop indie sin fronteras, entre Boston y Buenos Aires

Sólo algunas veces, el "mañana", esa eterna promesa de tiempos mejores, parece eclipsarse ante un presente que supera incluso a los más ambiciosos sueños. Quizás algo así le suceda hoy a Silvina Moreno, una chica de San Isidro que, con un repertorio bilingüe y una arrolladora voz, logró vencer algunos viejos fantasmas e irrumpió en la escena musical sin estridencias, pero lista para las grandes ligas.

Es hija de padre empresario y madre poeta y, según cuenta, desde muy temprano la música ocupó un espacio "necesario" en su vida. Por consejo de una tía tucumana, a los once comenzó a tomar clases de canto, y a los 16 ya formaba parte de una banda tributo a Pink Floyd, una experiencia que cambió su "paladar musical". Si bien había transitado ya un largo camino hasta entonces, fue a los veinte cuando tomó la decisión de dedicar su vida a la música y dejar el país para estudiar en el Berklee College of Music, la prestigiosa universidad de música con sede en Boston.

"No me olvido más del contraste que significó despegar en una noche de verano en Buenos Aires y aterrizar en una mañana de invierno en Boston. Tampoco me olvido más de la primera vez que llegué a mi habitación en Berklee. Me miré al espejo en un bañito de dos por dos y me largué a llorar, porque no podía creer lo que había hecho recuerda, mientras degusta una porción de torta de chocolate en un café de Palermo. Yo, en San Isidro, siempre fui más bien de autoestima floja, de tirarme abajo. No me hallaba socialmente. Y lo lindo de exponerme a un ambiente tan nuevo fue que por primera vez, en Boston, descubrí que era resociable y que podía salir al mundo y hacerme amigos de la nada... Ya ahí empezó a nacer el disco."

Basta sólo con escuchar las canciones de Mañana, su álbum debut (grabado entre Nueva York y Buenos Aires y producido por Alejandro Pont Lezica), para recorrer con ella las postales de su transformación: los desamores, las ilusiones, los desencuentros y el desarraigo que, siempre con un dejo de nostalgia rioplatense, dejó plasmado en su "carta de presentación". Hasta hoy, el tema más popular del disco es "Puede ser", una balada que formó parte de la música de la tira Mi amor, mi amor , de Telefé, y que significó, sin dudas, un paso importante en su reciente carrera. "Ese tema lo compuse mientras me bañaba. Estaba cansada de estar triste. Lo escribí primero en inglés y Alejandro [Pont Lezica] me dijo: «Tratá de hacer una versión en tu idioma». Me senté con mi mamá e hice el primer ejercicio de sacarle jugo a mi propia madre. Le di mi idea, lo que yo escribí, y ella me ayudó a que sonara más poético... Fue bárbaro que la eligieran para Mi amor, mi amor . Un amigo de Ale, que musicalizaba la novela, vino a un show en el que yo dije: «Esta canción es para mi futuro amorcito» antes de cantar «Puede ser». Y cuando terminó el show se acercó y me dijo que le encantaba la canción y que la quería usar en una telenovela. Yo al principio no lo podía creer y no lo creí hasta que lo vi. Fue muy emocionante", cuenta.

Si bien al escuchar su música resulta difícil encasillarla en un solo género, Silvina asegura que se siente cómoda dentro del "pop indie", ya que en su disco convergen su impronta ecléctica y las distintas miradas de vanguardia que la influyeron durante su tiempo en Boston y Nueva York: "¿Por qué indie? Porque ésa es la cuota que me dio estar rodeada de mucha gente con mirada de vanguardia, que piensa más allá asegura. Tengo influencias de folk, de electro pop y de esa canción espaciosa que me viene de haber estado en Estados Unidos o de haber vivido en Boston y en Brooklyn. Hay mucha influencia rioplatense también y de voces fuertes del jazz y del blues".

Comenzar, entre grandes

La carrera de Silvina Moreno, sin dudas, tiene un auspicioso arranque. Durante sus años en Berklee fue elegida para cantar junto con Jorge Drexler, uno de los artistas rioplatenses que más admira. Según cuenta, ante su pedido, el autor de "Al otro lado del río" le brindó uno de los consejos más importantes que recibió hasta hoy: "Lo que más me quedó de haber conocido a Jorge Drexler es la palabra paciencia. Es más: me la puso en mayúsculas en un mail. Yo venía con una bolsa de ansiedad de querer todo ya y él me dijo: «Volcate a tus letras. Dale bola a lo que querés decir en tus canciones. Todo lo demás va a caer en su lugar». Mientras él hablaba, yo pensaba: «No me quiero olvidar de este momento»", recuerda, entre risas.

Pero no fue sólo Drexler quien se encargó de animarla para seguir en el camino elegido. También Gilberto Gil, luego de que la cantante fuera telonera de su recital en septiembre del año pasado, se encargó de elogiar su trabajo. "Gilberto Gil me dijo: «Qué lindo lo que hacés. Qué lindo que haya gente joven que defienda la canción»", cuenta, aún emocionada.

A poco más de un año de haber regresado al país, la carrera de Silvina Moreno parece crecer a paso seguro. Para coronar su debut y antes de viajar a Nueva York y a Londres para una serie de shows, la cantante recibió una noticia de que está entre los nominados de los premios Gardel en la categoría "mejor álbum nuevo artista pop", junto con Rosario Ortega, Sol Mihanovich y Fabián Manuk. "Después de un año en Nueva York, me di cuenta de que estaba en un punto de inflexión, porque sabía que los próximos cuatro o cinco años iba a tener que darle duro a tocar y a desarrollar mi carrera. Tenía que elegir un lugar. Y yo decía: «¿Cuál es el lugar? ¿Va a ser Nueva York?, ¿Londres?, ¿Buenos Aires?» Estaba en un momento en el que realmente tenía que decidir. En una charla con mi papá, comiendo una torta de chocolate en un café de Brooklyn, me dijo: «Para mí, ahora tenés que apostar a Buenos Aires. Probá, dale un año» -recuerda, al cerrar la charla en un café que podría parecerse al de algún rincón de Brooklyn. Admito que los primeros meses me costaron mucho, porque había dejado asuntos pendientes conmigo misma, pero lo que pasó en este año superó totalmente mis expectativas. Es como un sueño cumplido."